En esta época del año, llena de festividades, alegría y bullicio, el recurso mas escaso es el silencio sea por razones familiares, religiosos, tradicionales, o comerciales. Escaso también por que la música navideña nos atosiga en vez de inspirarnos a la reflexión que debe acompañar a esta época. Hay ruido e inquietud mental por el torrente de felicitaciones y buenos deseos insinceros de gente que ni nos aprecia ni nos recordará.

¿Existe el silencio? John Cage (1912-1992), compositor estadounidense escribió un libro sobre música titulado "Silencio", discute y demuestra que el silencio no existe. Cage visitó una cámara anecoica, sin ecos y donde no entran los sonidos. Podía oír su corazón, su respiración y sus nervios. Ni en la solitud y vacío del espacio, donde estaríamos enfundados en una nave o un traje espacial, tendríamos silencio. El silencio es apabullante.
En nuestro alrededor no hay silencio, pero abundan los ruidos, sonidos cotidianos que son molestos a veces por su volumen, las más por su presencia indeseada.


A pesar de todo ruido, el silencio y la quietud son metas, formas y fondos para la reflexión. Este, como cualquier otro momento es bueno para buscar la quietud y reflexionar. El tema es lo de menos, tu silencio es lo que importa.
Ni silencio ni quietud por los Cuarenta y Tres desaparecidos de Ayotzinapa. Hagamos ruido, escandalicemos a las autoridades y a los responsables hasta que los presentes con vida o los padres estén satisfechos con las tareas y respuestas gubernamentales. Una gran matraca constante a autoridades i rresponsables hasta que haya una respuesta clara.
No comments:
Post a Comment