Thursday 8 September 2016

Tiempos difíciles

A pesar de que nuestros gobernantes predican la estabilidad macroeconómica y el bienestar de las finanzas del país, la realidad es un mounstro que no miente. Los 60 millones de pobres son una realidad innegable con pocas posibilidades de cambio. Su falta de recursos económicos los lleva a utilizar de manera indiscriminada y no sustentable los recursos naturales que los rodean. Su fuente de alimento, casa o ingresos puede basarse en actividades como cacería, pesca, explotación de recursos maderables o no maderables, agricultura marginal, recolecta de plantas o petreos. Todo esto se hace en una economía informal que no crea bienestar o seguridad social. Las familias ganan a corto plazo pero los recursos no existirán ya a mediano plazo. El aprovechamiento no sustentable de los recursos naturales genera aún más pobreza ambiental y económica. El tiempo apremia pero las políticas de sustentabilidad real duermen el sueño de los justos. 

Los ecosistemas y las especies también pasan por tiempos difíciles. La velocidad a la que se extinguen especies no es diferente de la que se dió en las extinciones masivas anteriores. La diferencia principal es que la causa de esta extinción yace en las actividades humanas en el planeta. 

A las actividades como la sobrepesca, la agricultura de tumba y quema, la minería a cielo abierto o la ganadería extensiva podemos agregar el crecimiento urbano sin planeación y la falta de tratamiento de aguas negras; todas estas actividades han sido problemas de sobreuso de nuestros recursos naturales. Ahora podemos agregar el sobeprecalentamiento de oceáno y atmósfera por efecto de los gases invernadero. El calentamiento global es causado por la emisión de estos gases a través de la quema en industria y motores de combustión interna de combustibles fósiles: petróleo, gasolina, diesel, combustóleo y gas natural. Esta es la mejor explicación que tenemos. En la eliminación del problema está la solución, la disminución substancial de la quema de combustibles fósiles y la captura de estos gases en trampas de largo plazo, como lo son los bosques. 

Los efectos sobre la vida en el planeta son complejos. Al igual que los ecosistemas que afecta, sus efectos están interconectados y muchas de sus consecuencias no son totalmente predecibles. 

En México, a pesar de que existe una Norma Oficial que enlista especies que necesitan protección al estar amenazadas por cambios en su ambiente o por explotación no sustentable. Esta norma es conocida como la NOM-059. Su utilidad hacia la protección de especies o mejoramiento del ambiente es desmentida por la realidad. 

Un estudio reciente demuestra que en casi todos los casos las poblaciones mexicanas de mamíferos terrestres, aquellos que pasan toda su vida en tierra, están disminuyendo de manera apreciable año con año. La Norma no les brinda la protección necesaria. Pensemos en un caso típico. Un murciélago insectívoro que ayuda al control de plagas agrícolas. Su población y su hábitat se ven afectados por el calentamiento global. Este calentamiento afecta el cambio de estaciones, las flores y los insectos surgen más temprano en el año. Cuando esta abundancia no coincide con la temporada de máxima reproducción del murciélago, mueren muchos recién nacidos, disminuyendo el tamaño de la población futura. Los cambios en la estación lluviosa afectan la alimentación, la temperatura ambiente, con consecuencias mortales para recién nacidos y adultos. Estos cambios también afectan a la vegetación y el número de refugios disponibles para la pernocta puede disminuir, otra amenaza al bienestar de la población.

También influyen en esta especie el crecimiento urbano e industrial y la expansión de la agricultura. El efecto es inmediato, la destrucción del hábitat disminuye absolutamente los recursos disponibles. Aumenta la competencia y la tasa de mortandad mientras que disminuye la tasa de nacimientos. Este caso no es imaginario y se reproduce para muchos mamíferos terrestres en México. 

No hay incentivos reales para promover la conservación de muchas especies. Los esfuerzos del gobierno federal se reducen a una lista de especies carismáticas prioritarias y en las unidades de manejo ambiental en tierras sociales y privadas.

Tiempos difíciles para la vida en el planeta.


Ayotzinapa es sólo uno de los crímenes adjudicables al Peñato. La cuenta de muertes y ausencias inexplicables crece. La sordera y mutismo crecen al paso de los crímenes. Hay responsables físicos e intelectuales que no deben ser encubiertos.

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