Monday 15 February 2016

Tesoro Verde

La biodiversidad es más que la variedad y número de especies de un lugar. El paisaje, los ecosistemas, los suelos y la variabilidad genética también son partes integrales de la biodiversidad. Para los usuarios e interesados de la biodiversidad de Baja California, el estado, la península y sus mares son grandes y maravillosos tesoros. Hay paisajes admirables por su magnitud como la Sierra de la Rumorosa; su riqueza biológica, la Sierra de Juárez, por su productividad, el alto Golfo de California, las costas del Pacífico o isla Guadalupe por su unicidad ecológica, el Valle de los Cirios, por sus especies carismáticas, la Sierra de San Pedro Mártir y Bahía de los Ángeles o por sus especies únicas en el mundo, Punta Colonett. 

Por cuentos y leyendas sabemos que los tesoros traen riquezas a quienes los poseen. La biodiversidad es el tesoro verde que poseemos. Como cualquier otro tesoro, la biodiversidad debe convertirse en nuestra inversión natural y debemos vivir de los rendimientos y no del capital para qué la riqueza dure. Nuestra riqueza natural no sólo debe generar riqueza verde, también debe tener la capacidad de generar riqueza económica. A su vez esta capacidad económica debe tornarse en el desarrollo sustentable de los habitantes de Baja California. 

¿Dónde está el tesoro verde? En todo el estado y sus aguas adyacentes. Actualmente estamos usando muchos de estos recursos, tenemos que cuidar que sea de forma sustentable. De otra manera no proveerán a generaciones futuras. 

Hay dos recursos casi ilimitados en Baja California que deben ser usados de forma sustentable si queremos mantener nuestra biodiversidad: sol y viento. Aunque no hemos desarrollado granjas solares extensivas en Baja California, nuestros vecinos californianos ya están preocupándose por la modificación y destrucción del paisaje y los riesgos a las aves por quemaduras en los concentradores solares y la muerte en la infraestructura. Los aerogeneradores granjas de viento ya existen en La Rumorosa. SEMPRA planea instalar un número alto pero desconocido de aerogeneradores en Sierra Juárez, fragmentando un paisaje considerado reserva forestal por el gobierno mexicano hace más de 50 años. Sierra Juárez es reconocida internacionalmente por el gran número de especies raras de plantas y su biodiversidad. 

La generación de energía eléctrica a través del sol o el viento es sustentable a nivel casero. ¿Por qué no las promueven nuestros gobiernos?

Las consecuencias de las sequías se remedian con la recarga de los acuíferos. Un bosque fragmentado como el qué planea SEMPRA no retiene agua y se erosiona. Lluvias como las de El Niño 2015-2016 apenas empezarán a recuperar nuestros acuíferos. No podemos darnos el lujo de dejar escapar este recurso natural y destruir los pocos suelos forestales que tenemos. 

Los bosques de Sierra Juárez y de San Pedro Mártir son de los pocos jamás explotados comercialmente que quedan en el planeta. Esto los convierte en modelos de conservación y restauración y reservorios genéticos. Estos bosques son prueba contundente de que los incendios no controlados son parte integral de los ecosistemas mediterráneos. Su estado casi prístino alberga un número de especies mayor al que podemos encontrar en un bosque administrado o explotado comercialmente. Aunque la explotación forestal de ambos bosques es una tentación dado el valor comercial de muchos de sus troncos en pie, es difícil pensar en un uso sustentable cuando la regeneración del bosque puede tomar más de 300 años y no hay garantía que las especies arbóreas permanezcan. El pastoreo transhumante con ganado bovino introducido por los misioneros ha tenido efectos sobre las praderas estos bosques. Bajo esta forma de pastoreo las vacas pasan el verano en la Sierra de San Pedro Mártir y los inviernos en las partes bajas de los ejidos adyacentes. El resultado ha sido la transformación del paisaje y la compactación de los suelos. Las especies vegetales no ha desaparecido, pero su tamaño y abundancia han cambiado considerablemente y la permeabilidad del suelo ha disminuido. Existen alternativas. 

El uso sustentable de recursos no maderables, como los piñones, con gran valor en el mercado culinario, el ecoturismo de bajo impacto a pie a caballo o en bicicleta, la observación de estrellas, aves o borregos cimarrones, los safáris fotográficos así como la pesca de trucha endémica, son unas cuantas de las muchas actividades sustentables realizables en nuestras sierras. 


La protección que brinda el estatus de parque nacional a ambas sierras poco puede hacer para impedir su transformación por el calentamiento global. Continuaremos. 

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