George Orwell, pseudónimo de Eric A Blair, fue un escritor inglés nacido en la India. Su escritura se caracterizó por su crítica social y su búsqueda por una mejor sociedad. Sus obras mas conocidas son Granja Animal y 1984. Esta última novela fue escrita en 1948, advirtiendo del surgimiento de gobiernos centrales y totalitarios después de la Segunda Guerra Mundial y de su afán por el control del mundo. 
Para Orwell había tres centros de control ideológico, el eje EEUU-Europa, la URSS con estilo estalinista y el dominio sino-nipón en el oriente, cada uno de estos centros con sus satélites, mas algunas regiones inconquistables. Estos imperios, diferentes en nombre pero similares en métodos de control del individuo, políticas y economías, dominarían al individuo, pulverizando la sociedad, mediante alianzas y guerras imposibles de forjar o ganar, un control ideológico férreo derivado de la producción de la pobreza y la propaganda sin interrupción. Aunque la visión de Orwell es cruda, no cabe duda que la formación de consensos políticos, económicos e ideológicos a través de noticias y publicidad es nuestra realidad. La diferencia es mas de estilo que de grado. Mas de un régimen político busca el control de la población.
Orwell era más una persona preocupada por nuestra libertad y bienestar que un profeta de distopías. Debemos admirar y reflexionar sobre su visión del futuro, creada cuando la futurología no existía. El comienzo de la guerra fría entre las economías de libre mercado y planeación central no le permitió ver el peso que pudieran tener las religiones fundamentalistas en la política mundial. Que su visión pesimista, con ganas de llevarnos a la defensa de nuestra individualidad sirva para analizar las ideologías del siglo XXI y buscar las soluciones que nos permitan crear nuestra libertad.
Vivimos un resurgimiento de intolerancias religiosas, no sólo en el Islam misógino y retrógrado en Arabia con consecuencias en África y Europa, sino también en el ámbito judeocristiano con una gran cantidad de sectas e iglesias fundamentalistas y conservadoras, grandes y pequeñas, antiguas y modernas que pululan a nuestro alrededor predicando xenofobia, misoginia y otras intolerancias. La intolerancia, la privación de la libertad individual, incluyendo la reducciones de futuros posibles, son las consecuencias que previó Orwell y que acompañan a los fundamentalísimos religiosos y políticos de nuestra realidad.
Esta confrontación entre cosmovisiones, inevitable por sus intolerancias, también distorsiona nuestro mundo. Hay confrontaciones ideológicas, religiosas y políticas no sólo entre Israel y Palestina, donde se enfrentan no sólo por un territorio, sino también por visiones de la historia, o Rusia y Ucrania donde Ucrania se juega su dependencia de la Union Europea o Rusia. Los Estados Unidos no han declarado la guerra al Califato de ISIS pero lo atacan con drenes y aviones tripulados para destruir las instalaciones de este último. ISIS impone sus reglas, pidiendo conversiones forzadas al islam o masacrando a sus detractores. Esta violencia guerrera se ve acompañada por otras formas de violencia y dominación de las que hablaremos en la próxima entrega.
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