Cuando México firmó el tratado de
libre comercio (TLC) no compró el camino a jauja, aunque nos sigan
tratando de convencer de lo contrario. Uno de las beneficios mas
tangibles de este tratado es la conservación de la naturaleza. Junto
con el TLC se formó la Comisión de Cooperación Ambiental que
“contribuye a la conservación, protección y mejoramiento del
medio ambiente de América del Norte”. Aquí se tratan asuntos de
ecosistemas, contaminantes, cambio climático, economía sustentable
y la aplicación correcta de la legislación ambiental.
Una de las iniciativas de
conservación mas interesante ha sido la Iniciativa para la
conservación de las aves de América del Norte, ICAAN en Español.
Su misión se expresa en una frase: Todas las aves, Todos los
hábitats.
Lograr esta misión no se
hace sólo promulgando leyes o normas, también hay que conocer donde
y en que condiciones se encuentran las aves y que hacer para mejorar
sus condiciones y la de sus hábitats. Una de estas formas ha sido
la creación de Empresas Conjuntas (joint ventures) donde los
interesados, que van desde las oficinas de los gobiernos federales,
estatales o municipales, pasando por gurpos académicos, las
organizaciones de la sociedad civil (OSC) e involucrando a los dueños
de las tierras donde habitan las aves y a donadores interesados.
La Sonoran Joint Venture
(SJV, sonoranj.org/?lang=es), fundada en 1999, es la primera empresa
conjunta binacional entre México y los Estados Unidos que lleva a
cabo la misión de la ICAAN. En la región de la SJV, el suroeste de
los Estados Unidos y el Noroeste de México, hay casi 750 especies
aves. Tenemos una buena idea de la situación de las poblaciones de
estas aves y las condiciones y amenazas sobre ellas y sus hábitats.
Sabemos que hay que hacer, pero también sabemos que es lo que se
puede hacer en el presente y ante el calentamiento global.
Este pasado lunes tuvimos la
reunión del comité ejecutivo la SJV en Imperial Beach, California.
Al lo largo de la reunión
nos damos cuenta, una vez mas, que hay una diferencia en el que se
debe hacer y que se puede hacer. Las buenas intenciones y la mejor
disposición no son suficiente, sólo las acciones cuentan.
Dadas las restricciones
presupuestales en ambos lados de la frontera para trabajar en
conservación y las reuniones para planearlo, además de las
restricciones de viaje que tienen los empleados federales de los
Estados Unidos para viajar a México, es difícil hacer una reunión
suficientemente grande en la que podamos discutir ampliamente. Este
problema se ha incrementado en los últimos años y pone en duda el
buen funcionamiento de una empresa con este alcance. El uso del
internet ayuda, pero nunca es suficiente.
A pesar de la existencia de
la misión única, las diferencias en las responsabilidades y toma de
decisiones entre los dos países son un freno para lograr la
conservación de aves y hábitats. La estructura de los gobiernos en
los Estados Unidos permite y promueve que los tres niveles de
gobierno se involucren en la conservación. En México esta es una
responsabilidad principalmente federal, como lo es el presupuesto de
conservación, por lo que la participación de gobiernos estatales y
municipales está restringida y también su interés Los centros
académicos y los OSC mexicanos tienen menos recursos para lograr las
metas de conservación necesarias. En México hay menos tradición de
donaciones para la conservación.
Pese a todas estas
diferencias la SJV está teniendo un impacto en la conservación de
aves y sus hábitats y educando al público en general en entender
por que un medio ambiente sano es una fuente de riqueza para todos.
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