Thursday 9 July 2015

Transmutación

Los modelos de calentamiento global nos dicen qué nuestro mundo, nuestro paisaje y nuestra casa serán muy diferentes de aquí a treinta años. El camino que tendremos que recorrer es tan desconocido como el planeta que habitaremos en la próxima generación. Debemos cambiar, pero ¿en que dirección y hasta dónde? ¿Cuánto costará y quiénes pagarán por el cambio? 

El planeta será en general más caliente y nuestro país más desértico. Por ejemplo, debemos crear una nueva cultura del agua e invertir en aquella infraestructura qué garantice su uso sustentable. Ni la privatización del agua ni su manejo por el gobierno garantizan su uso sustentable. Será fundamental la participación ciudadana informada para forzar a quienes quieran monopolizar el recurso a que lo garantizen como un derecho y no lo vendan como un privilegio. El agua no puede ser gratuita, pero tampoco es un artículo de lujo.

Los países más ricos y con los desarrollos más acelerados son los productores principales de bióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero; su liberación a la atmósfera acelera el cambio climático. El precio de este calentamiento lo están pagando los pequeños países isleños que se inundan con la subida del nivel del mar, los países sujetos a huracanes y tifones, las áreas deforestadas y sujetas a erosión, los pobladores pobres de regiones donde reaparecen o surgen paludismo, rickettsia, dengue y muchas otras enfermedades que considerábamos controladas y en vías de desaparición.

El precio lo deberían pagar no quienes sufren las consecuencias, sino quienes las causan. A pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional por disminuir los niveles de producción de gases de efecto invernadero, no parece haber un consenso ni en como eliminar la emisión de gases o de neutralizarla creando sumideros de carbono que absorban los gases emitidos, ni de como pasar a una economía post-petrolera en el menor tiempo posible. No sólo las compañías petroleras, incluyendo PEMEX, consideran necesario para su supervivencia y maximización de ganancias  el seguir extrayendo petróleo y gas. Nuestra economía es dependiente del petróleo, toda nuestra industria, comercio y transporte dependen de estos combustibles. La energía atómica no ha probado ser una panacea y el desarrollo de fuentes de energía alternativas no despega.

Que fácil sería, cual  alquimista  medieval, transmutar nuestra sociedad de su estado actual de desarreglo  a una época de oro perfectamente adaptada al calentamiento global. La transmutación al oro no existe, ni tampoco las épocas de oro. Las soluciones para enfrentar y resolver el calentamientoo global las debemos crear paso a paso para construir desde la casa, la escuela, el trabajo y la comunidad una sociedad y una economía que prosperen y desarrollen en un nuevo mundo. 


Los Cuarenta y Tres desaparecidos de Ayotzinapa, ¿dónde están? La pregunta no es redundante. ¿Dónde está la capacidad, la inteligencia y la voluntad política para resolver este crimen? La ya horadada confianza en las instituciones gubernamentales sigue desgastándose cada día en el que no encuentran a los Cuarenta y Tres desaparecidos y a los perpetradores. 



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