Thursday 30 April 2020

Ignorancia de Covid-19

Cada día hay cuando menos una nueva noticia sobre la Covid-19, buena o mala. Es por las noticias que aprendemos de lo más relevante de la pandemia. Es imposible seguir todos los casos clínicos, desarrollos de posibles vacunas, antivirals y medicinas para controlar la pandemia y el sufrimiento de sus víctimas. También a través de las noticias aprendemos de pseudosoluciones y reacciones irracionales que nos alejan de encontrar soluciones al problema. También hay mucha información falsa o inventada (fake news es el término de moda) que confunde por proceder de fuentes aparentemente confiables o con aires científicos. 

Las verdades sobre el coronavirus cambian. Cambia, el número de casos y muertos en México y el mundo. En muchos lugares en ascendencia, en otros baja.

Lo cierto es que conocemos poco sobre SARS-Cov-2 y poco a poco aprendemos de su comportamiento en el ambiente, la sociedad y los individuos. No sabemos si el cambio de clima lo afectará. Los países tropicales esperan que enfríe y los templados que caliente para eliminarlo. Sólo el tiempo y la investigación nos dirán si el clima afecta su presencia. 

No conocemos el origen preciso del virus, si la transmisión se dio por un murciélago o pasó por un pangolin. O, bajo el escenario más pesimista, escapó de un laboratorio de virología chino. Siendo este el caso, tampoco sabemos que otros países trabajan con virus altamente patógenos. Eso sí, habrá pandemias. 

No sabemos cuando tendremos una vacuna lista, tampoco sabemos cuánto tiempo servirá, no conocemos la tasa de mutación a largo plazo del virus.La efectividad de la vacuna de la influenza depende de predecir las mutaciones de ese virus. Tasas desconocidas para SARS-Cov-2.

Tampoco tenemos razones para creer que el virus disminuirá su patogenicidad. Esa no es la única ruta evolutiva que tiene. Su patogenicidad y forma de transmisión actuales son muy efectivas para su propagación y multiplicación.
No sabemos qué tan grande es la población infectada, no sólo porque no hemos hecho suficientes pruebas para tener una muestra representativa de la población. También las diferencias en la precisión de las pruebas de anticuerpos, dada su novedad y diferencias en control de calidad, dificultan crear modelos confiables del tamaño de la exposición.

No sabemos el tamaño de la segunda ola de la pandemia, no sabemos cuándo llegará, aunque se espera en invierno. Menos sabemos cómo interactuará con los virus de influenza. 

No sabemos hasta dónde caerá la actividad económica debido al aislamiento personal al que nos hemos forzado para evitar enfermarnos. Jamás sabremos cuántos empleos realmente se perdieron o cuántos empleados enfermaron o murieron por trabajar en condiciones forzadas insalubres. No sabremos cuántos murieron por mano propia porque no creyeron poder sobrevivir la pandemia y su economía. 

No sabemos cuanto tiempo nos tomará recuperar la economía o si los subsidios y préstamos realmente están llegando a quien más los necesita. 

No sabremos realmente cuántos muertos habrá, no sólo por que no todos los muertos por Covid-19 serán reportados —se reportan principalmente los muertos en hospitales. También los políticos están buscando evitar sus responsabilidades reportando números debajo de los registrados. 

No entendemos porqué el crimen, el tráfico de drogas y la esclavitud sexual no han disminuido junto con el aislamiento social. 

No entendemos porqué quedan alimentos en el campo cuando hay hambre en las ciudades. 

No conocemos los efectos del encierro en tantos menores de edad que deberían estar socializando en los salones de clase y los patios de las escuelas. No sabemos si el aislamiento los ha unido más a sus familias. Sabemos que la desigualdad exacerba los males.

No sabemos cuál será la nueva normalidad, pero no perdamos la oportunidad de crearla. 

Nuestra ignorancia no es freno para controlar la pandemia. Al contrario, ha estimulado nuestra imaginación e impulsado la investigación para resolver el problema médico. Mientras más aprendamos, mejores serán nuestras respuestas y soluciones. 

Por su vida ¡Mantengan su distancia!

Además, pido que se encuentre y castigue a los culpables intelectuales y materiales de los asesinatos de Miroslava Breach y Javier Valdéz y el secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa. ¡Viva la Comisión de la Verdad! Que beba Mexicali, dejemos a Constellation sin agua. Sólo dos años de Gobierno en BC. Apoyo a G Sheridan y H de Mauleón.

Thursday 16 April 2020

A Ciencia Cierta

La libertad con la que usamos esa frase en la vida diaria refleja la concepción vulgar del trabajo científico. De un tino certero y constante y de una precisión y exactitud libres de errores, de una infalibilidad constante y de un progreso ininterrumpido hacia la verdad. 

La ciencia no es única o monolítica. No hay consenso de que es hacer ciencia, pero hay rasgos comunes. De estos, enfatizo la capacidad de hacer predicciones con precisión explícita. Debería decir las ciencias, por comodidad diré la ciencia. 

La ciencia es certera, pero ni necesariamente cierta por mucho tiempo. La ciencia no crece a través del método científico, pero el método científico permite certeza y repetibilidad. Dos componentes vitales para que la ciencia siga siendo una actividad honesta capaz de admitir sus errores. 

La ciencia es constante, trabaja todos los días para resolver los problemas que se ha planteado o que la sociedad le demanda. 

La ciencia vive y aprende de sus errores, de los hechos que no pueden ser explicados por sus hipótesis. Thomas Kuhn explora este tema en su libro La Estructura de las Revoluciones Científicas, allí introduce el término paradigmas. Cuando el paradigma, la idea central, de una empresa científica ya no explica satisfactoriamente los hechos y los datos, hay un cambio de paradigma. Generalmente este cambio es generacional y el paradigma viejo muere junto con quienes lo ejercitaban.

La ciencia puede progresar sin generar conocimiento novedoso. Podemos profundizar y explorar una hipótesis pero no generar nuevas forma sobre de entender al mundo, es cuando podemos explicar hechos conocidos y nuevos con una nueva idea, cuando cambiamos que la ciencia nos da un nuevo entendimiento y, con ayuda de la tecnología, nuevas herramientas para interpretar el mundo y utilizar  sus recursos 







Wednesday 15 April 2020

Han resucitado los lemmings para volver a morir

En el siglo pasado, antes de que “El Gen Egoísta” [1]y la selección familiar [2]tiraran por la borda la propuesta de Kropotkin de la evolución de la cooperación —que sigue estando presente aún en el campo de las explicaciones de la evolución — circulaba una leyenda urbana sobre la dinámica poblacional de los lemmings. Una vez que la población alcanzaba densidades muy altas y la comida era insuficiente, miles de estos animales se lanzaban dese los acantilados al mar, suicidándose, garantizando la supervivencia de la especie. La regulación de las poblaciones no ocurre de manera tan altruista, hay competencia por recursos: alimento, parejas, sitios para reproducirse y resguardarse, no todos sobreviven, muchos son depredados, la población se regula. En el caso de los lemmings, a grandes densidades —producto de su alta tasa de reproducción— éstos se dispersan, de allí la leyenda del suicidio masivo. 

Recuerdo esta leyenda porqué a pesar de que se nos ha pedido que evitemos el contacto social y, principalmente, las multitudes, para evitar enfermarnos y dispersar el Covid-19 seguimos creyendo que o el virus no nos tocará porque somos privilegiados o moralmente superiores, o se trata de un mito para controlarnos. 

Ejemplos de estas falsedades sobre el virus abundan. Un rabino israelí conservador miembro del gabinete predicó que el virus era un castigo de dios a los homosexuales muriendo el mismo por complicaciones de Covid-19. Muchas iglesias pentecostales siguen congregándose porqué la sangre de Cristo los protege. Los fieles en Irán lamían las puertas de las mezquitas como prueba de la inmunidad sagrada[3]. El gobernador de Florida declaró servicios esenciales a los servicios religiosos y la lucha libre[4]. Parece que hay segmentos de la población que están dispuestos a morir por el bien de la especie. Han resucitado los lemmings para volver a morir. 

Nada más lejos de la realidad, el ambiente anti intelectual y anticientífico en el que nos movemos no permite que hechos y evidencias permeen a buena parte de la población.

Entre nosotros hay lemmings, personas que por convicción  o falta de información no saben cómo comportarse en esta nueva realidad. Muchos de ellos no tienen los recursos para protegerse y aislarse. Ayudemos a que los lemmings entre nosotros no crezcan, se dispersen e impidan el control de la pandemia. 
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[1]En El Gen Egoísta Richard Dawkins postula que la vida con toda su complejidad e interacciones sólo existe para perpetuar a la molécula inmortal, el DNA. En esta molécula se en cuentran los genes. De allí el egoísmo del DNA, sólo su persistencia y dominancia le importan. 
[2]Bajo la selección familiar (kin selection) unos genes, portados por individuos! Sacrifican su  reproducción “sabiendo” qué un familiar cercano tiene hasta 50% de probabilidad de portarlo. 

Aprendiendo de Covid-19

Aclaración, la enfermedad se llama Covid-19 que es diferente al nombre que se le dio al virus que la produce. Este se llama SARS-Cov-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2, en Español, el coronavirus 2 del síndrome respiratorio severo y agudo). Esta diferencia no nos debe sorprender. El virus HIV causa el SIDA. El nombre —SARS-Cov-2– sigue reglas taxonómicas que permiten a los virólogos identificar de que tipo de virus se trata.

El SARS-Cov-2 es un virus cuyas adaptaciones prosperan en el siglo XXI y cuyo origen es también consecuencia de los tiempos. Sin la explotación desmedida de recursos, la probabilidad de encuentro con este virus hubiera sido mucho menor. SARS-Cov-2 es un virus que resulta asintomático por 15 días antes de manifestarse. En otras ocasiones no se manifiesta (es asintomático) lo que facilita su transporte y transmisión. Además, tiene gran facilidad de transmisión por el aire y por contacto con superficies contaminadas. Con estas características lo hemos repartido por todo el mundo, convirtiéndolo en una pandemia. A este virus lo desconocen nuestros cuerpos y tienen que entrenar su sistema inmunológico para poderlo controlar. Las noticias diarias es que este control no se logra, el,virus entra al pulmón y obstruye la,respiración. El resultado lo encontramos en las noticias diarias. Hay un gran número de enfermos con su proporción de muertos. Ningún país ni ninguna persona está a salvo. Es una verdad innegable y es mejor abierta que oculta. Sólo la verdad nos indicará de que tamaño es el problema y el reto mundial para resolverlo. 

SARS-Cov-2 llegó para quedarse. No lo podemos desaparecer por arte de magia o ciencia. Aprenderemos a vivir con él. Debemos tomar decisiones y brincarnos el proceso de selección natural, que implicaría la muerte de millones sin resistencia, para disminuir su efectividad de transmisión y su patogenicidad. Ya sabemos cómo hacer vacunas y probarlas,estamos aprendiendo que medicamentos pueden tratar los síntomas. No podemos caer en manos de charlatanes por bien intencionados que sean.

Una actitud indiferente o escéptica hacia la presencia de la pandemia no la elimina ni crea inmunidad. Me ha sorprendido que el sistema neoliberal promotor del individuo sobre todas las cosas promueva la solidaridad a través del distanciamiento social. Si no entendemos su razón la pandemia cobrará vidas de más y más rápido. Hay que comportarse como infectado. 

Aprendimos que en el zoológico del Bronx en Nueva York un tigre que estuvo en contacto con un humano asintomático fue diagnosticado con Covid-19. Otros grandes felinos en el zoológico están mostrando problemas respiratorios. Que el virus se transmita de humanos hacia otros animales complica el control de la pandemia. Las, autoridades sanitarias están recomendando que se mantenga a los gatos domésticos en casa durante la pandemia.

Debemos aprender a escuchar, cualquiera oye. Pero escuchar es poder distinguir entre hechos y fake news, entre rumores y evidencias, entre caprichos y políticas humanistas. Superar la Covid-19 exige que escuchemos y actuemos en consecuencia. 

Estamos aprendiendo a usar de forma diferente las redes sociales. Para algunas personas ha eran lamforma de trabajar con colegas en situaciones remotas, para otras la forma de cultivar amistades lejanas. Se han convertido en parte de la vida diaria para ir más allá de las paredes de la casa y compartir con familia y amigos o para seguir trabajando. Se ha vuelto parte devida diaria, les hemos perdido el miedo y nos ha acercado sin contacto físico a otras personas que habíamos relegado. ¿Podemos ahora concebir un mundo sin ellas? 

Aprendemos todos los días que aún no sabemos todo lo qué hay que aprender sobre SARS-Cov-2 y sus consecuencias.

Que el aprendizaje de esta pandemia y su solución nos inspire a remediar el otro mal mundial que nos aqueja pero ha pasado a segundo plano, que no al olvido, el calentamiento global y sus consecuencias. Nos hemos demostrado que las acciones individuales, en los,cambios en la forma de vida tienen consecuencias. 

Por su vida ¡Mantengan su distancia!

Además, pido que se encuentre y castigue a los culpables intelectuales y materiales de los asesinatos de Miroslava Breach y Javier Valdéz y el secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa. ¡Viva la Comisión de la Verdad! Que beba Mexicali, dejemos a Constellation sin agua. Sólo dos años de Gobierno en BC. Apoyo a G Sheridan y H de Mauleón.