Friday, 24 January 2025

XXI y 1/4

 Empieza el año 2025 y acaba el primer cuarto de siglo XXI. ¿Tiene significado especial alguna de las dos marcas? Ninguno. No presto atención especial a las fechas de los calendarios, a los años, siglos o milenios. Los calendarios son medidas de tiempo fijadas en un punto arbitrario que nos permite referirnos a una secuencia de eventos para poder identificarlos o recordarlos como puntos importantes o trágicos de nuestra vida personal o social. Tan arbitrarias son las fechas de los calendarios que Jesús de Nazaret no nació en el año cero de la era cristiana, pero no vamos a mover esa contabilidad para ajustarnos a un nacimiento. 

En 1582 el papa Gregorio XIII cambió el calendario juliano cuando sus asesores se dieron cuenta que había errores en los años bisiestos de este calendario y retrasos horarios, por lo que aumentó 10 días para compensar, creando el calendario gregoriano que casi todos usamos.


Hace ya varios años—siete— que los “milenials” pueden votar en México. El siglo XX acabó en el año 2000 y el XXI comenzó al año siguiente, 2001, a pesar de toda la publicidad y parafernalia que acompañó al año 2000, incluyendo la amenaza de que las computadoras dejarían de trabajar por que no estaban programadas adecuadamente para el año 2000 ó 00. Nada pasó.


Arthur C Clarke y Stanley Kubrick escriben el guión de la película 2001, una odisea del espacio estrenada en 1968, mientras que Clarke desarrollaba la novela publicaba ese mismo año. El título implica al primer año del siglo XXI. La película es una metáfora de un futuro qué aún no llega. También ilustra los riesgos de la Inteligencia Artificial en nuestras vidas; en el caso de la película, queriendo ser controladas por HAL una computadora con sus propios y desconocidos fines. La película acaba como una esperanza de que, pese a la Guerra Fría del siglo XX, llegaríamos como especie al siglo XXI, per con un futuro incierto.


A pesar de las utopías y distopías escritas o llevadas a la pantalla sobre la época en que vivimos, la realidad y los retos del primer cuarto del siglo XXI no nos dejan en paz. En vez de crear un futuro para todos, este nos alcanzó a manos de unos cuantos. El cambio climático global no es una distopía que por miedo a enfrentar esa realidad podíamo aventar a la siguiente generación. Los efectos de los gases de efecto invernadero están aquí y ahora. No siempre es posible hacer una conexión causal entre algún desastre ambiental y el cambio climático, pero nin es difícil ni es irreal vincularlos.


Esta semana los fuegos propagados por los vientos de Santa Ana en el área de Los Ángeles, California han destruido decenas de miles de construcciones en áreas icónicas como Malibú, Santa Mónica, Hollywood y Pacific Palisades. ¿Quién responde a estas catástrofes?



Por años expertos en manejo de fuego han advertido que la política de supresión de fuegos, promovida por Smokey the Bear en los Estados Unidos, sólo causa la acumulación de combustibles naturales y, por lo tanto, fuegos catastróficos futuros. Tal como los que hoy se generaron en las áreas silvestres de Los Ángeles. ¿Cuál fue la causa de los fuegos que subyugan a Los Ángeles? Estos casi seguramente fueron causados por humanos. Al momento que se iniciaron no había rayos que pudiera ser su causa natural. Así que hubo un accidente, negligencia o intención humana en el origen de estos fuegos que los vientos de Santa Ana propagaron desde las áreas silvestres de Los Ángeles a las zonas habitadas.


Una vez en las zonas habitadas, la narrativa cambia. Los vientos de más de 100 km por hora han impulsado a las brasas de los árboles incendiados y, después, de las casas brincarán de una construcción a otra, provocando una destrucción cuasi-apocalíptica. Los noticieros de todo el mundo documentan esta destrucción como un acto natural. 


La culpa próxima es de aquellos que provocaron los fuegos en las zonas silvestres, tal vez en algún momento sean capturados, acusados y encontrados culpables de provocar estos incendios. Esto también será noticia de primera plana. Las causas últimas: las lluvias intensa y y las sequía más intensas y prolongadas en la región, la constancia de vulnerabilidad a incendios bajo estas condiciones, el incremento en temporalidad y fuerza de los vientos de Santa Ana tienen otra razón, el cambio climático global. Causas apenas cuestionadas en los medios y gobiernos pero que debemos enfrentar y enfrentar a los culpables. 


Estamos en el  siglo XXI + 1/4 y no hemos hecho lo suficiente para remediar la situación.




Saturday, 22 June 2024

¿Hay mañana?

El 3 de junio amanecimos en un país diferente. Nunca tantas personas habían ejercido su voto, nunca en la incipiente democracia mexicana había sido la diferencia tan grande entre el primer y el segundo lugar. Nunca antes hubo candidatas. Nunca habíamos tenido una presidenta. Esa madrugada teníamos ya una indisputable ganadora de la elección presidencial, Claudia Sheinbaum. Ya alcanzamos la madurez política de otros países que han tenido jefas de estado: India, Inglaterra, Argentina, Canadá, Chile, Islandia y Nueva Zelanda; seguro hay más países. La lista deberá crecer, las mujeres son la mitad del mundo.


Imposible pensar un fraude electoral cuando la proporción de votos en la elección presidencial es 2 a 1, hay mayoría calificada de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados y quedaron cortos por dos o tres curules en el Senado para esa mayoría. En muchas otras elecciones estatales y locales Morena ganó con mayorías claras. 


El adefesio que se hizo pasar por una coalición opositora no sólo se engaño en su unidad, cuando entre y dentro de los partidos hubo maniobras para mantener el poder, el registro, los privilegios y hasta el fuero para escapar acusaciones y juicios asociados a maniobras harto obscuras de diferentes líderes. También engañó al electorado haciéndolo creer que tenía la posibilidad real de, si no ganar las elecciones, si ser una oposición consolidada y madura. Con la mayoría abrumadora y la oposición desmembrada, la ciudadanía queda al garete y sin un mañana democrático y abierto.


La ausencia de una oposición organizada a todo nivel de gobierno debe preocuparnos. Una crítica honesta, atrevida, valiente y propositiva es la mejor, y posiblemente la única, forma factible de mantener racionales, razonables y sensatos a una presidenta y a un gobierno que ganaron por una mayoría abrumadora y, como todos, tienen una visión limitada del país.


Nadie, y menos sospechosa y descaradamente el Partido Verde Ecologista de México, abordó los temas ambientales durante la campaña. Si lo hicieron, las propuestas no llegaron a los boletines de prensa, las primeras planas, los noticiarios en vivo o las columnas de opinión de cualquier medio. La violencia en la ciudad y el campo, la pobreza, la sequía, el hambre, el cambio climático son temas ambientales. Ninguno de estos temas se resuelve considerando solamente su aspecto ambiental, tampoco se resuelve si se ignoran los aspectos y causas ambientales que los originan o resuelven.


Más de una vez se nos ha dicho que México es un país megadiverso, que su riqueza biológica es extraordinaria. ¿Por qué entonces no la aprovechamos más para crear riqueza material que reduzca la pobreza? La amenaza de la cites, la comisión internacional encargada de regular el tráfico de especies amenazadas, de prohibir el comercio de 3,148 especies si no se daba mejor protección a la vaquita, es una indicación de que si podemos vivir mejor a partir de nuestra riqueza de especies y nuestra biodiversidad. Una tarea pendiente para lograr esta riqueza es recuperar la autonomía de la conabio.


La violencia en campo y ciudad es explicada parcialmente por la desigualdad y la falta de oportunidades. En todo el mundo el campo se está vaciando y las ciudades sufren de sobrepoblación y colonias paupérrimas. El abandono del campo en México ¿es por falta de oportunidades? Seguro, pero porque no hemos dejado que sus habitantes las creen y no damos el apoyo necesario para que logren una vida sustentable. Las personas se mudan a la ciudad, pero tampoco dejamos que se creen oportunidades de autoempleo en la ciudad. Dos resultados importantes de esta tendencia es el crecimiento del empleo informal y del empleo por los cárteles de narcotráfico, el segundo empleador del país.


No podemos ignorar o menospreciar al ambiente, a la vida silvestre y a quienes viven de el. La agenda política de este nuevo gobierno debe considerar al ambiente para disminuir y revertir los problemas de pobreza, violencia y cambio global. Debe proponer una transición rápida para despetrolizar al país. No debemos aumentar nuestra contribución de gases de efecto invernadero si tenemos recursos renovables como sol, viento, mareas y corrientes marinas que lo deben substituir. Las consecuencias de liberar nuestra economía y nuestra vida del petróleo es disminuir el cambio climático y crear empleos sustentables al descentralizar las fuentes de energía.


¿Podemos forzar a los gobiernos que tenemos a crear un mañana sustentable?

Tuesday, 4 June 2024

Allende 2 de junio

 ¿Ejerciste o ejercerás tu voto? ¿Vale la pena votar? —independientemente de por quién hayas votado— ¿qué tiene que ver tu voto con el futuro del ambiente, las especies y el cambio climático? ¿Por qué en. medio de la crisis ambiental mundial en la que vivimos los temas relevantes son ignorados por las campañas políticas que recién terminaron? La ignorancia se ejerce aún sabiendo que un ambiente sano y sustentable es crucial para el futuro de nuestras vidas y nuestro bienestar y del planeta.


El voto solitario que ejerces en tu casilla es uno de millones, parece que no cuenta, pero las consecuencias de todos los votos en un distrito electoral, un estado o el país si tienen consecuencias. Tu voto es la oportunidad única y limitada de expresar tu sentir como ciudadano, es a la vez una instrucción y advertencia a los gobernantes y opositores. Los votantes se quedan en casa, —triste mayoría—pierden una oportunidad de expresar su aceptación o repudio a quién tomará las decisiones que afectarán su vida. Sólo quienes creemos y sabemos, como Winston Churchill dijera, que la democracia representativa es la menos peor de las formas de gobierno votamos con orgullo. Espero que todo voto sea razonado o cuando menos no ejercido bajo coerción real o percibida.


La mayoría de los votos dan a un partido un mandato y los votos contrarios y en minoría una advertencia de los límites y aceptación popular del mandato. El pluripartidismo mexicano, pese a las coaliciones quiméricas que asaltan nuestro sentido común, es indicio de la diversidad de visiones de nación que tenemos. No hay consenso nacional y no hay un mandato incuestionado. Es en esta encrucijada donde se debe ejercer la verdadera política, el compromiso que ayude a los más pero que no limite los derechos de los menos, de las minorías y que en el camino acabe con los privilegios.


Con los resultados de las votaciones del 2 de junio habrá triunfos, mayorías y minorías, elegidos nuevos o reciclados, reclamaciones, juicios y resoluciones. El 3 de junio empieza nuestro trabajo, nos queda el reto de convencer a nuestros gobernantes de las tareas importantes por hacer. Antes de leerles las asignaciones, hay que recordarles que no son omnipotentes, menos inmortales y, por mandato constitucional, sustituibles (no reelegibles). Acto seguido aclararles que les dimos el voto, el mandato y la confianza para eliminar la pobreza y la desigualdad, y alcanzar el desarrollo sustentable.


Para lograr esto deben proteger al ambiente no sólo con nuevas áreas naturales protegidas, leyes, norma o decretos. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas debe tener los recursos para mantener las áreas a su cargo en el mejor estado de conservación, sus tareas deben incluir la prevención de daños al ambiente y la restauración de hábitats y paisajes. Debe planear a plazo más allá del sexenio, el cambio climático cambiará los paisajes y especies de las áreas naturales protegidas. ¿Es posible mantener estas áreas o debemos planear donde debe haber nuevas áreas naturales protegidas?


Debemos preguntarnos y buscar las respuestas a ¿Cómo puede influir el futuro de nuestros paisajes y recursos naturales en el desarrollo sustentable de México? Siendo un país megadiverso, buena parte de nuestro futuro está en el uso sustentable de la biodiversidad, desde los recursos genéticos hasta los paisajes. Exportamos sustentablemente más de 3,000 especies, este número puede y debe aumentar. Las  comunidades que viven de estos recursos conocen su valor. Sin estos paisajes y recursos bien conservados muchas comunidades perderán un medio de vida.


 La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente debe tener la capacidad de evaluar sancionar y castigar.  Esta procuraduría necesita un presupuesto y un mandato realistas que le permita ejercer sus capacidades de procuración ambiental y defender nuestros recursos naturales. 


Aunque México no está entre los productores más grandes de gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles, la causa principal del calentamiento global su contribución no es despreciable. El país tiene  grandes capacidades de producir energías alternativas de forma centralizado  o local, pero no ha hecho ni los esfuerzos ni las alianzas necesarias para destetar la economía de la dependencia del petróleo. Las refinerías de Deer Park o Dos Bocas ni ayudan a este destete ni incentivan a productores de energía alternativa e invertir. 


Exijamos un México sustentable.

Saturday, 18 May 2024

El mango de la conservación

 La conservación de áreas naturales no es únicamente un decreto de uso de suelo o una transacción de compra privada para proteger un territorio. Son una series de acciones más complejas, las cuales se entienden mejor si las comparamos con el aroma, el aspecto, el sabor, y la fibra de un mango. Permítanme explicar.


¿Hasta donde deben llegar los esfuerzos de conservación de tierras? La respuesta fácil es asomarse a un mapa, medir el territorio conservado y declarar la tarea cumplida. Es una respuesta simple y objetiva, pero incompleta y fuera de la realidad.


Pintar en un mapa un área de conservación y montar letreros que anuncien sus límites y reglas de uso jamás serán suficientes para conservar un territorio. Si todos los territorios de conservación fueran islas de acceso difícil ni siquiera habría que esforzarnos por mantener sus ecosistemas y procesos biológicos, su inaccesibilidad haría que nuestra huella fuera mínima; las áreas de conservación son atractivas para su uso, productivo o recreativo y son retos diarios y continuos para la conservación. Forzosamente debemos agregar otros ingredientes para obtener la mejor receta de conservación.


El fin de mantener un territorio bajo cualquier esquema de conservación es asegurar que los procesos naturales —ecológicos o biológicos— sucedan con la menor interferencia humana. Nos gusta saber que plantas, animales y todos los otros organismos tienen un “lugar seguro” para llevar a cabo su vida, descansar en la migración, alimentarse, reproducirse o pasar el invierno.


El otro fin y reto de mantener un área bajo conservación es dar a conocer que se ha seleccionado este pequeñísimo pedazo del planeta porque tiene características naturales que lo hacen un buen ejemplo de como han sido y pudieran ser los territorios adyacentes. Estas áreas son un testimonio de nuestra capacidad de modificar el planeta en nuestro beneficio sin olvidarnos de nuestros orígenes biológicos y dependencia del planeta.


A las áreas naturales protegidas hay que protegerlas de nosotros. En México, el presupuesto que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas otorga a sus áreas no es suficiente para contar con policías en los parques; en las áreas naturales privadas no hay presupuesto que alcance para patrullarlas. La conservación no se logra restringiendo y prohibiendo la entrada a las comunidades y otros usuarios a las áreas menos sensibles para que sepan que se protege y porque. Las áreas núcleo si deben estar restringidas a todos los humanos, con excepciones de investigación o monitoreo restringidas. La mejor solución sigue siendo establecer comités de vigilancia participativa donde personal del área natural protegida, las comunidades circundantes y personas y organizaciones interesadas se encarguen de asegurar la integridad del área, no sólo con fines pecuniarios, también porque cuidar los recursos naturales es asegurar el aprovisionamiento de recursos como agua limpia y alimento, la prevención de inundaciones y otros desastres naturales, y trabajo, como pesquerías, acuicultura y el aprovechamiento de “recursos no maderables” como flores, mariposas, plantas medicinales y hasta ajolotes para prevenir la tos.


Quien se encarga del área natural protegida no vive en aislamiento, es parte de una comunidad. Es con esta comunidad con quien debe establecer alianzas cercanas y a largo plazo para mantener la integridad del área y sus alrededores. Los trabajos comunes deben ir más allá de los confines del área, deben involucrar a la comunidad, deben ayudar a mejorar la calidad de vida y deben mantener o mejorar el ambiente; también deben educar sobre el valor del territorio, sus recursos y sus paisajes, enorgullecerlos de pertenecer a un lugar único e inimitable del planeta.


La conservación es un mango. Atractivo y perfumado por fuera y con una red íntimamente interconectada y viable como un todo por dentro. El hueso es el territorio. Lo que hacemos, creemos y comunicamos, la pulpa que disfrutamos. La fibra y el sabor del mango es el valor intrínseco y agregado del paisaje, los bienes y recursos que nos ofrece el ecosistema como agua y aire limpios y otros recursos aprovechables. En esa fibra están los valores estéticos que inspiran, la recreación, el respeto, la admiración y la contemplación que logramos al estar allí. A la naturaleza le da conectividad de hábitats en un mundo cada vez más fragmentado que sirve tanto a especies migratorias como residentes.

Viviendo nuestra biodiversidad

¿Qué es la biodiversidad? El entender común es que biodiversidad es igual al número de especies en el planeta, un continente, el país o una región mas pequeña y también el número de individuos. Bajo esta definición defender la biodiversidad es igual a proteger especies y mantenerlas vivas en el espacio donde habitan.


La biodiversidad es más que eso, empieza en la huella de vida más pequeña que podemos encontrar (en el suelo o el agua), moléculas de dna, la información genética que da forma y función a la vida, pasando por individuos, especies, biomas (como el desierto o la tundra) y los grandes paisajes.


Para lograr una economía sustentable con los bienes y recursos naturales locales, debemos conocer y entender nuestra biodiversidad. Este conocimiento tiene huecos y barreras que debemos cerrar y superar para su mejor uso sustentable. Para cerrar esos huecos debemos saber que nos falta por conocer y debemos estar preparados para afrontar las sorpresas que el cambio climático traerá. Deberemos adaptarnos a nuevos patrones climáticos y aceptar que nuestro ambiente cambiará, que algunas especies se irán a otro lado o se extinguirán y otras llegarán a vivir al clima al que están adaptadas. 


Nuestras barreras son los pocos canales de comunicación, o, tristemente, la nula comunicación que existe para informar y comprender que hemos cambiado nuestro mundo, que debemos cambiar nuestra forma de vida concordantemente. No todos haremos lo mismo, podemos pintar el paisaje de diferentes colores, pero en la misma dirección.


Para nuestros fines, debemos crear y fortalecer colaboraciones regionales binacionales entre instituciones de investigación, oficinas gubernamentales, asociaciones civiles, tribus, pueblos, comunidades e individuos cuya responsabilidad y preocupación es mantener la biodiversidad.


Para esto debemos definir objetivos comunes mientras mantenemos los de interés propio; debemos crear conocimientos y datos que sea útil a toda persona interesada. Ya que estos conocimientos serán creados con recursos públicos, deben ser accesibles al público. Esta disponibilidad es necesaria para promover la discusión constructiva y evitar problemas de comunicación y errores en la adquisición y el uso del conocimiento.


Para que entendamos y usemos sustentablemente la biodiversidad debemos conocerla mejor. A quienes la estudiamos nos queda la responsabilidad, y gusto, de dar a conocer estos conocimientos y nuestras ignorancias y las consecuencias positivas y negativas de nuestro trabajo.


Para lograr esta comunicación debemos contestar qué debemos hacer para que entendamos que nuestra visión del mundo no es un reflejo verosímil de la realidad del siglo xxi. ¿Cómo incorporamos una nueva visión del mundo a las redes sociales, la comunicación masiva, las currícula de educación y nuevas formas de vida sustentables?


Lograr el uso sustentable de la biodiversidad requiere que tengamos una visión de a donde queremos llegar en los futuros mediano y a largo plazo. ¿Cómo veo nuestro camino a un futuro sustentable?


Las ciudades crecen y las personas que trabajan el campo disminuyen. Las ciudades deben promover el transporte público, la generación local de energía, industrias que promuevan la economía circular y el concepto de basura cero donde los deshechos se reusan, valorizan y reciclan.


Debemos asegurar que quienes trabajan el campo tengan las herramientas, insumos y agua necesarios y paguemos precios justos por sus productos. Dada la crisis permanente de agua que sufrimos, habrá que regar los campos por goteos, con las inversiones de capital que se requiere.


Quiero mayor porosidad en nuestras vidas y fronteras. Me preocupa que en un mundo con abundancia y diversidad de información nos hemos aislado en grupos pequeños de personas e ideologías que no nos permite distinguir entre dogmas, opiniones e información. ¿Cómo abrimos los brazos y la mente para superar estas barreras que limitan nuestras formas de ver la realidad?


El mantenimiento de la biodiversidad regional requiere que en nuestro futuro existan fronteras más porosas. La construcción de la barda fronteriza, tan alabada por Trump y mantenida por todos los presidentes, impide el paso a personas, plantas y animales y agua y vientos necesarios para mantener la biodiversidad. Creemos cruces fronterizos más porosos, con mayor confianza y mejor flujo de vehículos que garantizan una mejor calidad de vida porque nos dan más tiempo para vivir y menos contaminantes.

Reflexiones sobre América Profunda

Fui honrado  con presentar el libro América Profunda. Visiones y convergencias en la oceanografía social del continente, editado por Nemer Narchi y Christine Beitl, publicado por El Colegio de Michoacán. Aquí algunas de mis impresiones e ideas derivadas del libro.


Si Bolivia y Paraguay son los dos países en el continente sin costa, ¿por qué hemos ignorado el estudio del océano y sus habitantes? La mayoría de los humanos vivimos en ciudades en las costas, costas con problemas de pobreza y exclusión de los pueblos marginales. Esto da lugar a una competencia desleal entre usos tradicionales, ancestrales y sustentables contra la libre empresa.


En la Oceanografia Social la adquisición de datos ha cambiado. La investigación cooperativa, como método de investigación, ayuda a la antropología y a los pueblos a resolver problemas e hipótesis de preocupación y acuerdo mutuo. En contraste, en las ciencias naturales en la ciencia ciudadana la donación de datos que los científicos requieren no provee retroalimentación o un reconocimiento.


El libro enfoca la multivocalidad, las voces múltiples. Escuchar lo que otras personas dicen y convertir esas voces en preguntas de investigación y resultados. Con esta premisa para la conformación de las preguntas de investigación, el libro se concentra en dos temas de presentes en las comunidades ribereñas de América Latina: la pesca artesanal y el aprovechamiento de los recursos de los manglares. Los casos tratados en el libro son locales, los problemas y soluciones demuestran su ubicuidad.


La pesca artesanal da trabajo y subsistencia a las comunidades. ¿Quién consume sus productos y quién la regula?¿Cómo compite la pesca artesanal con otros depredadores naturales? ¿Están los consumidores y reguladores conscientes de las peculiaridades de una pesquería? ¿Pagan un precio justo? ¿la regulación refleja las condiciones locales como para mantener la resiliencia del ecosistema? ¿quién regula a los reguladores?


¿Dónde quedan en nuestro imaginario y en la realidad los manglares? Comprenderlos y amarlos es entender la esencia en las interacciones tierra océano y humanos. Destruimos manglares sin pensarlo, aunque sus estructuras sean resilientes a la variación climática y los eventos climáticos extremos, protegiendo vidas e infraestructura. Hemos descubierto en estos ecosistemas el Carbono Azul, un almacén de Carbono que debe ser fuente de vida sustentable para sus dueños y contraria a las presiones desarrollo.


El libro apunta a uno de muchos caminos para las ciencias del siglo xxi. Debemos preocuparnos por quien determina y patrocina que hacea a la investigación relevante o apropiada. Las ciencias en México siempre han dependido de modas y tecnologías más que de necesidades, como ha sido los estudios de camaronicultura intensiva vs. sustentable.


Nuestra necesidades y la curiosidad por resolver problemas existenciales como el origen de la vida y el universo han impulsado a las ciencias. Ahora somos conscientes de que nuestra intervención en experimentos y observaciones afecta los resultados y tiene consecuencias; las ciencias no son absolutamente objetivas. En el siglo xxi las ciencias deben hacer hipótesis y predicciones múltiples que resuelvan los problemas planteados por la multivocalidad, siempre y cuando sean problemas en busca de soluciones y no soluciones buscando problemas que las justifiquen.


El cambio climático no es parcelado, es ubicuo y continuo. Pese a los modelos, tampoco sabemos del mundo que nos depara. Este cambio ha creado en las comunidades costeras retos  para escoger entre ser autosuficientes pero sin ingresos para pagar servicios o exportadoras de bienes y dependientes. La solución  real es un compromiso entre estos futuros.


El libro habla de los alcances y limitaciones de la oceanografía social, también invoca otros retos. Apunta a necesidad de voltear al mar aceptando sus realidades. Es difícil vivir del y con el mar si no estudiamos sus personas, como convivir y subsistir con el, como hacer comercio e industria considerando conflictos de interés, riesgos y vulnerabilidades, sin olvidar las resiliencias ecosistémica y social.


Así como la oceanografía social nos ha llevado a una multivocalidad, debemos desarrollar ciencias que nos ayuden a defender el fondo del mar,  sin voz, pero que será alterado irremediablemente por la minería submarina con consecuencias globales desconocidas pero que podemos adivinar.

¿Ecología en campaña?

 Las campañas electorales corren, las más notorias son las presidenciales, sin olvidar que tendremos que cruzar muchas boletas el 2 de junio. La numeralia del Instituto Nacional Electoral es impresionante, 20 708 cargos a elegir en todo el país. En las elecciones federales, además de elegir a la cabeza del ejecutivo se elegirán 500 diputados y 128 senadores. En los estados habrá competencia por nueve gubernaturas y 1 098 diputaciones estatales. En los municipios se elegirán 14 674 regidurías, 1 975 sindicaturas y 1 802 presidencias municipales. Hay 431 cargos auxiliares, sólo el INE sabe de que está hablando.


En Baja California se disputarán las 25 curules de la asamblea estatal. De estas 17 serán por mayoría relativa en sus distritos electorales y ocho por representación proporcional. En los siete municipios habrá elecciones de presidentes municipales y sus regidores. Por primera vez habrá elecciones municipales en los nuevos municipios de San Felipe y San Quintín.


Ya sabemos que todas las campañas electorales estatales y municipales de Baja California, pasarán desapercibidas. Si nuestra actitud hacia el proceso electoral no cambia, apenas reconoceremos los nombres de quienes contienden por los puestos locales de elección popular, pero podremos reconocer el logo de cada partido y sus alianzas. ¿Conocerémos sus plataformas? No. Seremos abrumados con cantaletas (jingles) en radio y televisión, panfletos y carteles, espectaculares y presencia de abanderados en las calles. El contenido de las campañas no nos dejará comparar y distinguir los programas de partido o persona. La publicidad se centrará mayormente en la elección federal con promesas y compromisos vagos, ocultando aún más a nuestros gobernantes más inmediatos. No sabremos si alguien tiene propuestas de acciones concretas para mejorar nuestra comunidad.


Hay muchos temas nacionales apremiantes y locales que debemos resolver como nación, estado y comunidad pero que serán abordados superficialmente en las campañas electorales. Ni los partidos ni sus candidatos tiene fórmulas mágicas, simples o sin dolor para aliviar los problemas de seguridad, economía, educación o salud. Tampoco están dispuestos a usar como temas de campaña soluciones difíciles pero efectivas para acabar con nuestros problemas.



Pedir y lograr el cambio real no es popular, requiere disciplina y aprendizaje. Si queremos sobrevivir en el planeta debemos cambiar. La transformación actual es retórica y fácil cambiar la actitud no cambia la realidad.


En un mundo, un país y las comunidades donde el cambio climático se presenta no sólo en las noticias de primera plana, sino también en nuestra realidad diaria ¿por qué fallan las campañas políticas en promover el cambio en el estilo de vida para remediar o prevenir el cambio climático y promover nuestra adecuación a sus consecuencias?


Las predicciones climáticas mundiales y los niveles de agua en las presas en todo el país subrayan dos problemas a corto y largo plazo que requieren soluciones: calor y sequía. Estos son problemas que nos aquejan en nuestra vida diaria, y agricultura y ganadería, también afectan a la naturaleza. Los cambios aún no son irreversibles.


Todas las personas en campaña deberían estar promoviendo el uso racional del agua en ciudad y campo. El primero a través de la colecta del agua de lluvia para almacenamiento y uso en los hogares y el segundo por riego por goteo y viveros. En la naturaleza, la reforestación con plantas nativas regula la temperatura ambiente y del suelo, convierte al dióxido de carbono en madera para su almacenamiento a largo plazo y previene la erosión y los deslaves por tormentas y huracanes. 


La mayoría mexicana vive en ciudades. Ofrecer ciudades verdes y sustentables que mejoren nuestra calidad de vida es garantizar votos, es difícil. Convencer a las mafias de transporte público para hacerlo sustentable y atractivo ha sido una lucha que nadie en campaña o gobierno ha querido tomar. Es obligatorio, sin ese cambio las ciudades colapsarán.


Todos estos son temas ajenos a las campañas políticas pero cercanos a nuestra vida y nuestro futuro. Estas prácticas sustentables generan empleos a largo plazo y sustentables. Tal vez no generen mítines, discursos o aplausos, pero si un ambiente más sano para los humanos y la naturaleza. La ecología debe ser uno de los ejes rectores de las campañas y los gobiernos.