El domingo 21 de septiembre hubo manifestaciones en todo el globo exigiendo acciones que alivien eficiente y realmente los efectos del calentamiento global. Estas manifestaciones, que estiman unos 675,00 participantes, son un resultado de la controversia, falsa, entre los expertos del Panel Internacional para el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en Inglés) y escépticos financiados obscuramente por intereses petroleros que buscan confundir las causas del calentamiento global.
La temperatura actual del planeta, a la cual los organismos estamos adaptados a través de la evolución por selección natural, es consecuencia de los gases con efecto invernadero como el CO2 o el metano y otros factores. Sin embargo esta temperatura puede subir o bajar a consecuencia de cambios en uno o varios de estos factores. La temperatura en el planeta no ha sido constante, el registro fósil nos ha ayudado a reconstruir la historia de las temperaturas del planeta.
El calentamiento global actual es explicable principalmente por la liberación de CO2 y metano a la atmósfera, frutos del quehacer humano. El primero es consecuencia de la quema de combustibles fósiles a una tasa cada vez más acelerada desde la revolución industrial en el siglo XIX hasta la fecha y el segundo emana de los cultivos de arroz y la digestión de las vacas.
La controversia creada y desfavorable a la acción es por que también se puede atribuir el calentamiento global a causas naturales y no a lo que el IPCC considera la mejor explicación.
Si la causa principal es la quema de combustibles fósiles, la solución es la reducción de su quema y la captura de CO2 a través de protección de bosques, reforestación y otras medidas que requieren de más tecnología para su aplicación. Si usamos menos combustibles fósiles, las industrias petroleras, incluyendo PEMEX, no extraerán tanto petróleo; esto no es bueno para sus ganancias, pero disminuye los gases con efecto invernadero.
Supongamos que el cambio climático es natural y que las compañías petroleras tienen razón. Esto no nos impide emplear nuestros conocimientos y capacidades para que el calentamiento global no afecte a millones de personas. Algunas perderán sus países cuando las islas que habitan desaparezcan, otras perderán su forma de vida por la desertificación de sus tierras de cultivo, o sus vidas por la fuerza cada vez más grande de huracanes y tifones. ¿Por que tanta objeción para adaptarnos al calentamiento global?
Ensenada contribuye, muy particularmente, al calentamiento global. El último intento de aumento de las tarifas de transporte público, aún más irracional que el anterior, no promueve su uso, lo castiga. Los usuarios harán cuentas financieras, no del CO2 liberado; concluirán que es más barato incorporar otro vehículo más a la circulación, aumentando la carga vehicular y el tiempo de ruta, que pagar tarifas que suben sin tope o razón justificada.
¿Dónde está la preocupación y responsabilidad del gobierno municipal en cuidar nuestra salud y nuestra economía? ¿Tienen los dueños de los transportes mas poder que el cabildo?
Rechazemos el aumento a las tarifas de transporte público.
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