Thursday 20 October 2016

Museo fuera de ruta

Ya escribí sobre los impactos económicos y sociales de las carreras fuera de ruta. Ni en esa ocasión ni en esta hablaré de sus impactos ambientales. No hay estudios serios sobre el asunto, aunque si hay muchos rumores, sospechas e intuiciones. Mientras no se cuantifiquen y comparen a través del paisaje y del tiempo poco podemos hacer para hablar objetivamente sobre el tema. Sin embargo, las huellas en los caminos rurales usados en estas carreras y sus dueños y usuarios habituales indican la necesidad de restauración y compensación por daños. 

No soy fanático o entusiasta, ni siquiera me siento levemente emocionado por  estas las carreras. Para mí han sido una fuente de ruido de motores y helicópteros, calles cerradas y líos de tránsito indeseados e inevitables No tienen un buen efecto en los paisajes de la península y su impacto económico deja mucho que desear para el número de forasteros con alta capacidad económica que atraen. Aunque los hoteleros seguramente opinan diferente y las dos o tres generaciones de aficionados ven con otros ojos estos eventos. El entusiasmo por estas carreras ha inspirado la construcción de un museo que ensalsará esta actividad.

La razón de ser de un museo es coagular aquello que una sociedad entiende como cultura e identidad, enaltecer las carreras y no el espíritu artístico, científico, etc. de Ensenada, refleja, en el fondo, aquello a lo que somos o aspiramos ser.​

Ya el gobierno municipal decidió por razones poco claras, pero tal vez motivadas económicamente, nombrar calles conmemorando estas carreras y sus fundadores. En estos días las noticias ensenadenses han destacado la construcción de un museo temático de las carreras fuera de ruta en Baja California y las protestas alrededor de la construcción del mismo. Hay una controversia sobre la presencia, relevancia e impacto de este museo entre el gobierno municipal y la Secretaria de Turismo Estatal (SECTUR) por un lado y por otro ciudadanos descontentos con estas carreras y la desacralizacíon del arte. 

Sabemos que el museo está planeado cerca del Centro Estatal de las Artes (CEARTE), la catedral del arte de Ensenada, no por que estas  carreras sean arte, sino por qué SECTUR posee terrenos adyacentes, reduciendo el costo. El costo final del museo no puede ser la razón principal para elegir su locación. Se deben identificar variables más importantes que generen ingresos suficientes para el autosostenimiento. El museo debe estar cerca tanto de sus aficionados como de los curiosos. Debe tener suficiente espacio para los números máximos que podemos esperar alrededor de las carreras. Deberá tener lugar  para exposiciones temporales y permanentes, así como una bodega y talleres lo suficientemente grandes para almacenar los vehículos que exhibirá. ¿Cuál es la intención museográfica del sitio? ¿Los vehículos, las carreras, los pilotos y los trofeos? ¿La sociología de las carreras? Nada de esto sabemos y la controversia poco ayuda en escudriñar estos problemas. 

La ciudad de Ensenada no necesita un museo más para llenar sus hoteles y restaurantes. El museo de las carreras fuera de ruta no traerá más forasteros ni sacará a más citadinos que los que atrae la carrera. El museo sería un fracaso anunciado para la ciudad.

¿Hay una forma en la que el museo pueda promover la economía local con sus visitantes? Si, ponerlo fuera de la ciudad de Ensenada. El municipio de Ensenada tiene un número importante de centros de población que necesitan estímulos económicos. Un museo que atraiga miles de visitantes locales y foráneos, entusiastas de las carreras o curiosos puede ser el detonador económico que necesitan estas comunidades para crear empleos permanentes y temporales no sólo en el museo, sino también las tiendas, restaurantes, hoteles e industrias asociadas que generará. Un empresario con visión y ambición pudiera proveer un terreno barato para construirlo. 

Podría presentar una lista de los lugares cercanos a la ciudad de Ensenada que ya participan en la carrera y pudieran albergar el museo, pero la tarea es de aquellos quienes quieren un museo de las carreras fuera de ruta exitoso. No es mi sueño.


Ayotzinapa será triste memoria del gobierno de Enrique Peña Nieto. No localizar a 43 normalistas después de dos años de la última vez que se vieron en la terminal de autobuses de Iguala es imperdonable. La ineptitud gubernamental apunta a la complicidad ya sea al momento o posterior. Aún dando a conocer el destino o el lugar de residencia de los 43, poco pueden hacer para ejercer un gobierno democrático y abierto.

La vida cuando el Cambio Climático

Los gobiernos del mundo se preparan para la COP 13 del Convenio de la Diversidad Biológica que se llevará a cabo en Cancún este diciembre, tema de otra Musa. En esta conferencia de las partes los mandatarios firmarán acuerdos de que harán en un mundo que se calienta irremediablemente a causa de la liberación de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono, anhidro de carbono en el "Laudato 'Si" de Jorge Mario Bergolio (Francisco papa).

Pocos de los acuerdos que se firmarán disminuirán significativamente los niveles de liberación de gases con efecto invernadero o la reducción de la explotación de hidrocarburos, aunque si ya hay una mayor proyección, desarrollo y usos de energías alternativas. Aún así queda mucho por hacer para vivir dignamente cuando el Cambio Climático nos alcance. 

Los esfuerzos más grandes y significativos para vivir bajo el Cambio Climático se darán en nuestras vidas diarias. ¿Cómo viviremos en un mundo que nos da cada año veranos más calientes, huracanes más poderosas y sequías más extremas? Además de estos cambios de primera plana, se están dando cambios en el planeta que alterarán el movimiento de las aguas de los océanos y los vientos en la atmósfera. La vulnerabilidad ante el Cambio Climático es mayor en las zonas de pobreza extrema asociadas a zonas de gran riqueza biológica que proveen servicios ambientales como agua y aire limpios y polinizadores de muchos de nuestros alimentos.

En estos días se están finalizando las primeras versiones de dos Planes de Acción ante el Cambio Climático, PACC, para la región de las Grandes Islas en el golfo de California, una para el Estado de Sonora, otra para Baja California. Esta región es parte de un Área Natural Protegida que abarca a todas las islas del golfo. Apenas imaginamos los impactos de vivir el Cambio Climático en una región donde sus islas han sido descritas como demasiado rocosas y demasiado calientes. La importancia de los PACC es doble. Se presentarán en la COP 13 como parte esencial y ejemplar de la política mexicana ante el Cambio Climático y en apoyo a la diversidad biológica. 

Más importante es que estos PACC son los resultados de consultas con instituciones gubernamentales y académicas y organizaciones de la sociedad civil. Los planes y sus resultados tienen la característica de que son asequibles y suponen que nos ayudaran a vivir el cambio. Las recomendaciones fueron diseñadas por aquellos que las darán a conocer a los ciudadanos y ayudarán implementarlas. No son una serie de buenos deseos o de planes irrealizables por sus metas, procedimientos o precios, son planes de acción para un futuro mejor. 

Estos planes hablan de aumentar la resiliencia de los ecosistemas. La resiliencia es la capacidad de un sistema de resistir al cambio, así que más que aumentar, a lo más que podemos aspirar es a restaurar cualquier resiliencia perdida por los efectos humanos en el ecosistema. Aunque debemos preguntarnos si un cambio de fase (cambio de forma de funcionar), más allá de la resilencia, es lo que hará que los ecosistemas sigan existiendo y proveyendo sus servicios cuando los alcance el Cambio Climático. 

Ya no podemos combatir ni impedir los efectos del Cambio Climático. Los gobiernos debaten entre ellos y muchas veces contra la sociedad vivil cual es un aumento de la temperatura promedio global aceptable. Un aumento de 1.5 grados centígrados es apenas aceptable, pero los grandes de la industria petrolera saben que esto va en contra de sus ganancias. Ya las naciones islas de Micronesia desaparecen bajo el mar, los habitantes de las costas sufren cada vez más inundaciones y nosotros nos resistimos a abandonar nuestros motores de combustión interna. 

Hemos creado tiempos difíciles que debemos afrontar. Nuestra forma de vida debe cambiar. Toda resistencia al cambio puede bien fortalecer las consecuencias negativas del Cambio Climático. Ha llegado la hora de exigirnos como personas y a las autoridades municipales, estatales y federales que promuevan y faciliten los cambios que nos permitan adaptarnos al mundo que nos espera en el resto de este siglo. Cómo les gusta rezar a los ministros de la pseudociencia: hay que cambiar paradigmas.


Dos años sin noticias de los 43 normalistas. Imposible creer que los pseudesfuerzos del gobierno federal por no encontrar a los normalistas o a los culpables lleven a una solución creíble y aceptable. Pero menos llevarán las acciones vacías al olvido. Los 43 y la esperanza de la verdad viven en todos nosotros. 

Irresponsabilidad adulta

La semana pasada se dio en el ex-casino del Riviera el concurso estatal de la DGETI. La Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI) a través de la participación de estudiantes de los planteles de Cetis y Cbtis, llevaron a cabo en el Salón Riviera la etapa estatal rumbo al XXII Encuentro Nacional de Arte y Cultura 2016 (ENAC2016).

A este concurso se nos invitó a dos compañeros, Jaime Luévano y Mario Salazar y su servidor a participar como jueces técnicos en la categoría de didáctica ambiental. Llenos de curiosidad y preguntas a los concursantes llegamos a la competencia. Nos esperaban sorpresas muy gratas. 

Vimos y disfrutamos y hasta calificamos comics hechos a mano que nos platicaban sobre el desperdicio de papel, un collage que usa materiales plásticos y electrónicos que en vez de ser basura son arte, una página web que compila información sobre la biodiversidad y problemas ambientales, un panfleto sobre el papel de las plantas en el ecosistema. La lista sigue, pero estos son los mas sobresalientes. Los primeros lugares irán a concursar al ENAC 2016; estamos convencidos que tienen buenas posibilidades de ganar. 

Más que nada vimos en los estudiantes la energía responsable, la creatividad y el entendimiento sorprendentemente profundo de los problemas ambientales no sólo de su plantel, también los que van desde su comunidad hasta nivel planetario. Quiero creer que en instituciones de educación media superior y superior en todos lados se da este tipo de consciencia. Estas aparentemente pequeñas acciones cambian no sólo el entorno inmediato, sino la forma de ver al mundo de estos estudiantes que investigan a fondo su vida diaria.  

Es esta vida diaria la que tenemos que cambiar, todos.

Aquí cabría el terriblemente patético llamado a la juventud a que remedie lo que lo adultos hemos hecho mal, que vean adelante y mejoren el mundo. Discurso que cualquier persona joven y todo adulto con consciencia debe rechazar. Es un discurso trillado, es el discurso de alguien que se siente derrotado, el discurso de quien no quiere asumir las responsabilidades y consecuencias de su vida diaria. No debemos los adultos irresponsables pedir a quien apenas empieza a entender la profundidad del asunto que resuelvan nuestros problemas. Lo que se espera de los adultos responsables y conscientes es todo lo contrario. Los adultos responsables deben solucionar problemas para dejar a los jóvenes un mundo en el que puedan vivir con menos preocupaciones, mas seguridad y la capacidad de construir el mundo que quieran. 

Lo responsable también es asegurarnos que esos premios a la creatividad no se queden en premios. Que esos premios se vuelvan vocaciones y empresas. Que los premios ayuden a que su educación no se vea obstaculizada por carencias materiales. Que los premios los preparen a los retos que deben afrontar para crear su mejor mundo posible.

El concurso me recordó que tenemos la labor cotidiana de llegar a la sustentabilidad. Debemos cambiar nuestra vida diaria para minimizar nuestro impacto sobre la naturaleza. No lo podemos eliminar pero podemos asegurar que los recursos lleguen a las generaciones venideras y a la naturaleza. Debemos exigir a nuestros gobernantes, a nuestros empresarios y a nosotros mismos el cambio.

¿Qué podemos hacer, independientemente de nuestra edad y nuestra forma de vida? ¿Qué estamos haciendo para promover y utilizar el transporte público o el uso seguro de la bicicleta en las calles? ¿Estamos promoviendo el uso de automóviles eléctricos en la ciudad o el país? ¿Estamos disminuyendo el uso de papel en la casa, la escuela y la oficina? ¿Estamos reduciendo el uso de artículos desechables? ¿Compramos de pequeños comercios? ¿Consumimos artículos y alimentos locales en la medida de lo posible?

Puedo continuar la lista, pero debe ser mas una reflexión personal y familiar que un recetario a seguir. El mejor mundo del futuro lo creamos todos todos los días. No es la responsabilidad única de los que vienen, pero si es la responsabilidad mayor de quienes vamos a dejar un legado.


A casi dos años de la tragedia de Ayotzinapa seguimos habitando uno de los lugares mas obscuros del sexenio y la historia contemporánea. ¿Servirá de algo que Jan Jarab, el representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México visite a los padres de los 43 Normalistas? ¿Qué debemos hacer para encontrar y juzgar a todos los autores materiales e intelectuales de este crimen de lesa humanidad?

¿Fuera de ruta?

Baja California alcanzó fama mundial en las carreras off-road (campo traviesa) con la Baja 1000. Su primera versión fue una apuesta de carrera entre Tijuana y La Paz donde los relojes de las oficinas de telégrafo fueron los testigos del inicio y fin de la ruta. El reto era entre una motocicleta y un vehículo de cuatro llantas. 

Desde entonces SCORE y la Baja 1000 son famosos, pero no son el único evento campo traviesa que motea los paisajes de la península con carros y motocicletas adaptados mecánicamente a los rigores de las condiciones desérticas. Existen cuando menos 22 compañías que organizan en la península a lo largo del año carreras campo traviesa. Pocos se ajustan a los reglamentos y leyes mexicanos. Hay también un buen número de entusiastas nacionales y extranjeros que asisten a presenciar estos eventos. Supongo que sin estos últimos estas carreras desaparecerían por falta de interés.

La imagen de estos eventos es la de el hombre (así, en masculino singular) contra el desierto, el desafío macho a la naturaleza. Una imagen que debemos cuestionar. De esta imagen generan ganancias grandes compañías de cervezas y bebidas energéticas. De esta imagen se nutren varias veces al año los hoteles y restaurantes de Ensenada y otros lugares a lo largo de la ruta. Esta imagen promueve a Baja California como destino turístico. Esta imagen es parte de la vida familiar de muchos bajacalifirnianos y se idealiza en mentes infantiles. Esta imagen es nutrida por televisión alrededor del mundo, resaltando los paisajes de Baja California, pero dejando la impresión de que somos un traspatio donde se llevan a cabo eventos que no son aceptables donde hay una mejor cultura de respeto al ambiente. 

Las carreras han dado lugar al diseño una camioneta y muchas mejoras tecnológicas en los vehículos fuera de camino. Han sido buen negocio para la industria de motocicletas y automotriz, para la cerveza, para las bebidas energéticas y un largo etcétera que incluye el turismo en Baja California. Pero.

¿Que han aportado a Baja California, sus habitantes y su medio ambiente estas carreras más allá de la fama de un gran desierto y el atractivo turístico fácil? 

Las carreras han probado ser un peligro. Los estándares de seguridad para el público son bajos e ignorados. Es tristemente común oír de algún accidente mortal para espectadores no precavidos. Estos accidentes hubieran levantado grandes amonestaciones y prohibiciones en otros lugares. Aquí no. ¿Dónde están las reglas y los agentes que garantizan la seguridad de pilotos y espectadores?

Las carreras atraviesan paisajes únicos no sólo en Baja California sino en el mundo. Corren en la reserva forestal que forman las sierras Juárez y San Pedro Mártir y los bosques adyacentes. Recorren el Valle de los Cirios y la Reserva de la Biosfera del Desierto del Vizcaíno. Esta actividad no está prohibida. Pero esta tolerancia a las carreras no quiere decir que son inconsecuentes ¿Cuál es el impacto inmediato y a largo plazo de cientos de vehículos corriendo, los vehículos de apoyo y los turistas que invaden y traspasan estos paisajes? ¿Cómo compensan a los dueños de las tierras por las afectaciones a los caminos rurales, al paisaje? ¿Son estas carreras una actividad sustentable? Estas no son preguntas condenatorias. Son preguntas que necesitan respuestas que nos ayuden a regular esta actividad para que sus beneficios se extiendan a los dueños de las tierras, al paisaje, a Baja California y a todos sus habitantes.

Debemos considerar la carrera de Dakar en África fue suspendida por inseguridad, el riesgo de ser víctimas del Jihad radical, y transladada a América del Sur. Esto sólo resalta que Baja California sigue siendo un sitio seguro y deseable. Debemos tomar en cuenta las voces de todos los interesados en y afectados por estas carreras, incluyendo aquellos sin voz pero con afectaciones posiblemente irreversibles, los paisajes de Baja California. Debemos crear una mesa de diálogo con capacidad de negociación y propuesta de soluciones.

La pregunta final que nos debemos hacer sobre el papel de las carreras campo traviesa juegan en la economía, la ecología y el bienestar de Baja California


La impunidad de los perpetradores de la desaparición de los Normalistas de Ayotzinapa se extiende a todos los crímenes políticos que salpican y manchan al país. ¿Por qué es tan difícil encontrar y enjuiciar a los culpables materiales e intelectuales? ¿Hasta donde llega la impunidad y la complicidad qué impiden la justicia que exigimos?

Colapsos ambientales

Los días de contingencia ambiental de pésima calidad atmosférica que sufre y seguirá sufriendo la megalópolis de la Ciudad de México son evidencia del colapso ambiental que ésta sufre. El remedio casero es disminuir en dos millones el número de vehículos circulando y la contaminación industrial. Estos remedios rápidos son inútiles a largo plazo.
No podemos ignorar que el calentamiento global tiene un papel importante en las condiciones atmosféricas locales que han provocado esta crisis ya recurrente. Esta situación que se ha convertido en la normalidad debe ser una lección preventiva parle resto del país y el mundo. La Ciudad de México no tiene a donde voltear para resolver sus problemas. La megalópolis debe olvidar sus diferencias políticas y crear una autoridad ejecutiva que realmente resuelva los problemas de contaminación. La CAMe (Comisión Ambiental de la Megalópolis) no parece tener estas capacidades o los compromisos necesarios para resolverlos. 

Beijing sufre problemas similares, Los Ángeles y Londres los sufrieron, y podrán volver a sufrir pese a todas las medidas políticas, de reducción de emisiones o la imposición de tarifas extraordinarias para circular.

Hay crisis ambientales naturales, los vientos de Santa Ana o las tormentas de polvo en Mexicali. No podemos eliminarlas, pero podemos tomar medidas que cuiden nuestra salud. Las tormentas de polvo que afectan a Mexicali pueden ameliorarse con un plan de reforestación realista con especies nativas y el uso creativo y racional del agua para su riego. 

La contaminación atmosférica la asociamos a ciudades grande, no se necesita ser una megalópolis para tener crisis ambientales, sólo se necesita la conjunción de condiciones atmosféricas, emisiones de gases y partículas suspendidas. En esta época del año desde la costa podemos ver en la atmósfera una nube amarilla cerca del horizonte, contaminación proveniente de la gran cuenca de atmosférica que compartimos con San Diego y Los Ángeles. Así como las cuencas hídricas comparten su agua, las cuentas atmosféricas comparten su aire. Lo que sucede en Los Ángeles y San Diego tiene consecuencias en Baja California. Mexicali es el fondo de una olla donde se asientan los materiales más pesados. Al problema agreguemos que la planta de vehículos de Baja California es más vieja, los estándares de emisiones de vehículos son más laxos, si no inexistentes y que estos vehículos más la industria sólo empeoran el problema local. Las plantas de generación eléctrica de de ciclo combinado para uso local y exportación también contribuyen a la contaminación.

El clima cálido actual es el caldo de cultivo que puede crear una de estas crisis. El programa de verificación vehicular no requiere una calidad mínima de emisiones y existen miles de vehículos irregulares viejos y baratos con emisiones altas y fuera de la ley. No tenemos un programa que busque rejuvenecer la planta de vehículos, promover los vehículos eléctricos o mejorar el sistema de transporte público. Tampoco tenemos un sistema de monitoreo eficiente y constante que nos informe sobre el nivel de las emisiones de vehículos e industriales y las condiciones atmosféricas y dispare cuando sea necesario las medidas pertinentes. No sabemos si existen mecanismos de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y la industria. No hemos hecho algo para impedir que Tijuana o Mexicali se vean envueltos en colapsos ambientales propios.

En las próximas elecciones a presidentes municipales y cámara de Diputados local los candidatos nos deben plantean las medidas preventivas, remedios, incentivos, programas de reforestación, multas y otras medidas que implementarán para evitar y combatir colapsos ambientales. Los elegidos deben trascender la visión a corto plazo que no ve más allá del próximo ciclo de elecciones. Gobernantes y ciudadanos deben ocuparse del bienestar y salud de todos los ciudadanos. Estas medidas son necesarias por que no disminuirán ni la planta vehicular ni la industrial. Además, las condiciones atmosféricas consecuencia del calentamiento global serán más propicias para generar estos colapsos ambientales. 


A 18 meses en los que desconocemos el paradero de los 43 normalistas, el gobierno mexicano agrede con rudeza innecesaria a la Comisión de Expertos. ¿Quiénes ganan con desprestigiar el trabajo de expertos reconocidos internacionalmente? ¿Hay necesidades innominables para ocultar a los culpables de este acto de justicia perdida?