Tuesday 25 March 2014

RAE vs. Webster

En la labor diaria de la expresión de ideas y palabras, en las dudas de la escritura , en la definición del concepto y la precisión de nuestro pensamiento acudimos constantemente a una fuente autoritativa que aclare nuestras dudas: un diccionario o alguna de sus versiones siglo xxi, como puede ser wikipedia o una consulta directa a través de Google.




Para los que utilizamos el Diccionario de la Real Academia del la lengua, el RAE, nos encontramos con una página en la red reflejo de la academia misma. Está llena de grandes esfuerzos para que hagamos una consulta, pero la consulta no es sencilla. ¿Debo buscar en el diccionario mismo? ¿Debo ir al de panhispánico de dudas? Una vez superada esta prueba, surge la pregunta de que tan actualizado está el diccionario. La respuesta es clara, en cuestiones de palabras aceptadas por la Real Academia de la Lengua, estamos ante una situación anacrónica. Todos tenemos la capacidad de inventar palabras, que se vuelvan de uso común es otro problema y que sean aceptadas al diccionario es un problema aún mayor. Palabras que incorporamos a nuestro lenguaje, o que necesitamos utilizar para expresar un concepto, no están aprobadas, no que no existan, las usamos, pero con la RAE no vamos a lograr uniformidad. El que diga que “Limpia, Fija y da Esplendor” al lenguaje de ninguna forma implica que se mantiene al día. Por ejemplo, Julio Cortázar necesitaba expresar una idea e inventó la palabra encantatoria, que abarca dos conceptos el de encanto como sortilegio y encantamiento como el charm en Inglés. El mismo explica su significado en sus clases de literatura impartidas en Berkeley en 1980, ahora convertidas en un libro por Alfaguara.

En el RAE existen palabras que han caído en desuso. Tal vez ya ni exista su necesidad. Como piezas de museo y puntos de referencia de la evolución del idioma, debemos conservarlas.

Los dos diccionarios de lengua Inglesa que utilizo, el Webster's y el Oxford English Dictionary (OED) se renuevan constantemente, buscan palabras nuevas que se incorporan no sólo a la literatura. sino al lenguaje técnico de las muchas ramas de la ciencia y tecnología que nos rodean, como al lenguaje diario. Es posible no sólo encontrar definiciones nuevas, sino también cuando aparecieron y como ha ido cambiado su significado. También hay palabras que ya cayeron en desuso, pero son las menos, ya que el lenguaje crece diariamente. La única opción que tenemos de un diccionario mas vivo en Español es el de María Moliner, con su diccionario de uso.

No conozco diccionarios de otros idiomas, a excepción de haberme asomado un par de veces al Larrouse illustrado en Francés, pero supongo que encontraremos aquellos anquilosados, como el de la RAE así como los mas dinámicos como Webster y OED.

Los lenguajes nacen y crecen y mueren. Por ejemplo el griego y latín clásicos que se usan en círculos académicos y teológicos persisten pese a todo. Los lenguajes crecen por que inventamos nuevas palabras que expresan mejor nuestros sentimientos y definen nuevas ideas u objetos. En un mundo donde creamos mas conceptos y cosas a un ritmo acelerado, nuestro lenguaje, al ritmo de la RAE, tardará algunos siglos mas en llegar a los cambios que hoy vivimos.

¿Cómo nos convencemos que debemos crear por consenso, uso y costumbre un diccionario que vaya cambiando conforme cambia nuestro lenguaje y que mantiene viva la historia del mismo? Sin una historia viva de la Lengua nos quedaremos atrás en como expresar un mundo que cambia y acabaremos en un Babel del Español al que la ideología de la RAE parece llevarnos.


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