Tuesday 20 October 2020

Sempra, no te olvido

¿Dónde está el futuro energético de México? Hay una respuesta, no en los hidrocarburos: el petróleo y sus derivados. Los hidrocarburos son un recurso con futuro certero, se van a acabar. Se encuentran en lugares que resultan cada vez más caros para


su extracción y en cantidades cada vez menores. Desde la expropiación petrolera de 1938 México ha dependido de los ingresos del petróleo para impulsar su economía, escenario a punto de cambiar. El país perdió ya la oportunidad de diversificar su economía usando al petróleo como la moneda de cambio.


Pese al fin de la era del petróleo ¿Por qué Sempra, compañía energética transnacional, insiste en usar a Baja California como un foco de sus planes y mercados internacionales? ¿Qué trajo a Sempra,  en la forma de iEnova y Energía Costa Azul,  a la bahía de Ensenada?


¿Qué ventajas tiene instalar una terminal para regasificar gas natural donde no hay un mercado de energía ni tampoco planes para crear una ciudad industrial? Dos respuestas obvias que además de obvias nos explican la transformación de la planta. Las leyes ambientales mexicanas son más laxas, tolerantes y corruptibles que las de California y hay dos mercados importantes de energía accesibles: California mediante un gasoducto y el oriental con buques tanque, ambos ávidos de energía barata.


La planta original iba a recibir Gas Natural Licuado (GNL) de Bolivia  y otras fuentes para llevarlo al mercado de energía del sur de California. Costa Azul iba a calentar el líquido a gas, como una estufa evaporando agua, y ponerlo en los gasoductos. El mercado falló.

gob.mx

Ahora  Sempra cree tener la oportunidad de comprimir  y exportar el metano (gas natural licuado, GNL) producto del fracking al mercado asiático. Hay que enfriarlo y comprimirlo, como lo hace el compresor de un refrigerador, antes de subirlo a buques tanque. No sabemos si Sempra hizo una manifestación de impacto ambiental para ese refrigerador sofisticado y sus riesgos.


Sempra regresa a las primeras planas ensenadenses y nacionales después de 15 años de tener ociosa una inversión millonaria en Costa Azul. Su súbita bondad y preocupación por Ensenada levanta sospechas. Razones hay, Sempra quiere convertir su estufa en refrigerador sin pasar por los canales de evaluación y consenso social abiertos minimizando los riesgos del flujo y compresión de metano sobre el ambiente y la ciudad.


Hace 15 años Sempra creó un fideicomiso para ayudar al ayuntamiento, pero el dinero cesó. ¿Sería porque Sempra no utilizó su planta y no generó ingresos? ¿Sería que los manejos no fueron transparentes? Hoy, ¿cuál es el interés de tanto donativo tan rápido, el consultar el uso de los dineros y hasta premiar fotos de un calendario?  Recibimos las oraciones de buena fe y mejores intenciones de Sempra a la ciudad que la acoge, pero por sus antecedentes locales e internacionales debemos ser suspicaces. Sempra no quiere hacerse amiga de Ensenada, compra la indiferencia ciudadana de una planta lejana con un riesgo aparentemente remoto. Sempra cree así prevenir  la oposición internacional a su proyecto de exportación de gas metano derivado del fracking. 

Hace 15 años formamos una coalición binacional de oposición. Nuestra inquietud atrajo a los diputados federales, quienes presenciaron la violación de la soberanía nacional: un puerto internacional en México sin oficinas de aduana o migración: Costa Azul.


 Sempra clama ser vecino responsable, basta una fuga de gas metano para arruinar los ecosistemas y la economía ensenadenses, especialmente porque la ciudad no cuenta con las regulaciones ambientales  apropiadas. Cualquier fuga sustantiva de metano se aplica a la contabilidad de producción de gases de efecto invernadero en México.


ibero909fm

La inversión de Sempra de 400 ó 500 millones de pesos para embaucar a Ensenada es una gota en el océano del mercado de energía mundial. Podemos exigir comportamientos más responsables y onerosos.  Podría tratarse de una fianza o depósito por daño ambiental, de paisaje, bienes y vidas que causaría una explosión mayor en sus ductos, sus instalaciones o los buques tanque que atracarán y zarparán de Costa Azul. Tal vez podemos crear un antecedente internacional. ¿Por qué esperar un accidente como Ixtoc o BP Horizon en el Golfo de México o Exxon-Valdez en Alaska para litigar compensaciones? Una fianza a lo largo de la vida de la planta de Costa Azul para restaurar el ambiente no resuelve el problema pero advierte que no ignoramos sus riesgos..


Sempra, ni te olvido ni quiero malos recuerdos. 

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