Wednesday 12 February 2014

Calentamiento global, sustentabilidad y la reforma energética

Calentamiento global, sustentabilidad y la reforma energética

El calentamiento global es innegable,  sus causas son varias, complejas e interactúan entre ellas, haciendo difícil atribuir el problema a un evento  particular o a una circunstancia. Sin embargo, tenemos razones  para creer que buena parte del aumento promedio de la temperatura del planeta se debe al aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera, principalmente el dióxido de carbono. Este aumento es consecuencia  de  la quema de combustibles fósiles y, de forma secundaria, del metano producto de arrozales y procesos digestivos del ganado vacuno.

Este aumento es atribuible históricamente a nuestras actividades posteriores al comienzo de la Revolución Industrial en el siglo XIX.  Para resarcir este cambio en la composición de gases atmosféricos y disminuir o revertir  sus efectos son  necesarios  cambios plenos y radicales en nuestra forma de vida. Primero   hemos de disminuir el ritmo con el cual estamos liberando gases de efecto invernadero a la atmósfera y  segundo tenemos que fomentar la reabsorción o captura de estos gases en forma de otros compuestos de carbono.

Aunque los autonombrados “escépticos del cambio global” niegan el origen humano de este problema,  no podemos ignorar que la evidencia apunta a que somos la causa, y buena parte de la solución. Es  necesario aplicar el principio precautorio, donde se adoptan medidas protectoras ante sospechas fundadas de que hay productos o tecnologías con un grado de riesgo para la salud pública o el medio ambiente.

¿Hemos hecho lo suficiente en Ensenada, Baja California y México para adaptarnos y reducir  el calentamiento  global?  Es  difícil motivarnos a actuar  cuando no tenemos consecuencias inmediatas y dramáticas, como pudiera ser la inundación periódica o permanente de las tierras bajas cercanas al mar en Ensenada. También es difícil distinguir las sequías recurrentes de la región de efectos inmediatos y a largo plazo del calentamiento global. Apenas el estado tiene, como el resto del país,  un programa  de acción ante el cambio climático (PEACC-BC, http://peac-bc.cicese.mx/) que no ha recibido suficiente difusión.  Este año el gobierno estatal implementó un programa de verificación de automóviles, suspendido por cien días. Sospecho que la suspensión se prolongará y los ciudadanos cumplidos pagamos por nada. El gobierno federal  ha firmado una larga serie de protocolos y promesas de reducción de emisiones, también  patrocina proyectos de investigación para la implementación de energías alternativas. ¿Es suficiente?

Estas  promesas y acciones debemos contrastarlas con la reforma energética recién promulgada por el gobierno federal. La reforma energética traerá como consecuencia la extracción de petróleo en mayor cantidad y la explotación de todo yacimiento petrolífero en la República Mexicana y su Zona Económica Exclusiva. La mayoría de este petróleo acabará siendo usado como combustible fósil, ya sea para combustibles de transporte de personas o carga,  o para las plantas termoeléctricas de ciclo combinado en forma combustóleo, acompañado del gas natural. Esto aumentará la cantidad de gases efecto invernadero que México incorporará a la atmósfera, de esta forma será imposible cumplir nuestras promesa de reducción de producción de gases invernadero. Al mismo tiempo los otros usos del petróleo  como industria de plásticos, donde hay mas valor agregado en sus productos,  serán ignorados.

Nuestros gobiernos, del federal al local, dicen impulsar el desarrollo sustentable,  implicando el uso de fuentes sustentables o renovables de energía. El petróleo no es renovable y tampoco sustentable, los problemas de contaminación atmosférica de las ciudades y los cambios a corto y largo plazo en nuestros paisajes son testigos de ello.  Sin acciones efectivas en la reducción del uso de combustibles fósiles, nos dirigimos a un futuro mucho mas pobre del que podemos imaginar.

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