Monday 15 February 2016

Tesoro Verde II

Usar el suelo es utilizar terreno ya sea para una de sus vocaciones o para un destino adverso que contradice y destruye al hábitat. En Baja California compiten usos de suelo que afectan su tesoro verde. El desarrollo urbano, industrial y turístico, incluyendo la infraestructura de comunicaciones marítimas (puertos) y terrestres (carreteras y vías ferroviarias), con transformaciones irreversibles del suelo; la agricultura con restauración de alto costo y la conservación con impactos mínimos. La escalera náutica, campos de golf mal planificados y la sobreexplotación de los mantos acuíferos en San Quintín, puerto Colonet, las carreras off-road y numerosas concesiones mineras son usos de suelo adversos. 

Aunque es decisión última de los gobiernos el uso de suelo, éstos deben considerar los planes de ordenamiento territorial y las opiniones ciudadanas antes de sucumbir a grupos de interés cuya finalidad es maximizar ganancias a corto plazo de inversiones dudosas.

La región noroeste del estado es un ecosistema mediterráneo caracterizado por lluvias invernales y veranos secos. Estos ecosistemas tienen una distribución determinada por el encuentro de un desierto con una corriente marina fría. Los hay en Europa y África, Australia, Sudáfrica, Chile y las Californias. Los inviernos húmedos, los veranos secos y los rayos dieron lugar a la descomposición de la materia por incendios, sin incendios naturales no funciona el ecosistema. Los humanos han alterado el proceso, pero no pueden eliminarlo. En Baja California la zona mediterránea está delimitada por el Pacífico y las sierras que bisectan la península, llegando al Sur al arroyo de El Rosario. 

La mayoría de la población estatal vive aquí: Tijuana, Rosarito, Ensenada y el Valle de San Quintín, donde hay gran demanda de desarrollo. Pese a su rareza como paisaje mexicano la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas no lo considera en su plan de desarrollo. Las organizaciones de la sociedad civil han procurado su conservación involucrando extensiones ecológicamente importantes de terreno, lidiando con problemas de legitimidad de tenencia e invasión de terrenos y creando alianzas locales de conservación. 

La conservación de tierras puede ser en un elemento importante de nuestra economía. En el Sur de California viven unos 22 millones de habitantes, muchos de ellos buscan una experiencia con la naturaleza. De las aguas del Pacífico a los picos de las sierras, tenemos paisaje que ofrecer a este mercado ansioso de naturaleza y soledad. Podemos brindarles la experiencia que buscan. Viven a menos de un tanque de gasolina de los paisajes casi prístinos o escasamente poblados de nuestra porción del ecosistema mediterráneo. A excepción de Camp Pendleton y los parques naturales del sur de California, su paisaje mediterráneo desaparece a tasas más aceleradas que las nuestras.

Al conservar nuestros paisajes, usarlos  sustentablemente, cobrar precios justos y ofrecer servicios adecuados por disfrutarlos generaremos riqueza. Ni el desarrollo urbano o turístico ni la agricultura ofrecen la sustentabilidad económica y ecológica que puede brindar el ecoturismo respaldado por inversión en infraestructura y entrenamiento para que los pobladores sean pequeños empresarios. Estudios preliminares relacionados con el ecoturismo indican la voluntad de los visitantes de pagar un precio justo con la condición de que el paisaje y la experiencia de lo natural no se pierdan. También hay indicadores que las ganancias por ecoturismo son más estables y seguras que las de la agricultura.

Abundan los elefantes blancos costeros entre Tijuana y Ensenada. El boom de bienes raíces en los Estados Unidos se transformó aquí en edificios abandonados. Muchos fueron engañados y sufrieron pérdidas económicas cuantiosas. Los edificios jamás se acabarán de construir y el impacto sobre suelo y paisaje son irreversibles. Jamás se crearan los empleos de servicio que prometían. De nada sirvió el plan Corredor Costero Tijuana, Playas de Rosarito, Ensenada (Cocotren). Se violaron sus disposiciones de ordenamiento territorial. De poco servirá firmar una nueva versión si la autonomía municipal es entendida como el derecho de ignorar disposiciones de niveles de gobierno superiores con una visión mas amplia y sustentable del suelo. La toma de decisiones de desarrollo local debe evaluar nuestro tesoro verde.


Exigimos conocer el destino de los cuarenta y tres normalistas de Ayotzinapa y el juicio y condena de los perpetradores materiales e intelectuales.

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