Sunday 22 September 2019

Antropocénica del fuego


EL FUEGO: Los policandros brillaban en el bosque /Una piedra se incendió /El castillo se incendió /El bosque se incendió /Los pájaros se incendiaron /Las mujeres se incendiaron /Los pájaros se incendiaron /Los peces se incendiaron/ El agua se incendió /El cielo se incendió /La ceniza se incendió /El humo se incendió /El fuego se incendió /Todo se incendió /Se incendió, se incendió.

Mary en La Cantante Calva de Eugene Ionesco. 

Fuegos 2019
Leemos, escuchamos o vemos las noticias, nos damos cuenta que estas líneas de una obra clásica del teatro del absurdo describen poéticamente y con imágenes elocuentes la realidad global. Las noticias y hechos más importantes para la naturaleza y la humanidad del verano septentrional son consecuencia del cambio climático. El ascenso de la temperatura del océano aumenta la intensidad y duración de los huracanes; el aumento de la temperatura atmosférica ayuda a que se derritan los glaciares de Groenlandia y que disminuya el hielo en las regiones polares. Hay incendios de escala jamás vista en la cuenca del río Amazonas, en África, Indonesia, Alaska y Siberia. Las sequías han facilitado que el fuego se esparza más allá del control humano. 

Aunque las consecuencias de estos fuegos de gran escala son bastas y van más allá de sus fronteras, la atención se ha centrado en la selva Amazónica. Esta atención se debe no sólo a la importancia de esta selva como reguladora de los patrones de lluvia globales, a los cuales volveremos adelante, sino también a la política del presidente de Brasil, Jaír Bolsonaro, en apoyo de la transformación de la selva bajo un concepto occidental de desarrollo y de disminución de los territorios tradicionales de los nativos brasileños. Hay que agregar que junto con el gobierno brasileño, los Estados Unidos planea también invertir cantidades millonarias para desarrollar la selva Amazónica del Brasil. Todos estos planes desplazarán a la selva Amazónica y su papel en la regulación climática del planeta. 

El fuego es parte de la naturaleza, desde el Sol, donde su fuego y luz dan vida al nuestro planeta. El fuego ha sido una herramienta en el desarrollo de la humanidad, desde el cocinar alimentos, la forja de metales y la Revolución Industrial. Esta última creo el  momento en que empezó el calentamiento global humano, . El fuego también ha sido un arma de guerra que destruye vida, propiedad y alimentos. 

En los ecosistemas mediterráneos, como el del Noroeste de Baja California, el fuego es la forma principal de descomposición natural y la forma natural de reingresar nutrientes al suelo, pero no en todos lados es así. 

El fuego libera CO2, el gas de efecto invernadero que está acelerando el calentamiento del planeta. También libera ceniza y humo con consecuencias negativas en los sistemas respiratorios. Las partículas liberadas por el fuego reflejan la luz solar y cubren las hojas de las plantas, disminuyendo la fotosíntesis local y bajando la temperatura global. Los fuegos que consumen los bosques boreales de Alaska y la tundra rusa están liberando gas metano, CH4, un gas con mayor efecto invernadero que el CO2. La liberación es consecuencia de actividad bacteriana y el descongelamiento de los suelos antes congelados permanentemente.

La forma más amigable de sacar al CO2 de la atmósfera es convertirlo en madera. Nada mejor que reforestar y reconstruir las selvas tropicales, no sólo la Amazónica. Aquí en México las selvas también se pierden a ganadería y agricultura, es el momento justo para reforestar e implementar el uso sustentable de los recursos tropicales nativos. 

Como se ha discutido en círculos mundiales de política, el incendio Amazónico tiene consecuencias regionales y mundiales. Lo mismo debemos decir del resto de los grandes incendios de este verano. El gran acertijo a resolver es de quién son los incendios y la responsabilidad de controlarlos y apagarlos, además de restaurar los ecosistemas. ¿Son los gobiernos cuyos territorios se incendian? O ¿es una responsabilidad mundial más allá de cualquier gobierno? Debate rudo.

Encontraremos la solución parafraseando a Leonard Cohen: primero tomamos la naturaleza, después destruimos el capitalismo.

Además, pido que se encuentre y castigue a los culpables intelectuales y materiales de los asesinatos de Miroslava Breach y Javier Valdéz y el secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa. ¡Viva la Comisión de la Verdad! Que beba Mexicali, dejemos a Constellation sin agua. Sólo dos años de Gobierno en BC. Apoyo a G Sheridan y H de Mauleón.


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