Saturday 10 June 2017

Fin del TLC, fin del ambiente

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) negociado durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari fue prometido como la entrada de México a la era postindustrial y a la bonanza. El tratado causó el cierre de fábricas “redundantes” por producir en volúmenes inferiores y costos superiores a la matriz en los Estados Unidos. Se perdieron muchos empleos y la bonanza nunca ha llegado a la mayoría de los mexicanos. Sigue siendo más atractivo y redituable cruzar a los Estados Unidos y trabajar de manera irregular para alimentar la familia que se quedó en México. El TLCAN no creó ni creará los empleos necesarios para cubrir las necesidades mínimas de empleo en México.

La entrada en vigor del TLCAN el 1o de enero de 1994 se vio acompañada por el alza del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y la entrada al estrellato anónimo (válgase el oxímoron) del Sub-comandante Marcos, así como la imaginativa guerra mediática que atestaron al gobierno mexicano.

No compartimos la misma moneda y las fronteras de los Estados Unidos siguen siendo una barrera insuperable para la mayoría de los mexicanos. En cambio alimentos, materia prima, componentes y productos acabados y grandes cantidades de dinero cruzan sin problemas la frontera. Las fábricas de autopartes y automóviles, de equipo electrónico y electrodoméstico y de ropas se han beneficiado por el TLCAN. Han incrementado sus ganancias por los bajos costos de manufactura y las laxitud de las leyes y autoridades mexicanas, incluyendo las ambientales.

En 1993 con el TLCAN se creó la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA). Esta comisión trinacional vela por el ambiente, entendiéndolo como biodiversidad y salud del ambiente y social. La responsabilidad ambiental de la CCA va desde las costas árticas de Canadá y Alaska, hasta la frontera de México con Guatemala y Belice. El trabajo de la CCA se lleva a cabo entre los tres gobiernos, a través de sus respectivas secretarías encargadas del ambiente, la SEMARNAT en México, y las asociaciones de la sociedad civil interesadas en la salud ambiental. La sede de la CCA se encuentra en Montreal, Canadá. El presupuesto de la CCA es el "0.007 % del comercio total de bienes entre las Partes correspondiente al año,más reciente del que se tenga información disponible". 

Del TLCAN se deriva también la creación de la Secretaría de Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), ahora limitada a una concepción más limitada de Recursos Naturales (SEMARNAT). Otro producto del TLCAN es la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (CONABIO). A pesar de las carencias económicas, sociales y ambientales que ha traído el TLCAN, ha ayudado a una protección mínima de la biodiversidad, el ambiente y la salud social. 

Hay una nueva pseudorrealidad de este milenio en América del Norte. El beneficiario más grande del TLCAN, los Estados Unidos, en voz de su estrafalario e impredecible presidente, Donald Trump ha decidido que el TLCAN ha tratado mal a los Estados Unidos. Cree que se han perdido empleos y que la salvación para que los Estados Unidos sea número 1 es la manufactura y la resurrección de la industria de mediados del siglo XX. Si Trump logra sus objetivos ni habrá más empleos en los Estados Unidos, ni impulsarán las nuevas áreas de tecnología y conocimiento. 

Las consecuencias de la renegociación del TLCAN para México van más allá de la pérdida de empleos si los Estados Unidos cierra sus fronteras a los productos mexicanos. Al gobierno y a los empresarios de México les debe preocupar que no desaparezca el TLCAN, es una de su fuente de ingresos. La opción favorita de Trump, los tratados bilaterales no tienen las ventajas de los tratados multinacionales. 

Si desaparece el TLCAN no sólo cerrarán fábricas. La biodiversidad, el medio ambiente y la salud de la sociedad mexicana pueden sufrir grandes consecuencias negativas. Nuestra cultura del maíz acabará por la introducción de maíz transgénico. Los recursos provenientes de la CCA desaparecerían. Actualmente los recursos para SEMARNAT, CONABIO y la investigación en ciencias de la vida, medio ambiente y biodiversidad son insuficientes. Sin un compromiso internacional para, sólo podemos esperar que habrá menor interés por la biodivresad,ad el ambiente y la salud social que les acompaña. 


Además pido que se encuentre y castigue a los culpables intelectuales y materiales de los asesinato de Miroslava Breach y Javier Valdéz y el secuetro de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

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