Monday 30 October 2017

Retos de ecología y política

En esta carrera loca, cada vez con menor sentido y sin meta clara, que es el vivir y cada vez más sobrevivir, en el siglo XXI, nos encontramos ante retos aún más insuperables que el calentamiento global, la desertificación, la distribución inequitativa de alimento, tierras, agua y otros bienes y servicios y la irrupción de nuevas enfermedades para plantas, animales y humanos. 

Las corporaciones, notables por su respeto nulo al ambiente, superan en capital y capacidad a muchos países sin desarrollo industrial. Ejemplos sobran. El escándalo de Volkswagen y sus motores diesel que mentían cuando eran probados. El monopolio de Monsanto en la agricultura. La industria de muchas compañías farmacéuticas por patentar sólo los productos de la selección natural que pueden ser redituables, ya sea por ser remedios a enfermedades comunes con un mercado mundial o por ser tratamientos para enfermedades raras que sólo la medicina privada del primer mundo puede vender.

Nos enfrentamos a retos que ya creíamos superados, los derechos humanos y de la naturaleza que parecían ya consagrados en constituciones y tratados internacionales, desaparecen de la noche a la mañana en pos del capital. Nos amenazan con la Ley General de Biodiversidad, ley favorable al capital. 

Tenemos la información y el conocimiento para conocer el estado de nuestros ecosistemas, cómo mantenerlos y restaurarlos. Sabemos cuánto nos costaría mantener el status quo del planeta o la igualdad de oportunidades y el bienestar para todos.

Sabemos donde está la fragilidad, hasta donde llega la resiliencia y hasta donde puede llegar la adaptabilidad de una especie, un paisaje o un ecosistema. Sabemos cuantas especies y cuantas hectáreas de bosques y selvas perdemos todos los días. 

Negamos la evidencia de lo que sucede y suponemos ingenuamente que vivimos en un planeta infinito creado sólo para satisfacer nuestros caprichos. Lo único sagrado que queda en el planeta es el capital y su multiplicación ininterrumpida.

Si hay problema(s) hay solución. Suena sencilla, pero no lo es, aunque tampoco es imposible. Hay que cambiar. No hay que cambiar al mundo, hay que cambiar como entendemos e interactuamos con el mundo. Hay que admitir que el mundo es finito. Hay que lograr una distribución más equitativa de bienes y recursos. Hay que castigar a los culpables de la contaminación, la rapiña ambiental debe no puede seguir. Debemos hacer que la industria cambie la forma de uso de recursos y producción. La coerción no sólo debe ser legislativa y financiera. El desarrollo sustentable es posible. Los consumidores tenemos la última palabra en la forma de producción; debemos consumir lo realmente sustentable.

Una tarea más, pública importante, para el año electorero. Tal vez poco popular por incómoda, pero necesaria para vivir sustentablemente en el siglo XXI. Una tarea que haga que nuestros representantes, por los que votaremos, vivan más cerca de la realidad y más alejados del presupuesto. Debemos preguntar a todos los candidatos, de partido o independientes, que harán por lograr un mundo más sustentable. Que harán para mitigar y adaptarnos al cambio climático. Que harán para mejorar el transporte colectivo y el uso de bicicletas y castigar el uso de automóviles. Que harán para promover la educación que enfatice el conocimiento local, sin ignorar al mundo. 

No queremos leyes bellas poco realistas e incumplibles e incontables. No queremos que las aprueben alzando la mano sin saber de que se trata. Cómo establecerán alianzas con otros niveles de gobierno, los ciudadanos y la industria privada para llevar a cabo acciones que nos lleven a la sustentabilidad.

La tarea no acaba con las elecciones. Nuestros representantes se nos deben; los elegimos y pagamos sus salarios. Su jefe no es el jefe de bancada, el gobernador o el presidente. Han olvidado su responsabilidad, servir a quienes los eligieron y a la naturaleza de la que dependemos. 

Habremos de preguntarles regularmente que han hecho, cómo lo han hecho y cómo apoyan y promueven la biodiversidad y el desarrollo sustentable. Habremos de exigirles que perpetren todos los pasos necesarios para convertir nuestra política y nuestra economía en movimientos que respeten la biodiversidad y las culturas que nos han enseñando a usar nuestros recursos. 


Además pido que se encuentre y castigue a los culpables intelectuales y materiales de los asesinato de Miroslava Breach y Javier Valdéz y del secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Sunday 15 October 2017

La dimensión humana de los patos

El Convenio Internacional de Aves Migratorias, firmado en 1918 entre Estados Unidos e Inglaterra (para el entonces Dominio del Canadá) cubre ahora también a México. Este tratado centenario busca la protección de todas las aves migratorias de la parte norte del continente y ha sentado las bases para legislación pertinente en cada uno de los tres países.

Si se lee estrictamente el tratado prohibe federalmente en los Estados Unidos: perseguir, cazar, tomar, capturar, matar, intentara tomar capturar o matar, poseer, ofrecer a la venta, vender, ofrecer comprar, entregar, enviar, causar envío, entregar para transporte, transportar, causar ser transportada, lleva o causa llevar por cualquier medio, recibir para envío, transporte, acarreo o exportación, en cualquier momento, o de cualquier forma, cualquier ave migratoria, incluidas en los términos de este Tratado…para la protección de las aves migratorias…o cualquier parte, nido o huevo due cualesquiera de estas aves.

Hay excepciones, se permite y regula la cacería de patos, gansos y cisnes, las aves acuáticas cinegéticas. Para que haya esta cacería, se ha creado un plan de manejo continental. Así se creó en North American Waterfowl Management Plan. El Departamento del Interior de los Estados Unidos tiene, a través del Servicio Silvestre de los Estados Unidos en conjunto con gobiernos estatales y organizaciones de la sociedad civil ha diseñado, implementado, evaluado y mejorado este plan. 

Los días 25 al 28 de septiembre se realizó en el National Conservation Training Center, en Sheperdstown, West Virginia, no lejos de Washington D.C., se llevó a cabo el taller Future of Waterfowl, organizado dentro del plan de manejo arriba mencionado. Este no sólo fue un taller del futuro de las aves acuáticas cinégeticas, también nos reveló el muy probable futuro de la cacería y la observación de aves

Hacía mucho, pero mucho, tiempo que no me encontraba en una reunión con tantos hombres blancos mayores a 50 años y de pelo corto. Decir que las mujeres y las “minorías” raciales de los Estados Unidos estaban subrepresentadas no se acerca a la verdad, parece que ni siquiera fueron consideradas. Si había mujeres, pero todas las que estaban trabajan ya o quieren trabajar tanto en aves acuáticas cinéticas como en otros esquemas de conservación de aves mucho más inclusivos.

Los otros dos países el Canadá y la República Mexicana, contábamos con presencia mínima. Otra vez, había algunos canadienses prominentes por su trabajo en este grupo de aves. Además, sus mapas sólo consideraron a los Estados Unidos, excluyendo a Alaska, como si las aves aparecieran y desaparecieran mágicamente en sus fronteras y no existieran hábitats críticos que conocer y proteger.

No era una reunión de aves acuáticas cinegéticas era una reunión de patos. Los cisnes son minoría despreciable y los gansos basura. Lo importante, consideran ellos, es tener cada vez más patos que cazar y convencer a todos de que el manejo por los cazadores es el único y mejor para los humedales donde viven los patos.

No alcanzan a entender lo que las encuestas dicen. El número de cazadores en los Estados Unidos no supera los 2.4 millones con tendencia a la baja. El número de personas que se dedican a la observación de aves está arriba de los 10 millones, crece y se diversifica. Aunque la cacería sigue siendo un gran negocio, viene acompañada de rifles y escopetas, municiones, ropa camuflada y térmica, lanchas, kazoos, señuelos y lanchas, el número de licencias de caza disminuye. La observación de aves es más barata y es accesible a un público más amplio. 

Los hábitats preferidos por las aves acuáticas cinegéticas son humedales de gran riqueza biológica con una aportación importante a la biodiversidad local y regional. Sin un entendimiento más amplio por todos los usuarios de la utilidad de los humedales estos pueden denigrarse o desaparecer. Hay planes concretos para lograr esto.

Los cazadores, hombres blancos educados con una edad promedio de 45 años, corren más peligro de desaparecer que las aves y hábitats que utilizan.

La diversidad de usuarios con acceso a los humedales donde habitan más que patos y que proveen agua para agricultura y consumo humano son la mejor garantía para la persistencia de todas las aves en todos los hábitats; la verdadera dimensión humana de las aves.


Además pido que se encuentre y castigue a los culpables intelectuales y materiales de los asesinato de Miroslava Breach y Javier Valdéz y del secuestro de los 43 normalistas de Ayotzinapa.