Thursday 2 July 2015

Vivir el cambio

Nuestra vida cambia. El desarrollo de la infancia a la edad adulta y más allá implica cambios en nuestro metabolismo y en nuestra forma de ver y entender las cosas. Éstos cambios son graduales, generalmente aceptamos estos cambios, los llamamos madurez y suponemos que nos dan una mejor perspectiva y un mejor juicio en nuestras decisiones.

De la misma manera el planeta ha cambiado y cambia. Hay registros de los cambios naturales, el más reciente es la última glaciación hace unos 15 mil años. Los restos de esta época quedan en los mamuts fósiles de la franja costera y en los bosques de pino y encino en las sierras de Juárez y San Pedro Mártir.

Después de la Revolución Industrial en el siglo XIX los factores de cambio global ya no son naturales. A partir de ese momento requerimos grandes cantidades de energía para crear cada vez más bienes de consumo. Esta energía ha sido extraída del subsuelo en forma de combustibles fósiles. Primero carbón, después petróleo y más recientemente gas natural. Todos estos combustibles están formados principalmente por átomos de carbono e hidrógeno, que al ser quemados liberan energía, calor y, como principal producto de desecho, bióxido de carbono, CO2.

Aunque el CO2 no es el componente principal de la atmósfera, su efecto de “gas invernadero” a estabilizado la temperatura de la atmósfera del planeta y, por lo tanto, ha sido un componente principal en  la evolución de la vida como la conocemos, basada también en moléculas de carbono. La quema indiscriminada de combustibles fósiles ha incrementado la cantidad de CO2 en la atmósfera, con la consecuencia de que el planeta se está calentando. El planeta responde de forma automática a este calentamiento, el clima está cambiando y los hábitats y paisajes cambian. 

Ya en otras entregas hemos hablado de la necesidad imperante de disminuir la extracción y quema de combustibles fósiles y de buscar formas de capturar el CO2 de la atmósfera. Los programas de reforestación y de disminución de tala de bosques son una de las soluciones más sensatas a este problema. Sin embargo el clima está cambiando, el mundo se está calentando. 

El mundo está cambiando y a una tasa muy superior a las tasas de cambio naturales que hubo en el pasado. Especies desaparecen porque no existen las condiciones atmosféricas apropiada o, con los cambios climáticos, existen en lugares lejos de la especie. 

Muchos modelos de predicción del cambio climático indican qué en menos de treinta años el clima de la Tierra será muy diferente. No importa cuanto busquemos disminuir el efecto de los gases invernadero, habrá cambios. La distribución y abundancia de los recursos naturales cambiará y nosotros debemos estar listos para aprovecharlas sustentablemente y cuidar qué no desaparezcan durante su tránsito en el tiempo y en el espacio. Debemos prepararnos para cambiar nuestra forma de vida. La crisis de agua actual será parte de nuestra vida diaria. Aprovechémos para aprender y vivir el cambio.    


No olvidamos a los cuarenta y Tres desaparecidos de Ayotzinapa. Responsables: ¿donde están?  



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