En una sociedad sustentable ideal las economías circulares aprovechan los productos y desechos industriales—incluyendo el calor generado en las fábricas, fundidoras y otros procesos industriales— para impulsar otras industrias. Así se reduce el número de los productos no aprovechables y el calor se convierte en trabajo que otras empresas con menos demandas energéticas aprovechan.
Vivimos lejos de una sociedad sustentable o de una economía circular, nuestras economías están llenas de ineficiencias y de productos de desecho desaprovechados y que acaban en “rellenos sanitarios” o tiraderos clandestinos.
El problema de la saturación de los rellenos sanitarios es multifacético: la contaminación de los mantos freáticos - aguas subterráneas que acabarán en nuestra toma de agua—, de suelos —en los que cultivaremos nuestros alimentos— y del aire —que respiramos—, por los productos que llegan a estos rellenos sanitarios tiene soluciones. Los productos que no deben y los que deben acabar en los rellenos sanitarios se han clasificado en residuos peligrosos, de manejo especial y residuos urbanos. Los residuos peligrosos conciernen a las autoridades federales. Estos incluyen solventes, pinturas, combustibles y medicinas caducas, también residuos radioactivos y biológico infecciosos. Los de manejos especial son responsabilidad del gobierno estatal e
incluyen a la gran variedad de baterías que forman parte de nuestra vida diaria: de carro, teléfonos inalámbricos y celulares, computadoras, tabletas, timbres, relojes de pared y pulsera, lámparas y aparatos domésticos recargables, también están los aparatos electrodomésticos y electrónicos. Al relleno sanitario sólo deberían llegar los residuos urbanos sin posibilidad de tratamiento.
Para aliviar, que no solucionar, el problema de manejo y aprovechamiento de los residuos se desarrolló el concepto de Basura Cero. Basura Cero no es dejar de producir desechos, si es redirigir los desechos que lo ameriten a mejores destinos que el relleno sanitario. Muchos empaques de los productos que consumimos tienen valor comercial: metales, aluminio, papel y cartón. En el argot, son valorizables. Tienen un precio de mercado porque pueden reutilizarse, ese precio de mercado debe compensar a quien aporta los productos valorizables.
Hago un paréntesis de tres de las “R” del destino de los materiales que consumimos, principalmente empaques. Reducir el consumo. Reutilizar el empaque. Reciclar el empaque. Los productos valorizables se reciclan, es la R con más gasto energético pero es menor al gasto de extracción y procesamiento de materia prima y libera espacio en los rellenos sanitarios.
El concepto de Basura Cero es realizable en cualquier comunidad con servicios de limpia y reciclado. En Ensenada, el grupo de trabajo GRIINS (Grupo Interdisciplinario de Investigadores en Sustentabilidad) basado en CICESE ha planteado el estudio del relleno sanitario y los tiraderos clandestinos de la ciudad de Ensenada para controlarlos y también desarrollar un programa de Basura Cero. ¿Por qué ahora?
El contrato del relleno sanitario municipal actual vencerá pronto. Ha llegado el momento de evaluar su función y pensar en las consecuencias de continuarlo o cerrarlo. ¿Se cumplieron o se superaron las normas de forma que nuestra salud y la ambiental no se vieron amenazadas? En cualquier caso, habrá que cuidar no escapen lixiviados a nuestros mantos freáticos, que se aproveche el gas natural que se genera por descomposición bacteriana de los residuos orgánicos y que se cumplan leyes y normas federales, estatales y municipales.
Es el momento que como ciudadanos influyamos, cuidando la salud ambiental y la propia, en la decisión del futuro de los residuos en el municipio. En los dos casos posibles, que se renueve el contrato y se extiende la vida del relleno sanitario o empezáramos en otro lado debemos cuidar si el sitio de es el óptimo y cumple con las normas o si debemos buscar un sitio que cumpla con las normas. Además debemos asegurar que organismos ciudadanizados puedan supervisar el proceso de selección del nuevo relleno sanitario o se aseguren que el actual cumple cabalmente con ellas. A quien se contrate debe operar dentro de los parámetros y conciencia de sustentabilidad y Basura Cero, además de cumplir con la normatividad vigentes o asumir las consecuencias.
¿Cómo convertimos nuestra costumbre de tirar todo a un bote y creer que después de ese acto desaparece mágica e inocuamente en un relleno sanitario? Creamos basura en el momento que mezclamos todo lo que nos sobra, empaques de lo que consumimos o creemos que ya no nos sirve en un solo bote: productos valorizables y residuos orgánicos, de manejo especial o peligrosos. Es caro, y puede ser peligroso, separarlos una vez mezclados. La solución de crear Basura Cero también suena mágica, pero no lo es. Es un proceso de aprendizaje, disciplina y costumbre. Es más fácil aprender a separar en casa nuestros residuos para hacerlos llegar al lugar que mejor les corresponde. Se necesita que los productos que separemos estén libres de alimento y otros desperdicios para evitar atraer plagas y enfermedades infecciosas.
Debemos separar metales y aluminio de otros productos, los primeros van de seguro al reciclado y son fácilmente valorizables. El vidrio tiene gran capacidad de reciclado, puede fundirse muchas veces sin perder sus propiedades, en algunos lugares es necesario separar por color. El cartón corrugado tiene gran valor si está limpio y seco, es importante separarlo de papeles y el cartón de cajas de galletas, cereales, pastas de dientes, etc., aunque valorizables no tienen el contenido de fibras de celulosa largas que tiene el cartón corrugado.
A excepción de grasas y aceites, los residuos orgánicos—desperdicios de comida— si no están cocidos, pueden convertirse en composta para formar suelos de cultivo urbano. El café es la composta más fácil de lograr, se descompone sin ayuda y puede usarse como suelo en unos tres meses. El resto de los desperdicios de comida puede convertirse en composta si son mezclados con hojas y tallos delgados.
En algunos centros urbanos se recoge toda la materia orgánica, cocida o cruda, para llevarla a digestores, donde por procesos bacterianos es convertida en gas metano (gas natural). Aunque el metano es un gas de efecto invernadero con un efecto mayor que el CO2, puede usarse como combustible de motores menos contaminante que la gasolina. Se descompone en CO2 y agua, sin crear óxidos de nitrógeno, sulfuros y otros contaminantes. El transporte público es candidato para este combustible.
Dentro de los productos que desechamos y no he comentado quedan los más difíciles de clasificar —los plásticos, los tetrapacks, con sus propios procesos de reciclaje y comercialización, los residuos peligrosos, los de manejo especial y los no valorizables.
Estos últimos generalmente son empaques multicapa difíciles de descomponer, como los tubos de pasta de dientes, los paquetes “blister” o encapsulado de pastillas, las corcholatas (ya no hechas de corcho y lata, son aluminio y plástico) y los empaques de papas fritas y similares.
Para predicar con el ejemplo y seguir lineamientos federales, el CICESE está implementando su programa de Basura Cero. Se tiene una comisión para ejecutar y evaluar el programa. Para lograr la Basura Cero, desaparecerán los botes de basura de oficinas, aulas y laboratorios. GRIINS está diseñando las “islas” donde habrá contenedores para los diferentes residuos. Esto nos ayudará a vender a mejor precio los valorizables. GRIINS también está entrenando al personal y estudiante de CICESE a separar los residuos.
El plan de Basura Cero enfrenta un problema tamaño Basura Cien. El relleno sanitario actual no clasifica, separa y comercializa los residuos que recibe, es un lugar donde no sabemos qué queda enterrado y no podemos anticipar los lixiviados y gases que se pueden generar.
Debido a que no existe la legislación estatal necesaria, no es posible separar las baterías del resto de los residuos para manipularlas adecuadamente. Aquí existe un área de oportunidad para investigación y desarrollo para reutilizar los materiales que componen a las baterías. Para que CICESE pueda comercializar sus residuos, es necesario que las compañías que contrate tenga las licencias necesarias en orden. Pocas compañías las tienen o, si las tienen, no tienen quien trabaje, supongo que los precios de compra ofrecido no reditúan. El problema no es menor impidiendo la posibilidad de llegar a Basura Cero.
Además de impulsar a las diferentes compañías que adquieren los valorizables para venderlos fuera del municipio debemos aumentar las capacidades tecnológicas locales y crear las normas necesarias para valorizar cada vez más residuos, impulsar las economías circulares y diversificar la economía y los empleos locales.
¿Basura Cien o Basura Cero?
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