Tuesday 18 March 2014

Conocimiento, creencia y calentamiento global

El conocimiento científico tiene la muy mala fama de ser infalible, de eso se han encargado los políticos necesitados de una justificación de la autenticidad de medidas, populares o impopulares, que llevarán a cabo. El conocimiento científico lo mismo ha sido para justificar el apagar la economía de la nación durante la amenaza de la epidemia del virus A H1N1, como para negar las consecuencias ambientales de un derrame petrolero, de la minería a cielo abierto o del uso de maíz transgénico en México.

Al contrario de lo que los políticos y otros interesados en la manipulación de la información nos quieren hacer creer, el conocimiento científico progresa por que ni es infalible ni es absoluto, está sujeto a revisión y es sometido a pruebas que buscan sus fallas para así refinar nuestro entendimiento de la naturaleza y la capacidad de predicción. Pudieramos no diseñar la mejor vacuna para la influenza de la próxima temporada, aunque sabemos con suficiente certeza como funcionan y mutan los virus como para desarrollarla. Pudiéramos estar equivocados sobre los efectos nocivos del maíz transgénico en México sobre el maíz nativo y la salud humana; en esta caso la evidencia es ambigua y sujeta a controversia, excelente material para la investigación científica, aunque la evidencia de los efectos nocivos se sigue sumando y la controversia acabará siendo mas política que científica.

En contraste al conocimiento científico, la creencia y la fe se basan en principios absolutos e inamovibles. No hay lugar para la duda y si esta existe, se arma un entramado ideológico con razonamientos que pueden rayar en lo churrigueresco, para así justificar inconsistencias y perpetuar su influencia.

Otra forma de conocimiento ampliamente aceptado, no tanto por nuestra realidad, sino por su penetración en la televisión, la certeza jurídica. Todos televidente tienen su policía, fiscal o abogado defensor favorito del sistema judicial norteamericano. Los juicios se resuelven cuando la evidencia es incontrovertible o la evidencia circunstancial minimiza la duda y no es posible encontrar una explicación alterna. 
¿Qué pasa cuando se asume que el conocimiento científico funciona como creencia o como certeza jurídica? Primero se desvirtúan los valores que cada una aporta a nuestro entender del mundo y creamos problemas que no nos permiten entender los alcances de cada conocimiento y como pueden ayudarnos.


La negación del calentamiento global es un acto de Fe, que no acepta la incertidumbre inherente a los muchos modelos que lo predicen afirmando que esta incertidumbre desecha los modelos. Los   que  hoy niegan el calentamiento global   sólo aceptan evidencia palpable, como no han observado ni aumento en el nivel del mar en su lugar de residencia, ni creen que la fuerza de los huracanes sea consecuencia del calentamiento global rechazan la evidencia científica. Esta perspectiva de negación  forza la visión de que quien acepta científiamente  la evidencia del calentamiento global es  un fariseo de la ciencia engañado y engañado con su infalibilidad. 

Hay  mas que  la fe  de los  autonombrados escépticos del calentamiento global, dinero que apoya esta actitud. El  dinero provee del grupo industrial mas interesado en que continúe la quema de combustibles fósiles. Se ha probado que las  compañias  que extraen y transforman el petróleo en combustible fósiles fianancían no sólo la investigación que tiene la tarea expresa de diseñar experimentos cuyos resultados nieguen el calentamiento global, sino también  promueven  la creencia de que el calentamiento global es un engaño de gobiernos poderosos y científicos que sólo buscan su provecho personal.

A pesar de la incertidumbre en la ciencia, ha probado que es la mejor forma de resolver problemas de alcance mundial. Seamos escépticos pero confiemos en sus resultados.

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