Saturday 1 June 2019

Antropocénica de la Ciencia


La semana pasada se presentó una carta ante la Presidencia de la República, la Secretaria de Hacienda, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) y las cámaras pidiendo que no se recortara el ya magro presupuesto de la ciencia. En ella más de tres mil trabajadores de la ciencia expresamos nuestra inconformidad ante los recortes presupuestales y las medidas de austeridad del gobierno de la Cuarta Transformación al quehacer científico. 

Muchos de nosotros creemos y entendemos la austeridad, sabemos que el dispendio es parte y muestra de la corrupción. También sabemos que sin un presupuesto justo de trabajo y la libertad de pensamiento en la investigación no podemos lograr los avances, descubrimientos e innovaciones que impulsarán a México hacia esa Cuarta Transformación. 

La carta fue criticada por la Dra. María Elena Álvarez-Bullya, Directora del CONACyT. Sería de esperar de que quien tiene a su cargo el desarrollo de la ciencia en México nos apoye y que además puje por que se dedique el 1% del PIB al trabajo científico en México. ¿Qué objeciones puede haber a una carta que pide se nos permita trabajar para impulsar la transformación del país?

He identificado tres objeciones fuertes por parte de la Dra. Álvarez-Bullya  a la que supone es la forma de hacer ciencia en México. 1) Que la ciencia actual que se hace en México es de corte neoliberal y sumisa a intereses extranjeros. 2) Que existe una mafia científica y corrupta, una clase privilegiada que se beneficia a costa del resto de  los mexicanos. 3) Que el quehacer de la ciencia debe ser regulado por autoridades externas, en este caso las humanidades. 4) Qué se debe aplicar el principio precautorio en todas las ciencias. Las cuatro objeciones  son caricaturas simplistas de que es la ciencia y la ciencia  en México. Planteo lemas que contrasto la  visión propuesta para determinar qué forma de hacer ciencias resolverá nuestros problemas de pobreza, alimentación, seguridad y salud más apremiantes.  

Hay una caricatura de las ciencias con la que debemos empezar. En realidad, no existe LA CIENCIA, así, con mayúsculas y negritas, grande e impenetrable. El trabajo científico no puede ser monolítico y dirigido si queremos que nos ayude a entender y mejorar al mundo. La imposición en la URSS de las ideas genéticas de Lysenko retrasaron el progreso de la agricultura, el desarrollo de la eugenesia condenaba la variabilidad humana que hoy celebramos. Los muchos quehaceres científicos incluyen las ciencias sociales, las naturales y las exactas. Cada grupo de investigación tiene estándares de que se hace y cómo se hace esa ciencia. 

Lema 1. El trabajo científico en cualquier nación no avanza tanto como cuando ignora las fronteras, el trabajo científico es colaborativo, se necesita que las mentes más brillantes, cualquiera que sea su origen, se dediquen a diseñar experimentos que mejor expliquen como funciona la naturaleza. El trabajo científico es una inversión de alto riesgo, a veces con rédito económico, las más veces no. No es su valor único ser redituable. El conocimiento generado no se mide sólo pecunariamente.

Lema 2. Los científicos forman grupos de trabajo abiertos pero pequeños a los que colegas se agregan para compartir conocimiento. La mejor adulación que recibimos es una crítica y estricta a nuestro trabajo, difícil crear así una mafia. Si hay una mafia comprobable, comprobaría la presencia neoliberal. Los científicos mexicanos no viven en la opulencia.

Lema 3. El trabajo científico es autocrítico y autocorregible. La revisión por pares nos mantiene honestos. Ni el neoliberalismo es el totem de adoración de los científicos, ni las humanidades tienen la luz que deben seguir los científicos. Un CONACyT representativo de la sociedad mexicana pudiera dar pautas a la ciencia.  Si el trabajo científico es dirigido políticamente, podemos  crear una Santa Inquisición con su Torquemada que nos lleve a  a momentos obscuros.

Lema 4. El principio precautorio se ha aplicado en ciencias biológicas cuando hay duda razonable otorgar un permiso puede poner en peligro el ambiente y la salud humana. ¿Quién determina que es una duda razonable? ¿Se hace desde la ciencia, la política o el consenso?

Además, pido que se encuentre y castigue a los culpables intelectuales y materiales de los asesinatos de Miroslava Breach y Javier Valdéz y el secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa. ¡Viva la Comisión de la Verdad! Que beba Mexicali, dejemos a Constellation sin agua.

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