Thursday 27 July 2023

Basura cero

 Cualquier forma de producción — natural o humana— genera productos secundarios, diferentes al producto principal. En el caso de la fotosíntesis en las plantas los productos principales son azúcares que se convierten en materia vegetal, los productos secundarios incluyen oxígeno, que usamos para respirar y agua. La producción humana ni es tan benéfica ni es inocua. Es un problema que creamos y debemos resolver.

CDMX


Durante los últimos dos siglos supusimos que estos productos secundarios, como el CO2, los amargos de las desalinizadoras, los relaves de la minería, los residuos químicos o los radioactivos, y también productos primarios como los envases de plástico, podían ser enterrados en la tierra o hundidos en el océano, “desechados” sin ninguna consecuencia; esta no es la realidad. Nuestro planeta es finito y nada queda lejos. Todos estos productos secundarios desechados y acumulados amenazan nuestra salud y la del resto del planeta.

 

Ejemplo de productos secundarios nocivos son las 1.32 millones de toneladas de agua —500 albercas olímpicas— con excesos de tritio (un isótopo radioactivo del hidrógeno), consecuencia del enfriamiento de los reactores nucleares afectados por el temblor y tsunami de Fukushima. Japón. Esta agua será liberada al Océano Pacífico por Tokyo Electric Power Company (TEPCO); lo prudente es almacenarla en tanques de concreto subterráneos. A pesar de que TEPCO y la Agencia Internacional de Energía Nuclear (IAEA por sus siglas en Inglés) aseguran que el procedimiento de dilución del agua contaminada al océano es seguro, no hay evidencia que soporte sus aseveraciones. Países cercanos, las dos Coreas y China están preocupados por los efectos que está liberación pueda tener en los productos marinos que consumen. Deberíamos preocuparnos y mostrar escepticismo y protestar esta liberación.


¿Qué tienen que ver los productos secundarios con la basura cero? ¿Qué es basura? Los productos secundarios y los desechos de nuestro quehacer diario se convierten en basura en el momento en que los contaminamos mezclándolos , reduciendo o eliminando su valor. Algunos de los productos secundarios y muchos de los desechos son recursos que pueden utilizarse en otra cadena productiva o reciclarse.


Reciclar es una opción, reutilizar siempre es mejor y menos costoso en precio y energía. Reciclar implica la transformación por algún proceso físico, químico, térmico o su combinación, del material original para obtener otro producto. Reciclamos ya vidrio, papel y cartón, metales y el plástico conocido como PET (polietileno tereftalato), del cual una parte, supongo mínima, regresa a nosotros como “tela polar”. 


Basura cero no es eliminar todo desecho, basura cero es dejar de ver como desechos a productos secundarios, envases, etc. para convertirlos en productos valorizables— aprovechables en otros procesos productivos. La conversión no es mágica, ni difícil, ni cara. La conversión consta de dos pasos de nuestra parte. Primero hay que clasificar los productos. Esto es fácil para papel, cartón, latas de aluminio u hojalata y composta. Clasificar los plásticos requiere entrenamiento. Las envolturas de papas, dulces y medicinas no son reciclables, acabarán en el relleno sanitario municipal, aunque hay quien convierte estos envoltorios en artesanía.


Una vez clasificados los productos se colocan en los contenedores correspondientes. Hasta ahora no hay una regla que nos indique por color donde va cada tipo de residuo. Esta separación es necesaria para no convertir nuestra separación en basura y facilitar la colecta.


Si la separación está bien hecha, los productos tienen valor comercial. Cuando el volumen colectado es grande el recolector debe pagar al generador.


A clasificar y separar acaba la responsabilidad personal, pero no es mala idea asegurarse que el recolector entrega los desechos valorizados a los donde serán utilizados.


Productos como madera, telas, productos biomédicos, pinturas, solventes, derivados del petróleo y pilas se consideran peligrosos o de manejo especial. Estos productos requieren manejo aparte y nuestras autoridades nos deben proveer con los medios para hacerlo. Algún día, pronto, las pilas —hay de muchos tipos y tienen muchos componentes—serán reciclables y no acabarán confinadas en concreto.


Una comunidad ha llegado a basura cere es comunidad que tiene una conciencia de su entorno y que puede ser capaz de exigir productos que generen menos desechos

CITES, la Totoaba y la Vaquita

Los esfuerzos en Ginebra de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ante CITES, el organismo internacional que regula el comercio de especies amenazadas, para impedir que se detuviera la exportación de 3148 especies mexicanas son considerados un éxito porque podremos seguir exportando especies listadas en la CITES. El logro ante CITES es una victoria pírrica para México, para la conservación, para la biodiversidad y para el uso sustentable de nuestros recursos. ¿Cómo se dieron las negociaciones? ¿Por qué no es un éxito para la conservación? ¿Algo se logró para el desarrollo sustentable? Considerando que la sanción se de debió a que México no ha hecho lo suficiente para impedir que mueran ahogadas las Vaquitas durante la pesca ilegal de Totoaba. ¿Qué significa para estas especies?


La CONABIO, un organismo independiente cuyo fin es la consrvación y uso de la biodiversidad, es la representante de México ante CITES, pero no participó en las negociaciones. ¿Por qué ignorar este conocimiento y capacidad de diálogo en foros biológicos internacionales? También subrayo que los expertos en Vaquita —mexicanos— tampoco fueron consultados.

Las sanciones de CITES, o cualquier otro organismo internacional, no preocupan a los pescadores ilegales de Totoaba y la red de traficantes en el mercado negro que los mantiene. Sólo las acciones que impidan la pesca y el tráfico del buche de Totoaba parará esta pesquería ilegal y asesina y el mercado que la consume. Es en esta situación donde el gobierno mexicano debe actuar y dónde están puestos los ojos de organismos internacionales como la cites y la Comisión Ballenera Internacional (CBI) y un gran número de personas preocupadas y ocupadas por la crisis global de la extinción de 1 millón de especies.

Desde la perspectiva de Marcelo Ebrard, secretario de la SRE, el éxito más importante de sus acciones en la CITES es demostrar su capacidad de negociación para mantenerse vivo en la lucha sin cuartel entre los contendientes de morena por la candidatura presidencial en 2024. No creo que las 3148 especies de la lista de cites, la Vaquita, la Totoaba o las comunidades pesqueras le quiten el sueño.

Para la Semarnat, que tiene a su cargo la conservación de la Vaquita y la Totoaba y la protección de las 3148 especies, fue ganar tiempo, espero que para planear para dos escenarios. El primero, un programa real de rescate de ambas especies que detenga la pesca ilegal de Totoaba y la prohibición absoluta de la pesca dentro de la Zona de Cero Tolerancia, donde habitan las 10 vaquitas que han sobrevivido a pesar de la pesca en todo su refugio y donde sabemos que se reproducen. La Semarnat debe hacer esto en coordinación con autoridades nacionales e internacionales y en contra de la corrupción y el tráfico ilegal de especies. Además debe promover la diversificación económica de San Felipe y Santa Clara del Golfo.
Vaquita/ WWF 

En el segundo escenario, la Semarnat no demuestra ante la cites y autoridades de los Estados Unidos que se está llevando a cabo acciones reales para logra revertir la extinción de Vaquita e impedir la pesca ilegal de Totoaba. En este caso, debe prepararse, con la SRE y otras autoridades, para las medidas que los Estados Unidos impondrán a la exportación de nuestros productos pesqueros usando su ley de protección a los mamíferos marinos, el Marine Mammal Act. También cites reinstalará la prohibición de la exportación de las 3148 especies.

Así como hay dos escenarios hay dos consecuencias opuestas tanto internacionales como nacionales. En el plano internacional, México ha jugado un papel preponderante en la conservación de mamíferos marinos en la CBI. Será un gran desprestigio perder a una especie mexicana mientras exigimos que los países balleneros no cazen ballenas en aguas internacionales. Por otro lado, rescatar a la Vaquita y la Totoaba y dar vida económica a dos poblaciones de pescadores puede convertirse en un paradigma del desarrollo sustentable.
En el plano nacional, la Semarnat logró retrasar la suspensión de la exportación de las 3148 y no tuvo que lidiar con las comunidades y empresas que, con toda razón hubieran protestado por el colapso de una fuente de ingresos. Sin el rescate verdadero de la Vaquita no sólo estas comunidades y empresas mostrarán, de una forma u otra, su descontento. Podemos agregar en el descontento a todas las pesquerías, artesanales e industriales, porque no podrán exportar sus productos a los Estados Unidos. Los únicos non afectados serán los pescadores furtivos de Totoaba.

Salvar a la Vaquita es  ayudar a crear un México sustentable.