Thursday 16 April 2020

A Ciencia Cierta

La libertad con la que usamos esa frase en la vida diaria refleja la concepción vulgar del trabajo científico. De un tino certero y constante y de una precisión y exactitud libres de errores, de una infalibilidad constante y de un progreso ininterrumpido hacia la verdad. 

La ciencia no es única o monolítica. No hay consenso de que es hacer ciencia, pero hay rasgos comunes. De estos, enfatizo la capacidad de hacer predicciones con precisión explícita. Debería decir las ciencias, por comodidad diré la ciencia. 

La ciencia es certera, pero ni necesariamente cierta por mucho tiempo. La ciencia no crece a través del método científico, pero el método científico permite certeza y repetibilidad. Dos componentes vitales para que la ciencia siga siendo una actividad honesta capaz de admitir sus errores. 

La ciencia es constante, trabaja todos los días para resolver los problemas que se ha planteado o que la sociedad le demanda. 

La ciencia vive y aprende de sus errores, de los hechos que no pueden ser explicados por sus hipótesis. Thomas Kuhn explora este tema en su libro La Estructura de las Revoluciones Científicas, allí introduce el término paradigmas. Cuando el paradigma, la idea central, de una empresa científica ya no explica satisfactoriamente los hechos y los datos, hay un cambio de paradigma. Generalmente este cambio es generacional y el paradigma viejo muere junto con quienes lo ejercitaban.

La ciencia puede progresar sin generar conocimiento novedoso. Podemos profundizar y explorar una hipótesis pero no generar nuevas forma sobre de entender al mundo, es cuando podemos explicar hechos conocidos y nuevos con una nueva idea, cuando cambiamos que la ciencia nos da un nuevo entendimiento y, con ayuda de la tecnología, nuevas herramientas para interpretar el mundo y utilizar  sus recursos 







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