Thursday 8 September 2016

Para salvar a la Vaquita

La Vaquita, Phoecena sinus, es el cetáceo más amenazado del mundo, sus números decrecen de forma alarmante, más del 7% anual. Sin acciones reales y efectivas pudiera extinguirse para el año 2020. ¿Qué es la Vaquita?¿Por qué salvarla? ¿Cómo salvarla de la extinción? ¿Cómo prevenir su extinción?

La Vaquita es el cetáceo más pequeño del mundo, los cetáceos incluyen ballenas, delfines y marsopas. La Vaquita es una marsopa que sólo vive y ha vivido en el alto golfo de California, nunca ha superado los 10 mil ejemplares. Siempre ha sido rara y su supervivencia está sujeta a cambios ambientales. Como muchos otros animales grandes, tiene una cría cada dos años, se reproduce pocas veces en su vida y la temporada de crianza es larga; no sabemos mucho de su tasa de supervivencia antes de su muerte incidental durante las actividades pesqueras. Le gustan los ambientes de aguas turbias, se alimenta de alimento en el fondo del mar y se calla cuando hay delfines o embarcaciones cercanas. Es un animal que pudiéramos calificar de tímido y difícil de estudiar. Ni la ballena gris, la azul, la franca o el cachalote están tan amenazados como la Vaquita. 

Si no iniciamos unas o cesamos otras acciones necesarias para su recuperación, la Vaquita desaparecerá del planeta. ¿Por qué salvar a un animal que nunca ha sido abundante? La primera razón es que cualquier especie cuyo proceso de extinción se debe a causas humanas debe ser revertido. La Vaquita se extingue por que mueren accidentalmente durante la pesca más de las que nacen a lo largo de la vida de una Vaquita. La solución no es dejar de pesca,r sino pescar con artes de pesca que no ahoguen a la Vaquita. Lo ideal es abandonar las redes agalleras y de arrastre de fondo por trampas y redes de arrastre que no perturben el fondo y permiten a la Vaquita y las tortugas marinas salir de esa trampa mortal. Esta solución aparentemente simple significa retirar equipo anacrónico y capacitar a un número significativo de pescadores para mantener a la pesca como una fuente importante de trabajo y un motor de la economía local. 

Ya hace unos meses el C. Enrique Peña Nieto declaró una veda de redes agalleras en el alto golfo de California. No dudo que la decisión haya sido motivada por una amenaza de boicot al camarón mexicano por parte de los EE UU si nuestro gobierno no implementaba medidas efectivas de protección a la Vaquita. Con o sin prohibición los pescadores siguen utilizando redes agalleras para pescar ilegalmente a la totoaba, otra especie protegida, vendiéndola a contrabandistas que, a su vez, venden la vejiga como afrodisiaco en el mercado oriental. 

Hay otras opciones económicos qué se puede ofrecer a los residentes del área. La más fácil de convocar es el ecoturismo, incluyendo la pesca deportiva. Sin un estudio de mercado serio y el entrenamiento adecuado a los futuros proveedores de servicios, está opción puede ser un fracaso absoluto que no generará la riqueza necesaria para beneficio de los pescadores. 

Al momento se está experimentando la pesca de curvina en el alto golfo de California con un sistema de cuotas para crear una pesquería sustentable que no interfiera con la Vaquita ni pueda funcionar como parapeto a la pesca ilegal de totoaba.

Las restricciones muy acertadas que se incluyen en la Norma Oficial Mexicana que protege a las especies están impidiendo el desarrollo de industrias sustentantes que darían empleo a las familias de pescadores. Ya hay cultivo experimental de totoaba en universidades y centros de investigación, no se puede llevar a nivel comercial en las comunidades por restricciones de transporte y comercialización de especies protegidas. El lobo marino, otra especie protegida por la Norma puede ser sujeto de explotación sustentable. Al momento es cazado ilegalmente y usado como carnada de tiburón. Muchos de los pescadores que lo cazan enferman de leptospirosis padeciendo una enfermedad que puede ser mortal si no es tratada. El lobo marino es sujeto de ecoturismo, pero también su piel y carne tienen valor comercial. Es posible diseñar un modelo de explotación que permita el uso sustentable de la especie por las comunidades del alto golfo.


Los 43 normalistas de Ayotzinapa son parte de un cometa oscuro de la vida nacional formado por todos aquellos que un día fueron raptados por el gobierno, sus agentes ilegales o sus aliados. No los olvidamos y exigimos el juicio justo a los autores materiales e intelectuales. Los títulos universitarios no son de quienes no plagian.

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