El fin de la era del
petróleo, que veremos durante nuestra vida, exige un mejor uso del
recurso y la búsqueda de alternativas a los usos que hoy en día le
damos. El primer uso es la producción y consumo de gasolinas,
diesel, combustóleo y turbosina, es aquí donde deberíamos
disminuir el consumo. Cada vez los motores de combustión interna
son mas eficientes, pero eso no es suficiente, cada vez hay mas
vehículos de motor en funciones. La llegada del auto eléctrico a
nuestro país es utópico si la generación de electricidad se hace
por plantas de ciclo mixto, seguiremos consumiendo petróleo para
desplazarnos.
La economía mundial está
basada en el movimiento de mercancías y personas con motores de
combustión interna y secundariamente por vías acuáticas y
ferroviarias. La transición será difícil; aún después de que se
acabe el petróleo la infraestructura permanecerá. ¿Cómo
aprovechar esa infraestructura en nuestro futuro inevitable sin
petróleo?
Una de las soluciones
siempre ha estado con nosotros, antes de que se tomara la decisión
de impulsar la economía a través del transporte a base del
petróleo. La bicicleta. Esta es una forma de transporte eficiente,
mucho mas eficiente en su uso de energía que el caminar o usar un
vehículo, con bajo impacto en la infraestructura de camino, que
requiere poco mantenimiento y de impacto local inmediato.
La mayoría de los
habitantes urbanos en su vida diaria cubren distancias menores a
los 15 km (menos de 10 millas en medidas anacrónicas). Distancia que
puede ser cubierta en menos de una hora en bicicleta. Es posible
moverse en bicicleta, mantenerse en forma, diferente a la esférica,
y contribuir de manera constante hacia un futuro post-petróleo
funcional y una economía sustentable.
En muchas ciudades de
México, incluyendo Ensenada, se han hecho esfuerzos, mínimos y sin
trascendencia, para impulsar el uso de bicicleta. Los pocos
corredores de bicicletas que aquí existen no ayudan a disminuir el
número de vehículos en circulación por que están mal diseñados ,
no son seguros y no cubren rutas de uso diario, como la de la Av.
Reforma, para desplazarse al trabajo o a la escuela. Existen y se
han presentado a cabildos planes con rutas ciclistas viables, sin
conflictos de tránsito que ayudarían a desplazar a trabajadores y
estudiantes. Como colofón, una buena ruta ciclista ayudaría a
disminuir no sólo el tránsito vehicular, también los problemas de
estacionamiento del centro, universidades y centros de investigación.
Ensenada, pese a que no es
plana, tiene una cultura ciclista incipiente. En casi cualquier
momento podemos ver ciclistas dirigiéndose o regresando de un paseo
a San Miguel o al cañón de Doña Petra, y otros valientes mas
yendo hacia las universidades y centros de investigación o
desplazándose por el resto de la ciudad, son una minoría que no
debería ser.
Hay una gran distancia entre
el uso actual de la bicicleta y la civilidad que debe existir de
parte de los
ciclistas y de los otros conductores. Ciclistas y
choferes debemos entender que la bicicleta es otro vehículo mas en
el arroyo. Los ciclistas deben obedecer el reglamento de tránsito,
respetar semáforos y discos de alto, no circular en contrasentido,
evitar las banquetas, marcar su vueltas y sus altos, respetar a los
peatones y un largo etcétera. Los choferes deben dar el espacio
necesario a los ciclistas como a cualquier otro vehículo para que
puedan maniobrar, sin considerar a los ciclistas como peatones fuera
de lugar o blancos atractivos.
Ensenada merece y puede
estar a la vanguardia como ciudad civilizada, verde y sustentable,
exijamos al cabildo las rutas ciclistas que nos ayudarán a lograrlo.
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