Thursday 7 May 2009

¿De quién es la Selección Natural? Alfred Rusell Wallace y Charles Darwin, una paternidad disputada

El problema no era sólo cómo y por qué cambian las especies, pero cómo y por qué cambian a especies nuevas y bien definidas, diferenciables unas de las otras de tantas maneras; por qué y cómo se adaptan tan exactamente a diferentes formas de vida y por qué todos los grados intermedios desaparecen y sólo dejan especies, géneros y grupos superiores de animales bien marcados y claramente definidos.
─Alfred Russel Wallace


Durante los últimos 150 años la evolución por selección natural ha sido el paradigma biológico que explica el origen de las especies y la diversidad de la vida pasada y presente. La teoría del origen de las especies por medio de la selección natural ha sobrevivido la crítica y las pseudoalianzas de grupos dogmáticos, incluyendo a muchos grupos religiosos, las bien intencionadas objeciones de Karl Popper al querer demostrar que no es una teoría falsificable y, mas importante, los retos científicos con los que se ha enfrentado día con día desde el momento que fue anunciada ante la Linnean Society de Londres en una reunión extraordinaria del 1 de julio de 1858. Los retos científicos han refinado a esta teoría que celebra su sesquicentenario con todo el vigor de una teoría científica madura que sigue guiando todos los aspectos de la investigación biológica.
Para el año de 1858 los libros y artículos derivados de las exploraciones y estudios de Lyell, Humboldt, Darwin, Bates, Wallace y muchos otros eran un campo fértil de discusión científica para cuestionar la historia de creación plasmada en el Génesis que las iglesias cristianas de todo el mundo promulgaban como una verdad incuestionable.
Hasta entonces, las especies y su distribución habían tenido una explicación convincente, conveniente y consistente con los cánones de la cultura occidental. Su dios había creado al mundo y poblado de todas las criaturas, grandes y pequeñas. Se percibía armonía y equilibrio en el número y la constancia de las especies; ya tiempo atrás Carolus Linnaeus había diseñado un sistema que permitía dar nombre a cada planta y animal, como el libro de Génesis instruía. Hasta entonces toda la evidencia indicaba que el mundo siempre había sido como lo conocían y los fósiles eran la evidencia del “Gran Diluvio Universal”.
¿Cómo se llega a cuestionar la creación divina y se postula una teoría materialista de la vida? Las potencias europeas, entre ellas la Inglaterra de Eduardo VII, requerían materia prima para alimentar sus capitales y fábricas producto de la Revolución Industrial. Lanzaban viajes de exploración de tierras y océanos, e iban descubriendo y describiendo un sinnúmero de especies en los confines de un mundo que desconocían. La naturaleza estaba al servicio del hombre, el mundo y sus riquezas eran infinitas; era el destino del hombre occidental civilizar a las tribus del mundo para mantener el orden universal y el progreso. La evidencia de la variedad de especies en ambientes similares chocaba con el postulado de un momento único e irrepetible de creación.
La producción científica de las potencias industriales era abundante, aunque en esa época las universidades inglesas ofrecían tres profesiones: teología, medicina y leyes. Muchos de los graduados y otros interesados estudiaban las ciencias en su tiempo y con sus recursos, pero con todo el rigor necesario para que el trabajo fuera aceptado por sus pares científicos. En Inglaterra Charles Lyell publica su libro Principios de Geología el cual postula un mundo mucho más antiguo que una lectura literal de La Biblia permitía. El hombre blanco (y sólo él) se consideraba el escalón mas alto de la escala de la vida.
Los libros de viaje de Alexander von Humboldt por América y de circunnavegación de Charles Darwin en el Beagle inspiraron a muchos jóvenes, entre ellos a Alfred Russel Wallace, a viajar a los lugares donde el hombre blanco no había puesto pie. Wallace era un naturalista pobre, autodidacta y motivado que quería explorar el mundo biológico no sólo como un naturalista, sino como un gran pensador que deseaba resolver el Misterio de Misterios: el origen de las especies.
A diferencia del Barón von Humboldt y Charles Darwin, cuyos ingresos les permitían viajar, estudiar y vivir sin preocupaciones económicas para su vida diaria, Wallace provenía de familia que nunca fue rica y había perdido capacidad económica, pero no un espíritu de trabajo y una curiosidad que llevaron a Alfred Rusell a convertirse una de las eminencias de la clase científica inglesa.
Wallace se lanzó en compañía de Henry Walter Bates a explorar el gran río de las Amazonas. Decidieron que podían financiar su viaje colectando aves, insectos, otros animales y plantas para venderlas a través de un agente comercial en Londres a museos y coleccionistas privados. Su gran trabajo, su contribución a las colecciones científicas y a la literatura científica, las penalidades y las enfermedades de ambos naturalistas en el Amazonas les ganó la admiración de la sociedad científica de Inglaterra.
Después de cuatro años de exploración, enfermo y agotado, Wallace inicia el viaje de regreso a Londres, viaje que casi le cuesta la vida, aunque si pierde todas las colecciones que le acompañaban. El Elen, barco carguero en el que viajaba, se incendia por su carga de bálsamo. Este material puede arder espontáneamente con el movimiento en el mar. Un error del capitán al permitir la entrada del aire a las bodegas después de observar humo pero no fuego, hace que el bálsamo se incendie y explote. El barco se pierde. Los marineros, el capitán y Wallace son rescatados diez días después del naufragio por el Joderson, un bergantín viejo y apenas navegable. Llegan a Inglaterra después de 70 días de viaje, en el que encontraron vientos de mas de 110 km/h. A pesar de estas malas experiencias en el mar y el prometerse que nunca jamás volvería a zarpar, Wallace hace otro largo viaje de exploración, esta vez de ocho años. En su segundo gran viaje, al Archipiélago Malayo, Wallace convence a la Geographical Society para que patrocine su viaje.
¿Cómo y por qué se descubre el proceso de selección natural? ¿Quien descubre este principio? La evidencia indica que tanto Darwin como Wallace desarrollaron de manera independiente la idea de la selección natural como causa del origen de las especies. Ambos científicos tenían información similar y utilizaron las ideas de Paley y Malthus para dar forma a su teoría. Darwin y Wallace tuvieron un encuentro breve en la colección de insectos del Museo Británico en 1853 ó 1854. Aunque Darwin no recordaba este encuentro, Wallace guarda como un tesoro el día que conocíó al entonces ya muy prestigiado científico.
A partir de la correspondencia que se inició entre Wallace y Darwin alrededor del origen de las especies y muchas otras cuestiones como el color de las especies o el mimetismo, se desarrollo una amistad basada en la admiración mutua, pero siempre crítica del trabajo del otro. Hubo disidencias: Wallace no aceptaba los postulados de Darwin sobre selección sexual y Darwin veía con gran y bien fundamentado escepticismo las incursiones de Wallace para lograr una explicación científica del espiritismo. Prueba de la persistencia de esta amistad y respeto mutuo es que Darwin sabía de los problemas económicos permanentes de Wallace y buscó ayudarle. Darwin consiguió junto con Thomas Huxley y Bates una pensión anual de 200 libras del gobierno inglés para Wallace.
En 1855 Wallace escribió el artículo On the law which has regulated the introduction of new species (Sobre la ley que ha regulado la introducción de nuevas especies), conocido como la Ley Sarawak. Este artículo llegó, a través de Lyell, a manos de Darwin, que hasta ese momento no había publicado sobre el origen de las especies, aunque esta cuestión le inquietaba y le dedicaba casi toda su atención. El artículo fué tan sorpresivo y claro en su presentación que Lyell se sintió obligado a comenzar un cuaderno sobre sus ideas sobre especies e impulsar a Darwin a que se apurara con el trabajo del origen de las especies.
Wallace envió el 8 de marzo de 1858 un segundo artículo a Darwin desde las Molucas (hoy Indonesia) con el título de On the tendency of varieties to depart indefinetely from the original type; instability of varieties supported to prove the permanent distinctness of species (Sobre la tendencia de las variedades para alejarse por siempre del tipo original; inestabilidad de las variedades apoyada para probar la distinción permanente de las especies), conocido como el Ternate Paper, por el lugar donde fue escrito. La recepción de este artículo por Darwin fue de gran preocupación, como lo expresó en sus diarios. Después de comentar el artículo con Lyell y Hooker, estos decidieron convocar a una reunión extraordinaria de la Linnean Society de Londres el 1 de julio de 1858. Esta sesión fue publicada ese mismo año (Wallace 1858). En la reunión no estuvieron presentes Wallace, que se encontraba en las Molucas o Darwin que no se trasladó de Down House, su casa cerca de Londres, al lugar de reunión. Si estuvieron presentes Joseph Dalton Hooker y Charles Lyell quienes leyeron un resumen del trabajo no publicado de Darwin, una carta que había escrito Darwin a Asa Gray describiendo el principio de descenso con modificación a partir de especies ancestrales y por último el artículo de Wallace. Este fue el único artículo completo que se leyó durante la sesión. Wallace no tuvo oportunidad de corregir su artículo antes de que se publicara. Con el orden de lectura decidido por Lyell y Hooker se dio prioridad de autoría a Darwin, aunque aún se disputa si esta es la realidad. Para 1859 y antes de la publicación del Origen de las Especies de Charles Darwin, la sociedad científica de Londres decidió que en el año de 1858 no se habían presentado grandes descubrimientos científicos.
En esa época, algunos de los mecanismos básicos de la selección natural no estaban esclarecidos, se desconocía el mecanismo por el cual las variaciones se heredaban. Darwin apoyaba el Lamarckismo, herencia de caractéres adquiridos por uso y desuso, mientras que Wallace, a través de la observación de la reproducción de una mariposa con hembras dimórficas, favorecía una herencia genética.
¿Por qué Wallace es percibido como un personaje secundario en esta historia cuando su contribución es equiparable? Darwin en una carta a Wallace dijo: “Creo que tu participación de la teoría no será ignorada por los verdaderos jueces”. La realidad es esa, el nombre de Charles Darwin es asociado inmediatamente con la teoría de la evolución de las especies, mientras que Alfred Rusell Wallace es conocido por los pocos biólogos y otros curiosos que han explorado la historia de la teoría de la evolución. El mismo Darwin admitía que la escritura de Wallace era clara y concisa, mientras que la propia era obscura y difícil de entender.
Aunque siempre podamos ponderar sobre la relación entre Alfred Rusell Wallace y Charles Darwin, como lo hace todo biógrafo de Wallace, no cabe duda que fueron dos mentes brillantes de su época que se dedicaron a uno de los problemas más importantes en el conocimiento de la naturaleza. Es igualmente posible que la fama de Darwin sobre Wallace sea consecuencia de tener amigos mas influyentes y no haber pisado los terrenos tan atrevidos y controversiales que Wallace exploró, como lo fue su curiosidad hacia el espiritismo. Brackman (1980) no descarta la idea que el ego de Darwin y su afán de prestigio social y científico le hicieron asegurar que se mantuviera en el fondo del escenario a un igual en ciencia pero no en clase social.
Peter Medawar aseguraba que las grandes ideas en la ciencia surgen en mas de un autor mientras que el genio artístico es único. Son pocas las ideas en la ciencia que pueden decir que tuvieron un autor, Leibintz y Newton desarrollaron lo que hoy conocemos como cálculo diferencial e integral. Dos grandes naturalistas, observadores y científicos ingleses Charles Darwin y Alfred Rusell Wallace buscaban, independientemente, pero comunicándose uno con el otro, como resolver la gran pregunta, el misterio de los misterios del origen de las especies, las evidencias los llevaron a la misma conclusión.
La publicación en 1858 del artículo de Wallace seguido por la publicación en 1859 del Origen de las Especies de Darwin fue el principio de la Biología como una ciencia, se abrieron las puertas a hipótesis cada vez mas profundas y críticas que aún nos siguen revelando los secretos del misterio de misterios.



Bibliografía
Beddall BG. Wallace and Bates in the Tropics London: Collier-MacMillan Ltd. (1969)
Bueno HA y BJ Llorente. El Pensamiento Biogeográfico de Alfred Rusell Wallace. Colombia: Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.(2003)
Brackman AC. A Delicate Arrangement. The strange case of Charles Darwin and Alfred Russel Wallace New York: Time Books. (1998).
Mayr E. One Long Argument Harvard: University Press (1991)
Miller D. Popper Selections. Princeton: University Press. (1985).
Raby P. Alfred Russel Wallace: A life. Princeton: University Press (2001).
Wallace AR On the law which has regulated the introduction of new species. Annals and Magazine of Natural History 2a Serie 16:184-196. (1855).
Wallace AR. On the tendency of varieties to depart indefinetely from the original type; instability of varieties supported to prove the permanent distinctness of species. Journal of the Proceedings of the Linnean Society of London (Zoology) 3:53-62 (1858).

1 comment:

  1. Ola Horacio
    Saludos e encantado por teu blogue.
    Tens email ou facebook?
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    Indicando teu blogue e nome para poder saber que és tu!
    Um abraço desde Portugal

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