Wednesday 11 February 2015

Viviendo con riesgos

La irrupción de sarampión en Disneylandia me recuerda de la fragilidad de la salud humana, de las  enfermedades infecciosas, de su prevención y de  los riesgos que tomamos a diario, a veces conscientemente y muchas veces no, para mantener nuestra salud, nuestro bienestar y nuestro estilo de vida.

La irrupción de sarampión se dio porque las vacunas no son obligatorias en los Estados Unidos, por lo tanto no todos los niños han sido vacunados. El que no todos estén vacunados es una combinación entre conceptos:  la libertad del individuo sobre el bienestar de la comunidad, el estado no puede forzarme a hacer algo que yo no quiero y no le veo un beneficio inmediato; la propagación reciente por internet de un artículo sin fundamento que asocia al autismo con las vacunas infantiles en un mundo donde no es fácil desenmascarar el fraude;  la confusión entre salud e inmunidad, estar bien de salud y estar protegido contra toda enfermedad infecciosa;  la casi desaparición de sarampión, rubeola, polio y otras enfermedades de la Tierra, gracias a las campañas de vacunación pero no la desaparición de las mismas. Los nuevos padres que vivieron protegidos por las vacunas y en un mundo sin enfermedades infantiles peligrosas no conocen o imaginan las consecuencias de no vacunar a sus hijos. 
Vacunar tiene un riesgo, no vacunar también. ¿Cuál es el riesgo menor? Las reacciones negativas a las vacunas son mínimas y muy raras, el riesgo de salud a largo plazo del sarampión es alto, puede llegar a meningitis o a una muerte previsible.

Tomamos éste y otros riesgos y decisiones todos los días. El café sube la presión y descalcifica, pero las consecuencias son a muy largo plazo. Los asmáticos consumen cortisonas para reducir inflamaciones, abriendo  los  pasajes respiratorios. Su uso aumenta el peso por retención de agua, aumenta el tejido adiposo, promueve glaucoma, propensión a la diabetes, osteoporosis y muchos más. Medicina de alto riesgo pero sin ella la vida de los asmáticos es miserable. Los riesgos son superados por la calidad de vida que conlleva.

Los tanques domésticos de gas domestico pueden ser de alto riesgo, contienen un gas flamable a presión que trae consecuencias graves, explosiones, incendios, quemaduras, si no se maneja apropiadamente. Sin embargo su uso es común, es un riesgo que aceptamos por que nos facilita la cocina con  una huella de carbono menor que una fogata o el asador. 

Nuestras decisiones unas veces son sopesadas, las más no. Toda actividad tiene un riesgo que asumimos, querramos o no. Asumamos los riesgos y midamos las consecuencia. Oigamos opiniones y decidamos. 


Los Cuarenta y Tres desaparecidos de Ayotzinapa siguen rondando nuestras conciencias y las plazas públicas nacionales e internacionales.  ¿Dónde están los desaparecidos? No estaban en la morgue de Acapulco. Las respuestas y conclusiones de Murillo Karam no satisfacen ni a los padres de los desaparecidos, ni al equipo forense argentino ni  a profanos o extraños. Coreemos con las Madres de la Plaza de Mayo. "Vivos los llevaron, vivos los queremos". 




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