
La intolerancia acecha y confunde nuestra vida socia, política y religiosa. El fundamentalismo islámico invade nuestras noticias, pero la intolerancia religiosa e ideológica y la xenofobia son comunes. Una vista a nuestro alrededor y una reflexión son mas que suficientes para identificar estos comportamientos en nuestra vida diaria.
Valga un ejemplo mas que obvio, no por eso sin consecuencias para nuestras cotidianeidad. En países islámicos donde Al Qaeda, el Califato de ISIS o cualquier de sus aliados están presentes a hay una campaña contra la vida de las mujeres que vacunan a infantes contra polio. Estos asesinatos misóginos, que acusan de infiel a quien busca el bienestar social, multiplican la pobreza y las víctimas de polio en lugares sin asistencia médica o una red de ayuda y bienestar. Estos asesinatos de mujeres no son muy diferente, en sus consecuencias, del rechazo actual en países del primer mundo de la vacunación infantil.
Esta generación de nuevos padres del primer mundo, vacunados cuando infantes, no conoce las enfermedades que aquejaron a sus padres y abuelos, viruela, sarampión, polio, etc. Por no tener un conocimiento básico del funcionamiento de las vacunas o una actitud crítica hacia la información que circula en internet, objetan que sus hijos se vacunen. Alguien, sin verificar, les informó que las vacunas infantiles causan autismo. El creer ciegamente en islam o en internet condenan a una vida limitada a muchos infantes. Estos comportamientos obscurantistas tienen las mismas consecuencias, están creando nuevas epidemias de enfermedades que creíamos controladas.

Hay esperanza, la ilustró Salvador Díaz Mirón (1853-1928) poeta mexicano en Asonancias:
Sabedlo, soberanos y vasallos,\ próceres y mendigos\ que nadie tendrá derecho a lo superfluo\
mientras alguien carezca de lo estricto. Lo que llamamos caridad \y es ahora tan solo un móvil íntimo\ será en un porvenir lejano o próximo\ el resultado del deber escrito. Y la equidad se sentará en el trono\ del que huya el egoismo\ y a la ley del embudo, que hoy impera\ sucederá la ley del equilibrio.
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