Wednesday 25 June 2014

Enfermedades paupérrimas

En un mundo ideal hasta las enfermedades recibirían el mismo trato, prestaría igual atención a todas para buscar sus curas y aliviar a la humanidad de cada padecimiento. El mundo no es ideal y la búsqueda de la cura de las enfermedades está tan motivada por ideales como el bien de la humanidad, el juramento Hipocrático y la investigación científica indiscriminada, como por la búsqueda de prestigio, fama y pingües ganancias por parte de compañías farmacéuticas transnacionales. No todas las enfermedades son iguales, unas son mas iguales que otras.

Hay un componente histórico melodramático asociado a las enfermedades. El Romanticismo del siglo XIX asoció a la tuberculosis, entonces conocida como tisis, con el espíritu creativo y el sufrimiento. La cura del cáncer ha sido asociada fuertemente a la guerra, como ilustró Susan Sontag en “La enfermedad y sus metáforas”, un ensayo escrito después de haber sido diagnosticada y curada de cáncer de seno. A finales del siglo XX y principios del actual las alergias son las enfermedades de moda que todo mundo padece y sobrevive en peor o mejor forma. Mientras que las alergias a los piquetes de abeja o frutos como cacahuate y almendras pueden ser mortales, las alergias al polen en primavera son casi una cualidad de la clase media.

¿Cuáles son las enfermedades paupérrimas? ¿las enfermedades parias? Este calificativo no es absoluto ni en geografía ni en tiempo, pero vale la pena asomarse a unas cuantas enfermedades para descubrir por que no todas las enfermedades, a pesar de su peligrosidad, son tratadas de manera igual.

Hace poco Bill Gates, buscando apoyo para el combate al paludismo. explicaba que la alopecía, la pérdida patológica del cabello, recibe mucho mas dinero para investigación de como remediar este terrible pero no mortal mal de hombres que lo que recibe la investigación para la prevención y cura del paludismo, enfermedad tropical mortal. Los hombres blancos del primer mundo están mas preocupados por su imagen que por la salud de una proporción importante de humanos expuestos a condiciones insalubres y el riesgo al paludismo. Hay un margen de ganancia mayor en curar la alopecía que en prevenir y eliminar el paludismo. La mercadotecnia de la imagen de un hombre jóven derrota a un problema de salud que se acrecenterá con el calentamiento global.

Una enfermedad que en los últimos diez años pasó de estrella a paria es el SIDA. Es una infección mortal causada por el virus HIV transmitida a través de fluidos corporales que suprime el sistema inmune humano. Fué en el primer mundo una enfermedad que sirvió, indebidamente, para discriminar descarada e innecesariamente contra la homosexualidad. Pese a su estigma ideológico recibió mucha atención, grupos internacionales de virólogos en Estados Unidos, con Robert Gallo y en Francia, con Luc Montagnier, disputaban su descubrimiento. En la última década la efectividad de los retrovirales ha disminuido a casi cero el riesgo de transmitir la infección. Sin embargo la enfermedad no ha desaparecido, pasó de afectar a estrellas como Magic Johnson de los LA Lakers, a ser contraída principalmente por trabajadoras sexuales pobres y usuarios múltiples de agujas para inyección intravenosa de drogas o estar ampliamente distribuida en muchas naciones en África. Sudáfrica ha desarrollado campañas preventivas y de distribución de retrovirales para aliviar la enfermedad. Los parias del mundo parecen estar condenados a morir olvidados, la ganancia económica es superior al dolor y el sufrimiento.


Esta nota está inspirada, pero no basada, en la plática que Jon Cohen, corresponsal de la revista Science en San Diego, presentó con motivo del XV aniversario de la gaceta electrónica TODoS@ CICESE en mayo 29, 2014.

No comments:

Post a Comment