Monday 18 March 2019

Antropocénica de la Vaquita. Lo que hacemos y no hacemos

La Vaquita, Phoecena sinus, es un mamífero marino del orden de los cetáceos, endémico a un área restringida y claramente definida en el norte del golfo de California. Esta especie es difícil de observar por el ambiente turbio en el que vive, sus tiempos cortos en la superficie mientras respira y su huida del ruido de motores. La Vaquita jamás fue numerosa. Su distribución restringida y población pequeña indican que se trata de una especie siempre en riesgo. Esto no impide que se le pueda proteger efectivamente. A pesar de estar protegida por las leyes mexicanas y nos amenace un boicot al camarón y otros productos del mar por la Ley de Protección de los Mamíferos Marinos de los Estados Unidos, la Vaquita parece condenada a la extinción. Muere ahogada en redes agalleras que capturan ilegalmente totoaba para el mercado negro que demanda su buche en Asia. 

Las noticias nacionales anuncian que la Vaquita se extinguirá este junio, sólo faltó especificar el lugar, el día y la hora de la muerte de la “última” Vaquita. 

Me atrevo a decir que esta noticia se deriva de una lectura rápida y descuidada del reporte de la 9ª reunión de Comisión Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA). A pesar del deseo de Sunshine Rodriguez y el resto de los pescadores furtivos de totoaba de la extinción por decreto y lo falso de la nota, las normas internacionales dictan que una especie debe no ser observada durante búsquedas de la misma por 25 años antes de ser declarada extinta. 

Me consta que la oficina de mamíferos marinos del Instituto Nacional de Ecología, hoy localizada entre la CONANP y CONABIO, junto con CIRVA, muchos otros individuos e instituciones en México y el resto del mundo han hecho y siguen haciendo un trabajo extraordinario en generar la información, los medios, las artes de pesca y las medidas necesarias para evitar la extinción de la Vaquita. 

No debe sorprendernos la noticia de la anunciada extinción de la Vaquita dada no sólo la intensidad de la pesca de totoaba y la animadversión de estos pescadores hacia la especie, sino también otras razones que desgloso a continuación. 

¿Por qué las medidas para impedir la pesca ilegal y la muerte de Vaquita no han funcionado? ¿Podrían haber funcionado? Sabemos que las políticas de compra de permisos, redes y embarcaciones, así como los subsidios y la zona de exclusión de pesca dentro del refugio de la Vaquita no han impedido la pesca ilegal. Hay algo más que debemos agregar: a través de los sexenios los titulares de SEMARNAT y la SAGARPA no han mostrado un interés real por la Vaquita, tampoco ha sido una prioridad para la Presidencia de la República. Sí ha habido un número grande de declaraciones y fondos siempre insuficientes. Las comisiones de pesca y conservación de las Cámaras Legislativas también han brillado por su ausencia en este asunto. Tampoco los gobiernos estatales tan interesados en asumir responsabilidades y decisiones de conservación y pesca en sus territorios se han responsabilizado por proteger a la Vaquita de su extinción cada vez más eminente. 

Las poblaciones de pescadores del alto golfo de California no generan suficientes votos o presión como para asegurar la victoria de algún candidato. La presión que pudieran ejercer la industria pesquera a políticos federales por el boicot de productos marinos acabaría con la extinción de la Vaquita. Tanto la supervivencia de la especie como su extinción tienen el mismo resultado político, pero no el mismo costo financiero. 

La extinción de la Vaquita acabará con el prestigio de México como campeón de la conservación en la Comisión Ballenera Internacional. México ha luchado contra la caza por países balleneros, promoviendo refugios y actividades económicas alternativas. ¿Qué podremos decir contra los países balleneros cuando no pudimos proteger a 300 vaquitas que murieron accidentalmente a manos de unos cuantos pescadores furtivos? Tendremos que callar.

En un mundo donde las extinciones atribuibles a nuestras acciones ya no son noticias de todos los días, el salvamento de cualquier especie es lo más cercano que existe a un milagro. Salvar a la Vaquita y dar alternativas económicas a los pescadores no es un milagro, es una responsabilidad que debemos afrontar.


Además, pido que se encuentre y castigue a los culpables intelectuales y materiales de los asesinatos de Miroslava Breach y Javier Valdéz y el secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa. ¡Viva la Comisión de la Verdad! El muro no resuelve, castiga.

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