Tuesday 31 March 2020

Covid no es el enemigo

Macron, Trump, Putin, Bill de Blasio y otros líderes políticos y médicos han declarado la guerra al Covid-19. No es un enemigo. No puede ser un enemigo, no tiene una meta o un plan de ataque (en toda guerra hay dos bandos que reivindican derechos o una visión del mundo, la guerra pasa por legitimar una vision del mundo). Un virus es producto de la selección natural, muta y su mejor adaptación sobrevive. Covid-19 es altamente contagioso, con un tiempo de maduración largo (hasta dos semanas) y con gran capacidad de dispersión por aire y superficies antes de manifestar su patología. Nuestra capacidad de movernos distancias continentales en tiempos cortos le ha ayudado a dispersarse por el mundo. La receta perfecta para la primera pandemia del siglo XXI.

Ya Susan Sontag en La Enfermedad como Metáfora destacaba las limitaciones ideológicas, políticas, morales y humanitarias de referirse a las enfermedades misteriosas y fatales —como lo son tuberculosis, cáncer o el SIDA— como enemigos militares a combatir. No es una guerra lo que nos ayudará a controlar cómo este virus nos infecte.

Covid-19 no fue por creado por un científico maléfico buscando dominar el mundo o en los laboratorios secretos de alguna potencia mundial. Tampoco se autogestó para destruir a la humanidad o a un país. Ni es un virus chino para invadir los EE UU, ni el producto de laboratorios estadounidense  para acabar con el pueblo de Irán. Esta idea, popularizada por Alí Jamanei, el Ayatollah iraní, le ha llevado a rechazar ayuda estadounidense. La evidencia actual del surgimiento de Covid-19 apunta a una mutación de un coronavirus presente en posiblemente un murciélago o un pangolín, capaz de infectar humanos, hospedándose en sus pulmones para reproducir y dispersarse.

Asomarnos a cualquier medio de noticias nos deja ver qué fácil es travestir esta pandemia en una guerra. En una guerra, nosotros creamos al enemigo, lo demonizamos  lo nombramos y promovemos la xenofobia. Me cuesta trabajo odiar y demonizar un virus que no tiene otra cualidad que la de reproducirse. Innegable, Covid-19 es un evento natural con consecuencias graves e irreversibles para la humanidad que nos han llevado a realizar grandes esfuerzos médicos, económicos y creativos para disminuir sus efectos ahora y en el futuro. Pero no es el culpable.

Podemos esperar dos tipos de reacciones por parte del público y sus liderazgos ante esta nueva de una realidad del Covid-19. La primera puede ser racional y científica, buscando casos similares en la historia, creando opciones de acción que optimicen los recursos para disminuir el daño y el uso de recursos. La segunda es crear una solución que se adivine popular y populista, pero que sólo muestre ignorancia y fobia al reto y al cambio.

Para Trump había sido más fácil crear “enemigos invisibles” y mantener su popularidad en tiempos electorales que afrontar las consecuencias para la población de su inacción frente a la diseminación de Covid-19. Trump sabe cuál “guerra” quiere ganar. Para él es más importante proteger al mercado de valores y la economía antes que reducir la tasa de infección. Afortunadamente sus aires de general triunfante son ignoradas por su equipo médico que dirige las acciones para limitar la diseminación. 

No podemos dejar que esta mentalidad bélica sea la forma de gobernar. No necesitamos golpes de estados silenciosos, ni renunciar a la democracia como forma de organización social, como consecuencia de las medidas tardías tomadas por los gobiernos. Es necesario ejercer la democracia responsablemente, exigir información y decisiones que garanticen salud y responsabilidad.

Aquí en México no ayudan las señales cruzadas de cómo enfrentar la pandemia, el no poder disponer de la información necesaria para conocer el estado de las cosas no permite confrontar la situación con soluciones creativas.

Al contrario de lo que cantan Gil Scott-Heron https://www.youtube.com/watch?v=qGaoXAwl9kw o Molotov https://www.youtube.com/watch?v=EaIIjN2M4V4 esta revolución sí será televisada. Porque esta revolución no es de nadie pero es contra todos en todo lugar.
Además, pido que se encuentre y castigue a los culpables intelectuales y materiales de los asesinatos de Miroslava Breach y Javier Valdéz y el secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa. ¡Viva la Comisión de la Verdad! Que beba Mexicali, dejemos a Constellation sin agua. Sólo dos años de Gobierno en BC. Apoyo a G Sheridan y H de Mauleón.

No comments:

Post a Comment