Wednesday 26 August 2015

Dopar o incrementar 1

La federación internacional de atletismo llegó a su torneo mundial abrumada por pruebas y escándalos de dopaje entre muchos de los competidores que buscan la victoria, la fama y los patrocinios sin importar los medios.  En este torneo, en el estadio Nido de Pájaro, de Beijing, China, el jamaiquino Usain Bolt ganó la carrera de 100 metros planos al estadounidense Justin Gatlin.  En esta carrera se jugaba no sólo el título del hombre más rápido del mundo, sino también el prestigio de los deportes de pista y campo. ¿Quién debe competir? ¿Quién gana por esfuerzos propios y honestos? A Galtin ya se le había castigado por episodios de dopaje.

El consumo de substancias que incrementan el rendimiento atlético haciendo crecer más allá de lo posible con el ejercicio los músculos se considera ilegal y competencia desleal. Este caso no se da sólo en el atletismo. Se sabe que en el beisbol profesional muchos jugadores ingirieron estas substancias ni reguladas ni prohibidas para incrementar su rendimiento profesional. Lance Armstrong, ciclista estadounidense que llegó a la fama por haber ganado siete Tours de France seguidos posteriores a un cancer testicular metástico admitió haber usado diferentes substancias para incrementar su capacidad. La caída de Armstrong de la fama fue espectacular.

Menos conocida que la fama y la pena de todos estos atletas son los riesgos a la salud que acompaña a la ingesta de estas substancias que incluyen fallas del hígado, calvicie y aumento de caracteres sexuales secundarios del sexo opuesto, barba en mujeres, pechos en los hombres.

La historia del uso de dopantes puede ser tan vieja como el deporte mismo. Surgen   cuestiones éticas: ¿es competencia desleal usar estas substancias para incrementar el rendimiento? ¿son  artificiales las capacidades demostradas por los atletas dopados? Hay atletas amateurs que ingieren estimulantes justo antes de un partido para tratar de asegurar la victoria. 

Algunos escépticos comparan este dopaje con el uso de equipo nuevo, como zapatos para correr o telas que reducen la resistencia al agua para incrementar el rendimiento. Esta no es una discusión que quiero abordar. Asumo que usar dopantes para aumentar el rendimiento es poco ético porque  da una ventaja competitiva desigual y puede llevar al cuerpo a rendimientos a los que no se llega fácilmente a través del entrenamiento.

¿Qué tan diferente sería la cara del deporte? Hasta hoy el dopaje se sigue castigando. La victoria de Ustin Bolt es prueba que un atleta extraordinario puede llegar a ser campeón sin doparse. En la próxima entrega continuaré esta discusión. No prometo resolverla, sólo estimular, de forma natural, la discusión.


Los Cuarenta y Tres desaparecidos de Ayotzinapa no se olvidan. Ni siquiera la burla de la exoneración de culpa de conflicto de intereses por parte de Virgilio Andrade hacia Enrique  Peña Nieto, Ángelica Rivera y Luis Videgaray por sus propiedades de dudosa procedencia. Como tuiteó Eduardo Buscaglia: informes sobre corrupción que provienen de un sistema corrupto, son la farsa de hoy pero material probatorio mañana.


No comments:

Post a Comment