Wednesday 17 April 2019

Antropocénica de la Totoaba


La Totoaba (Totoaba macdonaldii) era un pez abundante en el alto Golfo. Se pescaba indiscriminadamente un volumen alto de peces de gran tamaño. La Totoaba, como muchos otros peces, tiene crecimiento indeterminado. Su tamaño lo determina principalmente su edad. Se estaba pescando una población madura de un animal con gran capacidad reproductiva, pero no de una población infinita y permanente. 

Como toda pesquería de la que se conocía poco de su biología y sin regulación fue sobreexplotada. La buena pesca atrae mas pescadores. Estos empiezan a sacar piezas cada vez más pequeñas y jóvenes, porque ya no hay peces grandes y viejos. Al momento del colapso de la pesquería la mayoría de los peces son inmaduros y no hay suficiente reproducción como mantener a la pesquería. 

Generalmente en estos casos de sobreexplotación los pescadores cambian de de pesquería y continuan su comportamiento, el caso de la Totoaba es diferente.  Los pescadores no han abandonado la pesquería colapsada de una especie amenazada y protegida por la Ley, con supuestas consecuencias. Tampoco la presión internacional para parar la pesca de Totoaba y la muerte incidental de Vaquita, en la forma de un boicot de camarón del golfo de California ha sido suficiente para detener la pesquería. 

La totoaba es un substituto de Larimichthys crocea, una especie de pez de la familia Sciaenidae en el orden de los Perciformes que vivía en el Pacífico Noroeste, en las aguas de Taiwan, China, Corea y Japón. La creencia en las propiedades medicinales y afrodisiacas de el “buche” de Larimichthys crocea y su gran demanda colapso la pesquería, si no extinguió a la especie, aunque se cultiva en China. La similitud morfológica de la Totoaba y su facilidad de pesca ilegal la ha hecho popular en las redes internacionales de tráfico de especies. Los “buches”de estas especies son realmente las vejigas natatorias que regulan su flotabilidad.

Los buches de Totoaba valen miles de dólares. El trabajo ilegal de unas cuantas horas puede llevar mucho dinero malhabido a una economía familiar colapsada. La prohibición de la pesca y la distribución injusta de subsidios a pescadores de la región para que retiren sus redes agalleras de las aguas del alto golfo de California, permitiendo así el principio de la recuperación de la Vaquita ha sido  un fracaso económico y social. Los planes de compra de licencias, botes y redes fueron claramente insuficientes y mal planificados. Siguen existiendo redes argalleras utilizadas para la pesca de la totoaba y no se han probado exitosamente e implementado nuevos artes de pesca mas selectivas que den sustento a los pescadores y protejan a la Vaquita. La permisividad en la expedición y vigilancia de los permisos de pesca y los intermediarios colapsan los precios de la pesca, manteniendo a los pescadores sin permiso en condiciones precarias.

Como con las aletas de tiburón, sólo la vejiga es importante para los pescadores, el resto del pescado, que alguna vez tuvo valor comercial  alto y  sirvió para sustento familiar, es desechado. Es más fácil esconder, transportar y traficar vejigas que cuerpos enteros.

¿Cuando se acabe la Totoaba, de que vivirán los pescadores? No habrá un producto tan apreciado. Ni pescadores ni autoridades se han esforzado en crear fuentes alternativas y sustentables de empleo. No hay granjas de camarón o de Totoaba, ambos animales fuentes de riqueza y proteína para consumo local, regional, nacional y de exportación. Tampocoe las autoridades han buscado capitalizar a los pescadores con equipo más moderno, seguro y de mayor capacidad, permitiendo una forma de vida sustentable. No se ven proyectos de desarrollo económico alternativo.

Es obvio hoy que las autoridades de pesca y conservación nunca hicieron lo suficiente para evitar los conflictos entre sus responsabilidades respectivas. Con la entrada de grupos de conservación en defensa de la Vaquita y contra la pesca ilegal de Totoaba, el problema no se ha resuelto, sólo se ha hecho más complejo al haber más actores interesados. Sin esfuerzos reales de las autoridades por detener la pesca ilegal de Totoaba y promover la supervivencia de la Vaquita ambas están condenadas a la extinción y los pescadores a la pobreza sinfín.

Además, pido que se encuentre y castigue a los culpables intelectuales y materiales de los asesinatos de Miroslava Breach y Javier Valdéz y el secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa. ¡Viva la Comisión de la Verdad! Dejemos a Constellation sin agua.

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