Wednesday 10 December 2014

Calentamiento barato, consecuencias caras

La caída del precio del petróleo obedece a las políticas de los países que controlan su extracción, Arabia Saudita y otros países miembros de la OPEC. Al bajar el precio del petróleo las formas caras de extracción, perforación en aguas profundas y el fracking de esquistos (la obtención de petróleo por procesos de calor y presión desde minerales) no son rentables, hay que seguir comprando a los grandes productores de petróleo barato.

Estas tecnologías fueron desarrolladas en los Estados Unidos en su afán de no depender del petróleo extranjero; pudieron dejar de comprar petróleo a la OPEC y otros proveedores como Venezuela y Rusia. Para los Estados Unidos los hidrocarburos de Canadá y México no son extranjeros, los ciudadanos de esos países sí. Seguiremos vendiéndoles nuestro petróleo a precio de remate. Sin embargo, en nuestra obligadamente abnegada dependencia de PEMEX, pagaremos gasolina a precios no sufridos en el resto del mundo.

El petróleo barato aumenta su demanda para generación de energía y calor. La liberación de gases con efecto invernadero es un efecto secundarios proporcional a su uso. El efecto invernadero es cuando la atmósfera atrapa el calor que genera la tierra al ser calentada por el sol. Sin efecto invernadero de gases como el dióxido de carbono o el metano la tierra sería tan inhóspita como la Luna. El exceso de estos gases atrapa demasiado calor, modificando la temperatura atmosférica y oceánica y la circulación de gases en la atmósfera y aguas en los océanos.

Sabemos que habrá un aumento de cuando menos un grado en la temperatura global, se seguirán derritiendo los glaciares de los polos, aumentarán de intensidad huracanes, ciclones y tifones, se prolongarán las sequías, aumentará la desertificación y se desplazarán y reducirán los hábitats de muchas especies, llevándolas a la extinción. Si no reducimos la emisión de gases invernadero, los efectos serán mayores y a más largo plazo.

La única forma de acabar con lo nocivo del efecto invernadero es reduciendo la cantidad de estos gases, secuestrándolos. La forma más barata de secuestrar el dióxido de carbono es produciendo madera en bosques de vida larga. Los parques nacionales de las sierras de San Pedro Mártir y Juárez, así como la masa boscosa que los rodea, ya declarada zona protegida en 1938 son un ejemplo que todos podemos disfrutar. Proteger los bosques, promover una reforestación y uso de la madera sustentable son mucho más baratos y posiblemente más efectivos que las propuestas ingenieriles de bombear dióxido de carbono a minas profundas y sellarlas. Aunque el costo fuera el mismo, los bosques nos dan un placer estético que la maquinaria no dá.

El petróleo barato hace necesario secuestrar más dióxido de carbono liberado más rápido para control are el efecto invernadero. El petróleo caro de México tampoco disminuye este efecto, no le hemos puesto un impuesto al carbón liberado que disincentive su uso. 


Apareció en el basurero de Cocula osamenta de Alexander Mora Venancio, uno de los 43 desparecidos. ¿En que basurero, antro o casa blanca encontraremos a los culpables?

Thursday 4 December 2014

Ayotzinapan, paro o sigo

Los Cuarenta y Tres desaparecidos de Ayotzinapa han conmovido a México y al mundo. La conmoción no es por lo extraordinario del caso, sino por que esta fue la gota que derramó el vaso de la apatía mexicana; apatía más famosa dentro que fuera del país. Esta apatía se ha transformado en acciones mayormente puntuales y atomizadas, aunque el movimiento global del 20 de noviembre ha sido un gran paso en la consolidación de la solidaridad mexicana, perdida en la hecatombe creada por los gobiernos de todo nivel en México.

La entrevista, la crítica y el análisis en medios de comunicación juegan un papel importante para mantener esta crisis en la conciencia nacional. Las marchas, protestas, opiniones y los actos vandálicos son formas de presión hacia las autoridades. Todas estás acciones seguirán hasta que aparezcan los 43. O tal vez más allá. Proseguirán hasta que se aclaren todos los asesinatos y desapariciones digamos que de 1968 a 2014. 

Es descaradamente obvio que el Gobierno, el ejércitos y las Procuradurías no están haciendo ni lo suficiente ni lo necesario para buscar y encontrar a los desaparecidos y, mas allá de eso, llevar ante los juzgados a los culpables para que reciban su castigo por crímenes de lesa humanidad. 

¿Son todas nuestras formas de protesta suficientes para presionar a los gobiernos a la acción? No sé y no es un tema que voy a considerar aquí. Me importa más hasta donde pueden llegar nuestras acciones y que forma pueden tomar. 

Los paros son un alto al trabajo, la productividad y la creatividad. Una acción que se convierte en inacción. Generalmente se ven acompañados de botes y reparto de boletines informativos. Muchas veces transeúntes y conductores se sienten amendentrados, injustificadamente por estas acciones. Es necesario informar y mantenerse informado cuando los medios que permean nuestra vida ignoran las consecuencias de la Guerra Silenciosa. 

Los paros, ¿serán reflejo inconsciente de nuestra incapacidad de cambiar fácilmente nuestra realidad? ¿serán una buena excusa para que los dueños de la Guerra Silenciosa nos acusen de apáticos e improductivos? ¿serán estas inacciones bienintencionadas contraproducentes?

Convocar a un paro toma tiempo y labor de convencimiento de aquellos que aunque solidarios con la causa, sienten que tienen responsabilidades inamovibles e impostergables. O tal vez los demás sientan lo mismo que yo. Siento que si nos vamos a tomar el tiempo y el esfuerzo de organizar una protesta para presionar, ¿por qué no convertirlo en una acción que promueva la solidaridad de otra forma? ¿por qué no crear canales de comunicación entre ciudadanos para mejorar nuestro conocimiento de la realidad mexicana?

En el siglo pasado se inventaron o reinventaron acciones de protesta que llevan a la solidaridad y a la educación de todos. Bien podemos en las instituciones académicas abrir nuestras puertas para demostrar nuestro trabajo,  bien podemos salir a la plaza a dar clases, solidarizándonos con el derecho a la educación y el conocimiento que todos tienen.. 


Sigo, no paro.