Thursday 1 December 2016

Inmigrantes


Cada año llegan a la bahía y el estero de Ensenada miles de aves de lugares más norteños del continente para pasar aquí el invierno. Hay aves tan pequeñas como los colibríes (chuparrosas) y tan grandes como gansos, búhos o águilas. A este viaje anual aves lo conocemos como el proceso de migración. Algunas aves pasan el invierno aquí, mientras que para otras Ensenada y su bahía son sitios de descanso y alimentación, su destino final es otro.

La ventaja competitiva de reproducirse a grandes latitudes donde los días son largos y la comida es abundante durante el verano, se pierde en el invierno cuando las temperaturas son bajas, el día corto y el alimento escaso. Las aves al migrar se desplazan a lugares donde pueden sobrevivir el invierno y buscar reproducirse el siguiente verano. Los viajes de ida y de regreso no son fáciles. El costo del viaje es alto y el riesgo de depredación aumenta. Una vez en el lugar de invierno tienen que asegurar comida, algunas ocasiones compitiendo con las aves residentes. Ensenada es parte del corredor de vuelo del Pacífico, por el que viajan millones de aves cada ciclo migratorio.

A lo largo de este corredor migratorio las aves descansan, recargan combustible convirtiendo su alimento en grasa o llegan a su hogar invernal. El proceso se invierte en primavera. A medida que la población humana a lo largo de la costa del Pacífico ha crecido, se han reducido el número y la extensión de los sitios que las aves migratorias pueden usar en su migración. 

Para prevenir la pérdida de más sitios, resguardar los que quedan y recuperar otros se han escrito convenios internacionales de protección como la convención Ramsar, firmada en esa ciudad iraní o la impronunciable pero efectiva WHSRN (Western Hemisphere Shorebird Reserve Network, Red del Hemisferio Oeste de Reservas de Aves Playeras), que se concentra en la conservación de las aves que vemos en las playas y estuarios de Ensenada y el resto del continente. Ambos identifican sitios de importancia mundial para aves. En México existen las AICA (Área Importante para la Conservación de las Aves). Cada una de estas instancias otorgan una designación para apoyar su conservación. No hay incentivos monetarios asociados a estas designaciones. Ninguno de estos listados impide legalmente el desarrollo, pero deberían ser tomados en cuenta al planear el desarrollo en zonas costeras.

Ensenada, como muchos de los pueblos y ciudades de Baja California ha sido poblado por migrantes procedentes del resto del país y un componente pequeño pero importante de extranjeros. Al igual que las aves, llegamos aquí porque el paisaje es atractivo y existen los bienes y recursos apropiados para nuestro desarrollo. 

Debemos compartir nuestras vidas, trabajo y desarrollo de manera sustentable con las aves migratorias y el resto de nuestro entorno natural. La conservación de especies y paisajes no es ni fue un lujo que las clases pudientes imponen sobre otros. Mantener el entorno saludable es un deber ciudadano, debemos cuidar los servicios ecológicos como el agua, el aire limpio y las pesquerías que la bahía, el estuario y Ensenada proveen. Nuestros bienestar depende de un entorno sano.

La presencia en el estero Punta Banda de una población invernal de mil ejemplares Calidris canutus (playero rojo según la lista oficial) lo hacen elegible como un sitio designado por la WHSRN. Terra Peninsular, organización de la sociedad civil dedicada a la conservación de paisajes, apoyada por otras asociaciones nacionales e internacionales y la Comisión de la Cooperación Ambiental busca que Punta Banda sea parte de la Red. Esto resaltará la importancia de Ensenada en la integridad ecológica del corredor migratorio del Pacífico.

La convivencia entre humanos, aves migratorias y residentes y el resto de los seres vivos del paisaje ensenadense es una necesidad primaria para el desarrollo sustentable. Este desarrollo está definido tanto por el uso de recursos de forma tal que estos mismos estén disponibles en el futuro como por la garantía de que los procesos biológicos no sean afectados negativamente.


Un cambio pobre en la procuración de justicia. Raúl Cervantes Andrade el nuevo procurador, ex diputado federal y senador con licencia, con cargos políticos de lealtad a Enrique Peña Nieto, garantizándole impunidad transexenal. El cambio de Procuraduría a Fiscalía General es un paso más para no juzgar a los autores materiales e intelectuales de Ayotzinapa.

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