Wednesday 9 September 2015

Dopar o incrementar II

Implícita en la discusión de dopaje o incremento que comencé la semana pasada está el uso de medicamentos como metilfenidato, con nombre comercial Ritalin. El Ritalin se usa para tratar el déficit de atención por hiperactividad, narcolepsia, fatiga y depresión. Su uso no médico se da para mejorar memoria, razonamiento, capacidad de resolver problemas y habilidades de planeación. Este uso no médico se da en centros de educación altamente competitivos ya sea para preparar y presentar un examen de admisión como para otros exámenes. ¿Debería hacerse una prueba antidoping a aquellos estudiantes que súbitamente mejoran sus calificaciones? ¿A todos para asegurarse que ninguno tiene una ventaja competitiva artificial?¿Es malo tener esta ventaja competitiva? 

Tanto los atletas como los estudiantes posiblemente no están lo suficientemente informados de las consecuencias de usar indiscriminadamente estos métodos de dopaje. ¿De quién es la responsabilidad de informar a consumidores irregulares de estas substancias?

Supongamos por un momento que el dopaje no sólo se tolera sino se permite en atletismo y centros de aprendizaje. ¿Debemos usarlos? Habría que medir consecuencias a corto y largo plazos. Sabemos poco de las consecuencias y efectos nocivos a largo plazo ¿Qué ganamos con ello? Muy poco. Podemos suponer que las diferencias naturales se mantendrían ya que todos aumentarían sus capacidades proporcionalmente, los mejores atletas y estudiantes seguirían siendo mejores. 

Me imagino un mundo dopado. Músicos tocando con más sentimiento, escritores generando más novelas, cuentos y poesías, atletas amateurs, extremos y profesionales mejorando constantemente sus marcas, científicos y filósofos produciendo más ideas nuevas y conocimiento. No parece un mundo tan malo del todo. ¿A que precio? Seguramente que las principales ganancias serían para las compañías farmacéuticas que desarrollan y venden estas substancias. El precio de un mundo alterado en el que todo mundo está arriba del promedio, lo cual es imposible.

Sin embargo, este mundo es muy parecido al que ahora vivimos. Nuestra vida diaria está llena de estimulantes y depresivos, los más comunes el alcohol, el tabaco y la cafeína. Pocos estamos dispuestos a pasar mucho tiempo sin estas substancias que asociamos con confort y bienestar. Todos sabemos de las consecuencias de salud que el abuso de estas substancias trae. ¿Las diferencias son de grado o hay una gran diferencia entre estas substancias toleradas y las dopantes? 

¿Incrementamos nuestras capacidades de manera natural y confiamos en nuestra perseverancia para mejorar? ¿Tomamos un camino corto que nos lleve más pronto y tal vez más lejos? ¿A un lugar del que no conocemos consecuencias y riesgos?

Hace un año desaparecieron Cuarenta y Tres estudiantes normalistas en Ayotzinapa. Este fin de semana el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) dependiente de laComisión Interamiericana de los Derechos Humanos (CIDH) apuntó a lo insostenible de las conclusiones de la PGR. Exigimos una explicación verdadera, el juicio justo de los culpables materiales e intelectuales y la libertad y protección para hablar de los miembros del ejército mexicano que así lo crean conveniente. Los padres de los desaparecidos piden la verdad sobre Ayotzinapa y conocer el paradero de sus hijos.

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