Thursday 20 October 2016

¿Fuera de ruta?

Baja California alcanzó fama mundial en las carreras off-road (campo traviesa) con la Baja 1000. Su primera versión fue una apuesta de carrera entre Tijuana y La Paz donde los relojes de las oficinas de telégrafo fueron los testigos del inicio y fin de la ruta. El reto era entre una motocicleta y un vehículo de cuatro llantas. 

Desde entonces SCORE y la Baja 1000 son famosos, pero no son el único evento campo traviesa que motea los paisajes de la península con carros y motocicletas adaptados mecánicamente a los rigores de las condiciones desérticas. Existen cuando menos 22 compañías que organizan en la península a lo largo del año carreras campo traviesa. Pocos se ajustan a los reglamentos y leyes mexicanos. Hay también un buen número de entusiastas nacionales y extranjeros que asisten a presenciar estos eventos. Supongo que sin estos últimos estas carreras desaparecerían por falta de interés.

La imagen de estos eventos es la de el hombre (así, en masculino singular) contra el desierto, el desafío macho a la naturaleza. Una imagen que debemos cuestionar. De esta imagen generan ganancias grandes compañías de cervezas y bebidas energéticas. De esta imagen se nutren varias veces al año los hoteles y restaurantes de Ensenada y otros lugares a lo largo de la ruta. Esta imagen promueve a Baja California como destino turístico. Esta imagen es parte de la vida familiar de muchos bajacalifirnianos y se idealiza en mentes infantiles. Esta imagen es nutrida por televisión alrededor del mundo, resaltando los paisajes de Baja California, pero dejando la impresión de que somos un traspatio donde se llevan a cabo eventos que no son aceptables donde hay una mejor cultura de respeto al ambiente. 

Las carreras han dado lugar al diseño una camioneta y muchas mejoras tecnológicas en los vehículos fuera de camino. Han sido buen negocio para la industria de motocicletas y automotriz, para la cerveza, para las bebidas energéticas y un largo etcétera que incluye el turismo en Baja California. Pero.

¿Que han aportado a Baja California, sus habitantes y su medio ambiente estas carreras más allá de la fama de un gran desierto y el atractivo turístico fácil? 

Las carreras han probado ser un peligro. Los estándares de seguridad para el público son bajos e ignorados. Es tristemente común oír de algún accidente mortal para espectadores no precavidos. Estos accidentes hubieran levantado grandes amonestaciones y prohibiciones en otros lugares. Aquí no. ¿Dónde están las reglas y los agentes que garantizan la seguridad de pilotos y espectadores?

Las carreras atraviesan paisajes únicos no sólo en Baja California sino en el mundo. Corren en la reserva forestal que forman las sierras Juárez y San Pedro Mártir y los bosques adyacentes. Recorren el Valle de los Cirios y la Reserva de la Biosfera del Desierto del Vizcaíno. Esta actividad no está prohibida. Pero esta tolerancia a las carreras no quiere decir que son inconsecuentes ¿Cuál es el impacto inmediato y a largo plazo de cientos de vehículos corriendo, los vehículos de apoyo y los turistas que invaden y traspasan estos paisajes? ¿Cómo compensan a los dueños de las tierras por las afectaciones a los caminos rurales, al paisaje? ¿Son estas carreras una actividad sustentable? Estas no son preguntas condenatorias. Son preguntas que necesitan respuestas que nos ayuden a regular esta actividad para que sus beneficios se extiendan a los dueños de las tierras, al paisaje, a Baja California y a todos sus habitantes.

Debemos considerar la carrera de Dakar en África fue suspendida por inseguridad, el riesgo de ser víctimas del Jihad radical, y transladada a América del Sur. Esto sólo resalta que Baja California sigue siendo un sitio seguro y deseable. Debemos tomar en cuenta las voces de todos los interesados en y afectados por estas carreras, incluyendo aquellos sin voz pero con afectaciones posiblemente irreversibles, los paisajes de Baja California. Debemos crear una mesa de diálogo con capacidad de negociación y propuesta de soluciones.

La pregunta final que nos debemos hacer sobre el papel de las carreras campo traviesa juegan en la economía, la ecología y el bienestar de Baja California


La impunidad de los perpetradores de la desaparición de los Normalistas de Ayotzinapa se extiende a todos los crímenes políticos que salpican y manchan al país. ¿Por qué es tan difícil encontrar y enjuiciar a los culpables materiales e intelectuales? ¿Hasta donde llega la impunidad y la complicidad qué impiden la justicia que exigimos?

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