Propaganda vs. sustentabilidad

Propaganda. Acción y efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores. Por favor nótese que en la definición de propaganda no es necesario decir la verdad o dar a conocer hechos reales para ganar adeptos. 

El día de la publicación de esta columna estaremos a una semana de las elecciones federales, estatales y municipales del 6 de junio. Nos informa el Instituto Nacional Electoral (INE) que serán las más grandes —y más caras— de la historia del México democrático. También nos informa el Tribunal Electoral que serán las más disputadas. Las disputas no serán porque existe la posibilidad de supervisar casillas en centros urbanos y porque habrá observadores internacionales. Tal vez las disputas se originen porque hay más miembros de la clase política que puestos de elección popular. Todos los candidatos cuentan con los puestos para ganarse la vida —y más— pagar favores y avanzar su carrera; nada que ver con servir a quienes los votamos y pagamos sus salarios.

No hay noticiero o encabezado de periódico y revista que no hable de actos violentos por parte de o hacia un candidato. Peor aún, hay un número sin precedentes y creciente de candidatos asesinados. Entre as causas de la violencia están, sexismo, conflictos comunitarios y narcotráfico. El resultado es las elecciones más violentas del México democrático. Resulta ignorante querer atribuir la violencia al régimen actual, hemos dejado crecer las diferencias entre unos y otros, así como la economía obscura que genera el narcotráfico. 

Si quieren saber las posiciones de aquellos candidatos que tienen una opinión sobre la seguridad pueden consultar en el Observatorio Nacional Ciudadano: https://onc.org.mx/uploads/PUMS2021ppt.pdf.

Las campañas electorales actuales no me parecen honestas. No mienten, pero, como siempre, hacen promesas vacuas que nunca sabremos si cumplieron o no. Lo deshonesto de las campañas es que evitan la realidad presente y también evitan nuestro futuro. El mensaje de que todo tiempo pasado fue mejor, parafraseando a Jorge Manrique, es lo que nos repican en las campañas. No tenemos que ir muy lejos al pasado para darnos cuenta de que los problemas de desigualdad y corrupción se han mantenido sin importar qué partido esté en el poder y qué tanto ruido haga la oposición. No podemos ni debemos regresar al pasado para llegar al futuro. ¿Dónde están los políticos con visión de futuro? No los he encontrado en esta elección

Sustentabilidad. Práctica de uso de recursos naturales que permite su aprovechamiento humano presente y futuro respetando al recurso y a sus usuarios naturales. 

Los candidatos de todos los partidos y en todos lados hablan de su importancia pero no hablan de nuestro futuro sustentable. Un futuro que necesitamos como ciudadanos que habitamos una comunidad, un municipio, un estado, una nación y nuestro planeta. El mundo ya no es infinito, nunca lo fue. Cada vez somos más y es imperante usar los recursos equitativa y sustentablemente. Es necesario que la sustentabilidad esté acompañada de la justicia social y del trabajo digno y saludable. 

¿Qué están pensando, planeando o visualizando los partidos para el futuro de todos? Parece que nada, ni una sola plataforma electoral de candidatos o partidos con las que me he topado hablan de sustentabilidad, de cambio climático, de la economía y vida de un México post petróleo. Mucho menos hablan de una política que promueva las economías locales sustentables o de la participación ciudadana local en la toma de decisiones del aprovechamiento de recursos naturales locales. Lo importante para los políticos es elegirse.

Una última pregunta a los candidatos ¿Dónde está el entusiasmo por la vida por arriba de la ambición políticas?

Basta de propaganda electoral que pinta un país inexistente e indeseable. Necesitamos propuestas concretas que se conviertan en políticas y acciones que nos lleven al desarrollo sustentable. 

Si la seguridad de candidatos y ciudadanos es un problema apremiante en México ¿Por qué pido sustentabilidad y no seguridad? Porqué para que haya seguridad, paz, justicia y democracia los recursos y la riqueza que generan a través de su uso sustentable deben estar al alcance de todos. Porque es necesario que la regulación  y el control de los recursos sean una responsabilidad ciudadana y el estado funcione como regulador justo de la riqueza y la naturaleza. 

Son elecciones difíciles porque no hay a quién elegir como representante que piense en el futuro de todos y no sólo el propio.

Antropocénica del voto (verde)

 Este 6 de junio tendremos elecciones para presidentes municipales, gobernador, legisladores estatales y diputados federales. La logística del financiamiento y legitimidad de los candidatos y los costos del proceso de elección serán gigantescos. Siete mil 159 millones 491 mil 569 pesos. Costando cada voto unos 290 pesos. El costo del voto variará por el número total de electores que lleguen a las urnas y ejerzan su derecho a votar. Es mucho dinero y debemos cuestionar el costo y el gasto.

Heraldo de México

Nos podemos preguntar si estos costos nos proveen de una democracia repleta de oficiales electos responsables y comprometidos con sus electores y los principios de igualdad, justicia, 

paz, educación, etc. O, si por el contrario, la clase política, con sus partidos, acólitos y oráculos, ha creado un fuerte resguardado por el Instituto Nacional Electoral (INE) a nivel federal y aquí por el Instituto Electoral del Estado de Baja California. Los ciudadanos pagamos partidos e institutos con nuestros impuestos. Sin embargo, la clase política hace casi imposible que cualquiera de nosotros sea votado como candidato independiente. Es también casi imposible y hasta mal visto que cualquier ciudadano —aunque tenga la capacidad técnica— proponga leyes o normas o decretos que mejoren la calidad de vida o del ambiente.

Culpo por igual a partidos e institutos electorales de impedir una democracia viva y responsable que promuevan la conciencia y la responsabilidad ciudadanas. Que nos permita asumir nuestras responsabilidades, como pagar impuestos, obedecer las reglas de tránsito o reciclar con orgullo y no sintamos pena o culpa al exigir a los oficiales electos y a los burócratas que hagan su trabajo responsablemente y rindan las cuentas que siempre nos deben.

Esta elección y el sistema de partidos actual no tiene indicios de llevarnos a un mejor país. Estas son las razones.

¿Cuál es la agenda política del siglo XXI y como compara con la que presentan los partidos?

Mi impresión es de que no hay. Todos los partidos, incluyendo al Partido Verde Ecologista de México —el partido de las cuatro mentiras según Julio Hernández de Astillero en La Jornada— carecen de una política que promueva el desarrollo sustentable, nos libere de la dependencia económica y financiera del petróleo y procure aumentar la participación de los ciudadanos y las comunidades en las decisiones locales, regionales y nacionales.

¿Porque son necesarios los candidatos independientes? La clase política se atrinchera, hay que eliminar ese coto de poder. Debemos promover (¿promovernos como?) candidatos independientes que logren llegar a los puestos de responsabilidad ciudadana porque han demostrado un compromiso y una agenda de trabajo congruente con el desarrollo sustentable de la comunidad y con la responsabilidad de dar cuentas claras a los ciudadanos para seguir construyendo nuestro México.

publikom

¿Dónde podemos empezar a ejercer una agenda verde? En la casa, en la ciudad y en el voto. Pregúntale a tu candidato, si se aparece, cuál es el componente verde de su agenda. Dile que vas a promover no votar por el si no tiene agenda verde.

¿Cuál debe ser el futuro de los municipios, los estados y la federación frente a las comunidades y los ciudadanos? Es momento, siempre lo ha sido, de cuestionar cómo funcionan los tres niveles de gobierno. Es claro que no lo hacen para las mayorías que los eligen. Siempre sirven a otros intereses, a veces ajenos a los partidos, pero también para perpetuarse en el poder. La democracia representativa en México no ha creado mecanismos reales que permitan juzgar y castigar el comportamiento de los políticos. Al contrario, el sistema está diseñado para perpetuarse. Debemos construir alternativas democráticas.

¿Debo votar en las elecciones del 6 de junio? ¿Qué pasa si no voto? ¿Qué estoy legitimando?

Esta es la votación con la decisión más difícil a la que me he enfrentado. Votar por el partido en el poder, en las elecciones de gobernador, municipales y legislativas, es legitimar un gobierno que no es de izquierda y actúa como cualquier gobierno neoliberal. Sólo ha eliminado algunos privilegios, pero su programa no es viable para mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos y llevarnos hacia un México sustentable. Votar por el pasado es creer que soluciones que nunca han funcionado son útiles para el futuro. Votar por los partidos parásitos es perpetuar un sistema que ya no funciona. Es una lástima que las casillas no reporten votos anulados como proporción de votos válidos.

El comunista.net