Los
parques urbanos son una de las muchas formas de áreas verdes en las
ciudades y nos damos cuenta de que Ensenada está tristemente
despoblada de todo tipo de áreas verdes. Además de que la ciudad de
Ensenada debe tener mas parques, también debiera contar con
corredores verdes a lo largo de arroyos y avenidas, mas camellones
verdes (que jamás deben considerarse como áreas verdes dentro de
los fraccionamientos), además de árboles, arbustos y flores en
nuestras banquetas.
Nuestros
parques urbanos deben ser accesibles para todos y centros de
recreación, convivencia y esparcimiento. Nos deben proveer de
servicios múltiples, no sólo deben de ser un lugar donde sentarse a
platicar, leer o contemplar, también un lugar en el cual podemos
caminar a gusto, un lugar de de observación de la poca vida
silvestre que puede compartir la ciudad con nosotros, además de un
centro de educación informal, intercambio cultural y de recreo para
todas las edades. Estas metas parecen imposibles de lograr por que no
existen suficientes áreas verdes en la ciudad, pero no quiere decir
que sean inalcanzables.
Los
parques urbanos tienen un valor cívico inigualable, proveen a los
habitantes con sentido de pertenencia a la comunidad , aumentan el
valor moral y el amor por el terruño donde está nuestra casa. Estos
son bienes intangibles pero muy deseables que no nos dan ni las
paredes vacías o llenas de graffiti de nuestra colonia, ni los
centros comerciales esquineros, ni las “tiendas de conveniencia”
que han desplazado a los negocios familiares donde platicábamos con
la familia dueña del lugar y vecina nuestra.
Los
parques urbanos nos dejan conocer a vecinos y a extraños, conocer el
corazón, la cara y el sentir de los otros ciudadanos que muchas
veces ignoramos mientras nos desplazamos de la casa al trabajo, la
escuela o la compra diaria.
¿Por
qué si los parques urbanos tienen un valor cívico ni los ciudadanos
ni las autoridades municipales hemos tenido el valor civil de crear y
mantener mas parques? Las excusas, que no razones, son muchas. Ya en
la columna anterior hablé de como diferentes ayuntamientos han
vendido las áreas verdes de los fraccionamientos para obtener
ganancias a corto plazo a expensas de la calidad de vida actual y
futura de los vecinos. También podemos argumentar que la mancha
urbana tiene, ha tenido y tendrá problemas de agua potable, agua que
no puede “tirarse” sobre parques cuando hay que proveerla antes
que nada a todos los habitantes.
El
incumplimiento de ayuntamientos anteriores no excusa para este y
futuros ayuntamientos de mejorar la calidad de vida de los habitantes
de Ensenada. Crear parques, por pequeños que sean, tanto en las
zonas marginadas como en las mejores colonias y en los lugares de
recreación aumenta la calidad de vida y el amor y respeto por la
ciudad y todos sus habitantes.
Los
parques pueden y deben estar hechos de las plantas nativas de Baja
California. Si el estado tiene cuando menos tres mil especies de
plantas, seguramente un buen número de ellas nos puede proveer con
los elementos arquitectónicos y visuales de un parque, sin que se
vuelvan un gran gasto de inversión o mantenimiento. La mayoría de
nuestras plantas nativas sobreviven con poca agua. Además, existen
plantas de tratamiento de aguas en muchas de nuestras industrias y
esa agua tiene la calidad para usarse en riego de parques
Si
los parques son parte de la fisionomía y personalidad de la ciudad,
los ciudadanos cuidaremos de ellos, corresponde a los ayuntamientos
ayudarnos a crear estas áreas. Un parque querido por sus usuarios es
un lugar que aumenta el valor cívico de Ensenada.
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